Alicia en el País de las Maravillas: Último viaje al país del e

Por Lic. Melina Sólimo Las vacaciones de invierno llegaron a su fin y los niños debieron despedirse de los espectáculos infantiles. REVOL estuvo el pasado domingo 28 de julio en el Teatro Colón para disfrutar de la última función de Alicia en el País de Las Maravillas, de cuatro, que fueron un verdadero éxito de […]

martes, 30 de julio de 2013 |

Por Lic. Melina Sólimo

Las vacaciones de invierno llegaron a su fin y los niños debieron despedirse de los espectáculos infantiles. REVOL estuvo el pasado domingo 28 de julio en el Teatro Colón para disfrutar de la última función de Alicia en el País de Las Maravillas, de cuatro, que fueron un verdadero éxito de taquilla con entradas agotadas para todas las funciones. Con coreografía, adaptación del texto, selección musical y escenografía del gran Alejandro Cervera, el cuento bailado logró reflejar a la perfección las sensaciones que vive Alicia durante su extraño sueño.

Inspirado en la obra creada por Lewis Carroll en 1865, el ballet es un viaje hacia la imaginación para todas las edades. El relato estuvo en manos de Roberto Carnaghi, que brilló por su histrionismo y su graciosa interpretación. Con vestuario de época, el actor acompañó cada cuadro, relatando la historia al detalle como lo haría su autor original.

Con entradas agotadas, "Alicia en el País de las Maravillas", en versión de Alejandro Cervera, fue todo un suceso para el Teatro Colón. Foto: Gentileza Teatro Colón.

Con entradas agotadas, «Alicia en el País de las Maravillas», en versión de Alejandro Cervera, fue todo un suceso para el Teatro Colón. Foto: Gentileza Teatro Colón.

Por su parte, Natalia Pelayo se lució en su protagónico de Alicia gracias a su tierna y liviana figura -el primer reparto estuvo a cargo de la también maravillosa Luciana Barrirero. Confundida pero feliz, la niña fue sorprendida por un disparado desfile de personajes y así, entre corridas y cambios musicales, el ballet se desarrolló fiel al espíritu del cuento de Carroll, con una multitud de bailarines en escena.

Un cuadro clásico entre Alicia y El Conejo, una milonga que le dio el “toque” argentino y una danza flamenca de langostas, fueron algunas de las puestas en escena que mantuvieron el ritmo de la historia. El momento más representativo del cuento fue la aparición de las horas, con bailarines que movían sus brazos y piernas como si fueran las agujas del reloj.

El cuento de Lewis Carroll, muy bien representado en todo momento y por cada componente en escena. Foto: Gentileza Teatro Colón.

El cuento de Lewis Carroll, muy bien representado en todo momento y por cada componente en escena. Foto: Gentileza Teatro Colón.

La excelente técnica y el aporte corporal de cada intérprete completaron la perfección del ballet, que superó todas nuestras expectativas. Carnaghi, El Conejo Blanco, El Sombrerero, la Liebre de Marzo, la Oruga Azul, los Pájaros y la Reina de Corazones fueron los más ovacionados, pero todo el cuerpo del Ballet Estable del Teatro Colón sorprendió con el despliegue coreográfico y brilló en cada variación.

Así llegaba a su fin este viaje hacia el país de las maravillas. Como tanto brillo y fantasía parecían no caber en el escenario, algunos personajes recorrieron el pasillo de la platea. Al finalizar, bajaron para saludar y sacarse fotos con sus pequeños espectadores. Sin dudas, las sonrisas en el rostro de cada uno de los niños, fue el mayor premio para los artistas.