Barre-á-terre: Conocimiento y conciencia corporal

La maestra de danza y bailarina Victoria Mazari comenta esta práctica, que permite reflexionar sobre el propio cuerpo y su desarrollo técnico.

domingo, 03 de septiembre de 2017 |

(*) Por Victoria Mazari

Hablaremos en esta ocasión de una disciplina tan compleja y completa como la Barre á terre, de su utilidad y para qué tipo de etapa en el entrenamiento de un bailarín es aconsejable. Así como la danza moderna y todas las corrientes de la danza contemporánea y el jazz tienen su entrenamiento en el piso, la danza clásica también.

Antes de volcarnos directamente en este tema, me gustaría reafirmar la idea de cada una de las notas que hacemos mes a mes y decir que la importancia de saber, conocer e investigar es lo que nos hace mejores intérpretes y artistas. Los alumnos y bailarines jóvenes deben tener siempre presente que ningún conocimiento está demás, muy por el contrario, el crecimiento sólo nace de la búsqueda y quien crea que ya ha encontrado el camino y la forma de hacer las cosas probablemente comience a estancarse, pues el cuerpo se va adaptando al trabajo conocido al igual que la mente, y va necesitando cada vez más información y entrenamiento. Aquí radica la importancia de buscar disciplinas que nos ayuden a ser mejores y que muchas veces están por fuera del área específica que estudiamos. Para ser más claros, un buen ejemplo es que para cualquier bailarín es muy importante tener conocimiento de ejercicios de canto, aunque nunca piense cantar o utilizar la voz, los ejercicios de respiración con los que se entrenan a los cantantes son magníficos para aumentar la capacidad de aire, fortalecer el abdomen, concientizar la zona de hombros y pecho, cuello y cabeza desde otro punto. Como este ejemplo hay miles que se pueden aplicar.

En mi opinión, un artista es quien tiene el cuerpo entrenado y afinado, al igual que un instrumento, para expresarse y manifestarse. Luego cada uno tendrá su disciplina de cabecera, pero el arte se comprende desde la investigación de todas las formas de expresión y desde otras técnicas que nos brindan herramientas para comprender y mejorar lo que hacemos. Un artista entrenado pero no conciente de lo que hace y una mente no abierta a experimentar diferentes aprendizajes, no será más que un buen y hasta bello ejecutor, pero vacío de contenido, de iniciativas y herramientas para desarrollar su arte.

La danza clásica es un arte que exige a quienes la practican la condición de  ser livianos y etéreos. Una de las ilusiones escénicas que genera el ballet es esta sensación en el espectador de que el bailarín no es afectado por la gravedad, que flota, que no pesa. Esto que tanto valora el espectador, es algo que lleva muchos años de lograr y que aún habiendo entrenado mucho es posible que nunca se logre, pues a veces es una condición y predisposición innata en algunos artistas. Más allá de eso se han ido perfeccionando formas de trabajo para que el bailarín llegue a lograr esta característica. La Barre á Terre es una de éstas: consiste en trasladar los ejercicios de la barra al piso, siendo lo más fieles posibles a las formas académicas de la danza clásica. Desde ahí nacen como complementos ejercicios “extras” pero, como su nombre en francés lo indica, es la barra en el piso.  Como cuestiones a favor podemos decir que estando en el piso las piernas no tienen todo el peso del cuerpo, por lo cual se puede trabajar intensamente la colocación de pies, la rotación, elevación y elasticidad de las piernas y nos hace absolutamente conscientes de la importancia de trabajar la zona de la cintura pélvica. Como dificultad mayor nos encontramos sin el apoyo de la barra, teniendo que sostener el cuerpo en pocos puntos de apoyo que nos obligan a hacer más fuerza en toda la zona dorsal y espinal, el recto del abdomen y toda la parte interna de la pierna. La Barre á Terre en este punto nos hace conscientes de cuán importante es no utilizar las musculaturas grandes como cuádriceps, glúteos e ingles, entre otros grupos musculares que son utilizados para obtener potencia, impulso y tracción en saltos y giros. En este caso la “barra en el piso” colabora más a la motricidad fina, la colocación y el control.

Por último cabe aclarar que este método de entrenamiento es más útil para bailarines en etapa intermedia – avanzada de su aprendizaje o para que los bailarines profesionales mantengan y acondicionen los detalles de su técnica.

(*) Victoria Mazari fue alumna de la Escuela Municipal de Danza Norma Fontenla y del gran Maestro y bailarín Ruben Chayan. Bajo su tutela ganó concursos provinciales e internacionales. Formó parte del Ballet Juvenil de Mar del Plata dirigido por Chayan. Obtuvo beca de estudio en la Fundación Julio Bocca. Integró el Grupo La Rayuela y el Ballet Neoclásico de Buenos Aires. Fue alumna del maestro Alfredo Gurquel y Juana Lederer e integró el Grupo de Danza que ellos dirigían. También integró la Compañía Expresarte Danza-Teatro. Desde 2011 integra el Ballet Metropolitano de Buenos Aires, con el que ha realizado diferentes giras por el país, Chile, Uruguay y conformó parte del elenco que el MET llevó a su primera gira en Rusia en 2012. Fue integrante de las tres temporadas que esta compañía realizó con mucho éxito en C.C. Konex. Dirige la compañía Danseur de Danza-Teatro, fundada en 2013, y con la cual ya ha realizado más de 10 funciones y se prepara para una nueva temporada.

Desde 2006 se desempeña como maestra de Danza Clásica con especialidad en Técnica de Puntas y Elongación y Preparación Física, siendo su principal sede BAYRES Estudio de Arte. Desde 2009 dicta Clases Especiales de Técnica de Puntas.