Cascanueces: El Teatro Argentino brindó fantasía y danza

Por Melina Díaz Las vacaciones de invierno finalizaron. El mundo imaginario de Clara se ha desvanecido y ella despierta dándose cuenta que todo ha sido un sueño. Sale al portón a despedir a su padrino Drosselmeyer, quien junto con el Príncipe Cascanueces regresa a su taller de relojes y muñecos. La versión de Iñaki Urlezaga […]

martes, 30 de julio de 2013 |

Por Melina Díaz

Las vacaciones de invierno finalizaron. El mundo imaginario de Clara se ha desvanecido y ella despierta dándose cuenta que todo ha sido un sueño. Sale al portón a despedir a su padrino Drosselmeyer, quien junto con el Príncipe Cascanueces regresa a su taller de relojes y muñecos. La versión de Iñaki Urlezaga de esta clásica historia, El Cascanueces, fue interpretada por el Ballet Estable del Teatro Argentino los días jueves 25, viernes 26, sábado 27 y domingo 28 de julio. Algo del frío invernal parece haber sido transformado por los cuerpos danzantes, la escenografía y la música para ser devuelto al público con una ternura acogedora.

Drosselmeyer llega a la casa de Clara, donde se festeja la Navidad, y le regala el Cascanueces. Foto: Melina Díaz.

Drosselmeyer llega a la casa de Clara, donde se festeja la Navidad, y le regala el Cascanueces. Foto: Melina Díaz.

La Sala Alberto Ginastera de este coliseo, dependiente del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, contó con una puesta por demás atrayente. La escenografía le correspondió a Juan Carlos Greco, la supervisión de vestuario a Eduardo Caldirola y la iluminación a Miguel Lombardo. Por su parte, el Ballet estuvo coordinado por Mario Silva, su actual director; en tanto la Orquesta Estable estuvo conducida en esta oportunidad por Diego Censabella.

El Príncipe Cascanueces, a cargo de Miguel Ángel Klug en esta ocasión. Un gran trabajo de los artistas, a pesar de las dificultades. Foto: Melina Díaz.

El Príncipe Cascanueces, a cargo de Miguel Ángel Klug en esta ocasión. Un gran trabajo de los artistas, a pesar de las dificultades. Foto: Melina Díaz.

La obra fue estrenada por primera vez el 17 de diciembre de 1892, en el Teatro Mariinskii de San Petersburgo bajo la coreografía original de Lev Ivanov, el libro de Marius Petipa y la música de Piotr Ilich Tchaikovsky. La primera historia que se conoce de El Cascanueces data de 1816 y está basada en el libro de cuentos de Ernst Theodor Amadeus Hoffmann, titulado El Cascanueces y el Rey de los ratones. Sin embargo, el argumento que daría vida al Ballet de Tchaikovsky deriva de una adaptación que Alejandro Dumas (padre) hiciera del texto de Hoffmann. Este Ballet de dos actos y cinco escenas fue producido por primera vez por Iñaki Urlezaga en 2008 e interpretado primeramente por el Ballet del Argentino en enero de 2009.

El reparto estuvo encabezado por Julieta Paul (25 y 26) y Agustina Verde (27 y 28) como Clara, Bautista Parada (25 y 26) y Miguel Ángel Klug (27 y 28) como el Príncipe Cascanueces, y Ángel Gómez (25), Walter Aón (26 y 27) y Christian Pérez (28) como el señor Drosselmeyer. Los demás papeles fueron íntegramente representados por integrantes del Ballet Estable, en tanto los ratones y niños fueron personificados por alumnos de la Maestra Lilian Giovine del Instituto de Arte Ballet. Merece una distinción la participación de el Coro de Niños, quienes bajo la preparación de Mónica Dagorret complementaron el cierre del primer acto en el cual los copos de nieve bailarines junto a las hadas y reinas dan la bienvenida al mágico mundo de Clara y su cascanueces, transformado en un joven y apuesto príncipe.

Con un dejo de sabor amargo, es imposible no hacer alusión a la penosa situación que están atravesando los Trabajadores del Teatro Argentino. De hecho, inicialmente estas cuatro funciones habían sido planificadas para la primera semana de las vacaciones pero debieron ser reprogramadas por Sesiones de Asamblea. Las funciones comenzaron con una lectura, reclamo y fuerte denuncia por el vaciamiento sistemático, falta de presupuesto y programación adecuada; así como el endeudamiento de meses de sueldo al personal y el escaso número de contratados como planta permanente –que sólo alcanza el porcentaje alarmante de un 30%–.  Como alegoría de esta inestabilidad, la función del día sábado comenzó con la correcta obertura de la Orquesta pero cuando el telón debió levantarse para dar comienzo a la Suite, ello no fue posible. Una vez más, los Cuerpos Estables fueron capaces de sortear los imprevistos para desplegar su mágico arte y ofrecerles a las familias una cálida velada.

Miguel Angel Klug -Príncipe Cascanueces- y Agustina Verde -Clara- se lucen en sus roles. Foto: Melina Díaz.

Miguel Angel Klug -Príncipe Cascanueces- y Agustina Verde -Clara- se lucen en sus roles. Foto: Melina Díaz.

Con todo, el espectáculo se llevó a término y con altos momentos interpretativos de este clásico de clásicos. Fue notable la Danza Árabe, que mantuvo hipnotizado al público con los movimientos pendulares y el balanceo suave de cadera realizado por la Odalisca, interpretado alternativamente por Alejandra Baldoni (25 y 26) y Elizabeth Antúnez (27 y 28). El Pas de Deux de ambas parejas centrales fue por demás atractivo, reconociendo la dulzura y delicadeza que caracterizan tanto a Julieta Paul como Agustina Verde. También fueron relevantes el Vals de las Flores, una de las variaciones más famosas de todos los tiempos, y el notable desempeño del conjunto femenino en el Vals de los Copos de Nieve al final del primer acto. El ejército de Ratones fue por demás entusiasta para los niños presentes; sus sonrisas y exclamaciones con estos personajes estuvieron igualmente presentes en el impactante Árbol de Navidad y los copos de nieve proyectados sobre el castillo del rico doctor Stahlbaum.

La famosa escena del Vals de los Copos de Nieve, uno de los momentos más atractivos del ballet. Foto: Melina Díaz.

La famosa escena del Vals de los Copos de Nieve, uno de los momentos más atractivos del ballet. Foto: Melina Díaz.