Conocer la historia nos acercará siempre los motivos del presente. En esta oportunidad, nos pareció interesante compartir cómo surge el término ballet, para saber cómo fue la aparición de esta arte escénica en la historia.

La etimología profunda de la palabra “Ballet” indica que es un término que viene del griego balizo, que significa bailar, saltar. El término que usamos en la actualidad es una palabra retomada del francés, que viene del italiano “balleto”, diminutivo de “ballo”, que significa bailar.

Se considera que el punto de partida para la historia del Ballet fue el 15 de octubre de 1581, fecha en que se realizó el Ballet comique de la Reine, una representación ordenada por la Reina Catalina de Médicis con motivo de las bodas del duque de Joyeuse con Margarita de Lorena (cuñada de Enrique III de Francia).  El responsable de la obra fue el compositor francés Balthasar de Beaujoyeulx, quién utilizó el término ballet por primera vez, definiéndolo como «una mezcla geométrica de personas que bailan juntas, acompañadas por varios instrumentos musicales”.

En el ballet presentado por Beaujoyeulx en aquel octubre quedaban unidas diferentes artes (baile, música, literatura y arte plástico) en un espectáculo que duró cerca de seis horas y que contaba con un despliegue impresionante de orquestas, actores, bailarines, diseños de vestuario, escenografías e iluminación.  La obra exigía un entrenamiento previo por parte de los protagonistas que bailaban para cumplir con las coreografías planteadas por el autor de la obra. En obras posteriores, esta exigencia se hizo cada vez más frecuente en espectáculos de este tipo, haciendo que miembros de la nobleza que tomaban los roles protagonistas fueran dejando espacio a bailarines entrenados que pudieran seguir pasos y movimientos estrictamente trazados.

Casi 80 años después, en 1661, se crea en Francia la Académie Royale de la danse, la primera escuela de danza que daría inicio a la formación profesionalizada de este arte escénico, basado en el control total y absoluto del cuerpo.

Edgar Degas, «The Dance Foyer at the Opera on the rue Le Peletier» (1872)