Día Nacional de la Danza: Cuando la danza sea ley

Hoy, Día Nacional de la Danza, la Mesa Coordinadora del Movimiento por la Ley Nacional de Danza invita a un homenaje y entrega de diplomas de reconocimiento a las grandes figuras que construyeron y construyen la historia de este arte en el Congreso Nacional. En entrevista, Eugenia Schvartzman y Mariela Ruggeri: «Es muy necesario que exista una conciencia social y cultural de que también es un trabajo, con mucha dedicación y estudio»

viernes, 10 de octubre de 2014 | Por Maria José Lavandera

Como continuidad del evento del pasado 29 de abril de 2014, cuando una gran parte de la comunidad dancística se reunió en la Plaza del Congreso para acompañar el ingreso del Proyecto de Ley Nacional de Danza en el Senado, la Mesa Coordinadora del Movimiento por la Ley Nacional de Danza invita un gran evento y vernissage de homenaje por la conmemoración del Día Nacional de la Danza. Se llevará a cabo el día 10 de octubre, a partir de las 17h, en el Salón Azul del Senado de la Nación, en Hipólito Yrigoyen 1849 (CABA). Durante la tarde, se podrá ver un video que agrupa imágenes de los referentes de todos los géneros dancísticos y se realizará la entrega de diplomas de reconocimiento a las grandes figuras que construyeron y construyen la historia de este arte. El evento culminará en un final de fiesta danzado a cargo de 150 niños estudiantes de danza, con la coreografía de la coreógrafa Laura Roatta.

Esta convocatoria es parte del trabajo que se sigue haciendo con el objetivo de lograr la sanción de la Ley y la creación del Instituto Federal de Danza. El Proyecto se encuentra actualmente en la lista de temas a tratar en la Comisión de Educación y Cultura del Senado, que no se reúne desde junio: con este evento –que tendrá replicas en más de 50 localidades de todo el país- se solicitará a los legisladores que reanuden su tarea y den un pronto tratamiento al proyecto de Ley Nacional de Danza.

Flashmob el 29A. Foto: Erica Ventre.

Flashmob el 29A. Foto: Erica Ventre.

La Ley Nacional de Danza y sus alcances

En entrevista, Mariela Ruggeri y Eugenia Schvartzman, redactoras del proyecto, indican que la ley propiciará, a partir de la creación del Instituto, las condiciones para que se desarrollen proyectos de diversa índole que potencien el desarrollo del circuito nacional de la danza. Mariela indica: «El proyecto de ley en relación a lo artístico es claro. Se plantea que el instituto dará subsidios y promocionará planes de trabajo para la creación, que se transformen luego en planes de desarrollo para la actividad creativa, docente, de formación, de investigación. Se gestarán así circuitos a nivel nacional, regional, provincial. Se supone que si hay un circuito, hay personas que se desempeñan artísticamente, que trabajaron en sus proyectos, que tienen un apoyo para que no sea amateur, sino un desarrollo profesional de la actividad. La constitución del instituto implica desarrollo artístico y formativo». Eugenia completa: «Los preceptos de la ley implican un desarrollo en etapas, a corto, mediano y largo plazo. Es una estructura nueva, federal y también una experiencia nueva para toda la comunidad de la danza. Y como prevé que toda la comunidad de la danza esté participando activamente de eso, es también un desafío organizarse y pensar en relación a lo que se necesita».

El compromiso social es crucial en términos de este crecimiento y apoyo que implica la sanción de la ley: «Se trata de que el artista se involucre», asegura Mariela.

La ley tiene claros alcances en relación a la promoción, profesionalización y apertura de espacios para la danza en Argentina, pero que la excede la organización sindical-laboral de los artistas del movimiento: «La reivindicación laboral del artista no puede estar tratada en el proyecto, porque lo excedería. Pero si estás hablando de artistas trabajadores, y en relación a ello, de mejorar sus condiciones laborales a partir de la formación, de un programa de desarrollo sustentable. Eso supone un progreso para sus condiciones de trabajo. La organización sindical es un paso que debería comenzar a llevarse a cabo paralelamente o en el momento en que se sancione la ley. Se desprende de eso. Sabemos que no podemos estar en un sindicato del Estado, porque las condiciones laborales son diferentes. Hay que ponerse a trabajar en la creación de un corpus distinto. Esto implica tiempo y esfuerzo de la propia comunidad de la danza y sus integrantes», comenta Mariela Ruggeri.

Agrega Eugenia: «Uno de los principales problemas es la precarización del trabajo de los bailarines. Es necesario conformarse y organizarse, con un modelo nuevo de sindicato, que no es ninguno de los que hoy está amparando a los bailarines, como ATE, SUTECBA o ACTORES. El bailarín es la última categoría debajo de la de apuntador. La ley genera un marco de jerarquización y a medida que la actividad se desarrolle más, habrá más posibilidades de pelear en tanto derechos laborales. Hoy ni siquiera podemos hablar de eso, porque no hay ‘una patronal’. Es un mundo independiente y un mundo oficial de compañías del Estado».

Otro tema complejo fue la decisión por el presupuesto: «Nos costó más que todo el resto. Aun así, a la conclusión que llegamos es que le compete al gobierno decidir de dónde va a sacar el dinero para aplicar las instancias de la ley. Una cosa que sí establecimos de movida es que debe ser el mismo monto que el INT [Instituto Nacional del Teatro]. No menos», indica la coreógrafa.

La danza a nivel federal

«Es necesario igualmente instalar un debate sobre las realidades nacionales y la relación con el proyecto y el futuro instituto. Pensamos que esa dinámica es previa a la que vendría luego. Hay que empezar a entrenarse. En esa dinámica también operará el observatorio», aseguran las redactoras de la ley.

En muchas provincias del país las posibilidades económicas para garantizar un buen entrenamiento en muchos casos no están dadas: «Hay realidades en el interior, que a veces cuesta creer, como un piso de mosaico para bailar. Muchas veces sería qué lindo tener un estudio con cámara de aire, pero no está a posibilidad económica. También surge la imposibilidad de maestros de continuar preparándose técnicamente. Hay muchas ciudades que quedaron con material técnico, teórico que hoy es obsoleto. Y vemos que existe necesidad e interés, porque el movimiento por la Ley Nacional de Danza tomó más de 50 localidades y cada una instaló el tema a su modo. Hubo movilización, en tanto la importancia de visibilizarse para decir cuáles son las necesidades de la danza. Actualmente nos estamos organizando con esa intención de esta red, que se armó más o menos espontáneamente, de modo que sea una herramienta a futuro para cuando este el instituto. Porque si la comunidad no está organizada, todo es tremendamente más difícil, y ahí sí, baja el Estado y no tiene interlocutor», explica Mariela.

Ayudas y créditos

El fomento de los espacios correctos para llevar adelante la tarea de bailarines y coreógrafos es fundamental: «Para que haya un trabajo digno en el arte, que significa que el creador pueda crear, que el docente pueda dar clase, que los alumnos puedan tomar clase, que el investigador haga lo suyo, tienen que estar dadas todas las condiciones, aunque sea de media, no de mínima. Si no tenés el espacio, ya se viene abajo todo. No podés crear danza en cualquier lugar. Malas condiciones de estudio llevan a problemas que pueden ser físicos de por vida. La gran cuestión es ver cómo nivelamos para arriba, cómo hacemos que todo el mundo que se está formando, tenga al menos un piso dado, porque del otro lado están las lesiones. Es un problema físico que termina lesionando y que termina en carreras truncas. El trabajo artístico en general, difiere de cualquier otro trabajo. Pero la danza en particular, difiere de cualquier otro. Ser bailarín es una elección y deben estar dadas las condiciones para estudiar y trabajar. Y es muy necesario que exista una conciencia social y cultural de que también es un trabajo, con mucha dedicación y estudio. No se está cuidando la labor de un artista», afirma Mariela.

Es así que la idea es que el instituto opere también a nivel de ese sostén económico que precisan los proyectos pedagógicos y artísticos en la danza: «Una de las líneas de apoyo son créditos reintegrables, con sumas bastante importantes de dinero. Existe esa posibilidad específca para espacios de danza en cuanto a mejorar la infraestructura. También está la idea de fomentar los espacios y teatros amigos de la danza, espacios escénicos que programen un porcentaje alto de danza. Es un incentivo a su vez para aquellos lugares que hoy aunque quisieran programar más danza, pero como los apoyos vienen de institutos y organismos que apoyan teatro u otras disciplinas, no les queda otra que programar eso. Sería una forma de ir al rescate de estas instituciones. No sólo son teatros no oficiales, sino que incluimos también a aquellos oficiales, que todo pueblo o toda ciudad tiene y que en general para la danza son los mejor equipados», comenta Eugenia.

Eugenia Schvartzman y Mariela Ruggeri, el 29A, en el Congreso. Foto: Erica Ventre.

Eugenia Schvartzman y Mariela Ruggeri, el 29A, en el Congreso. Foto: Erica Ventre.

Argentina: pionera en Latinoamérica con su Ley

En mayo de 2014, Eugenia Schvartzman y Mariela Ruggeri participaron de la Reunión Regional de Políticas Públicas para la Danza en la ciudad de Montevideo, en el marco del Festival Internacional de Danza Contemporánea del Uruguay, auspiciado por el Ministerio de Educación y Cultura a través del Instituto Nacional de Artes Escénicas y la Red Suramericana de Danza. Allí pudieron constatar que la movilización de Argentina en pos de una legislación y el hecho de tener una redactada es un avance elogiado por diversos países latinoamericanos.

R: ¿Cuál es el estado de situación en Latinoamérica en relación a la danza?

ES: Se expresó mucho la falta de legislación. Nuestro ejemplo, aunque la ley no está aprobada y en funcionamiento, fue muy importante. En casos como Brasil, que sólo tienen ‘planes de danza’, se vive mucha precarización en términos de la volatilidad de los gobiernos, funcionarios. Por más que se trata de una política de Estado de ese gobierno, nada garantiza que se continúe al año siguiente o quizás el plan no termina de estar recogiendo toda la diversidad de la danza. Veíamos que este debate concretado más fuertemente en Capital, ya que existe una tendencia a que el debate se polarice en torno a la danza contemporánea y en los países latinoamericanos las problemáticas de la danza, por ejemplo, no tienen casi nada que ver con esta disciplina. Es un debate que está bueno dar, porque es algo que también pasa en relación al resto del país. En el marco de la ley no distinguimos género, se pretende abarcar toda la actividad en todas su manifestaciones. Entra en contradicción en ciertos países, como Brasil, que tiene una producción enorme de danzas urbanas y folclóricas, si no se tiene en cuenta esto es perder de vista la realidad. Lo mismo en Ecuador, Colombia y Bolivia y Perú, que ni siquiera llegaron a la reunión. El caso nuestro fue notorio porque no hubo representación oficial institucional de gobierno, como sí de otros países. Evidentemente falta camino que recorrer porque, aunque tengamos la dirección e institución tal o cual, no genera política, no hay avance más allá de las compañías oficiales. Nos enorgullecemos de tenerlas, pero la política de la danza termina en instituciones de formación y compañías estables, pocas, pero algunas.

MR: En América del Sur no hay indicios de que los planes de gobierno continúen, incluso dentro de un mismo gobierno. Por eso es importante que las iniciativas que enmarquen políticas de gobierno estén dentro de una legislación. Luego se verá, dentro de un observatorio, qué funciona y qué no, qué planes se requieren. Pero es algo que tiene una continuidad.

R: También sucede que la idea de estar «cooptado» por el Estado es resistida en algunos ámbitos, ¿verdad?

MR: Hay una postura que tiene que ver con querer desprenderse del Estado, porque se lo vive como cooptador. Ese pensamiento es funcional al sistema. Lo bueno es trabajar con el Estado para introducir cambios, sino estás diciendo desde afuera que no querés tal o cual cosa, cuando tampoco tenés nada.

ES: El objetivo es que el Estado nos de un piso de igualdad. Si el Estado está ausente, alguien va a operar y eso es el mercado. Si entendemos que el Estado somos todos y te incluye, tiene una legitimidad a través del voto, eso implica ya una jerarquización más universal. Todo el mundo tiene igualdad de oportunidades. El Estado debe ser el garante de nuestros derechos y obligaciones. Si el Estado no promueve las nuevas tendencias, las nuevas experimentaciones, dónde quedarían. Desde ese mismo paradigma, se mira a Europa con ojos extasiados por las nuevas tendencias que surgen, pero es porque hay un apoyo fundamental del Estado, con subsidios. Y no queremos que el Estado se apropie de la legislación y la convierta en un mero plan. Un plan no garantiza que continúe. Se tiene que votar y aprobar. Las mayorías y minorías están todas expresadas en el Parlamento y después el Poder Ejecutivo de turno se hará cargo con la comunidad de la danza de llevarlo adelante. No queremos acortar tiempos en este sentido.

R: Como decías, ser bailarín debe poder ser una elección de vida, legitimado social y culturalmente. A eso vamos con la ley.

MR: Bailar es un trabajo. A veces hay mitos, como el de que parece que sos tocado por una varita mágica y te convertiste en bailarín, que invisibiliza un trabajo propio, el trabajo de maestros, las condiciones económicas necesarias para hacer una carrera. Zapatillas, malla, comida, médicos, una estructura que tenes que tener para lograrlo.

HOY!

Ley Nacional de Danza Flyer