En «El País del Espejo» también se baila

Luego de una obra tan comprometida en su conceptualización como fue “Cuerpo extranjero”, la bailarina y coreógrafa Inés Armas, está realizando, junto a Ana Armas –bailarina y psicoanalista- y Daniela Fiorentino –titiritera y clown-, “El País del Espejo”, una obra para niños que cruza danza aérea, clown y títeres basada en el cuento  “A través […]

domingo, 23 de junio de 2013 |

Luego de una obra tan comprometida en su conceptualización como fue “Cuerpo extranjero”, la bailarina y coreógrafa Inés Armas, está realizando, junto a Ana Armas –bailarina y psicoanalista- y Daniela Fiorentino –titiritera y clown-, “El País del Espejo”, una obra para niños que cruza danza aérea, clown y títeres basada en el cuento  “A través del espejo” de Lewis Carroll, todos los domingos de junio y julio, a las 18.30, en el Club de Trapecistas “Estrella del Centenario” (Ferrari 252, CABA).

En esta obra, Juana, una niña de 10 años, atraviesa el espejo de su habitación y encuentra un mundo mágico en el que la realidad y la fantasía se entrelazan. La construcción de la propia identidad a través del nombre y el cuerpo, uno de los ejes importantes de esta nueva creación que, de parte de quienes viene, no puede más que pensarse como otra gran oportunidad para disfrutar de un gran espectáculo.

Daniela Fiorentino, como la Reina, y Ana Armas, en el rol de Juana, la niña que atraviesa el espejo. Foto: Gentileza Inés Armas.

Daniela Fiorentino, como la Reina, y Ana Armas, en el rol de Juana, la niña que atraviesa el espejo. Foto: Gentileza Inés Armas.

Para conocer más acerca de esta aproximación multidisciplinaria y profunda en relación al mundo infantil, conversamos con Inés sobre la producción:

R: Se trata de una obra para niños en la que se fusionan títeres, danza y clown, ¿cómo fue el trabajo de unir estos lenguajes en la creación de un mundo infantil? ¿Cuáles fueron los desafíos y cuáles las satisfacciones de este proceso junto a Ana Armas y Daniela Fiorentino?

I: Uno de nuestros primeros objetivos fue indagar en el cruce de disciplinas, porque pensamos que unas se enriquecen con las otras. En este sentido, observar las capacidades de comunicar de cada área para aprovecharlas al máximo y trenzarlas con otras áreas nos llevó a buscar un lenguaje único y a la vez múltiple en donde juegan los sentidos, la imaginación y también la razón. El cruce lo investigamos de manera que cada disciplina encarne en la otra, los títeres danzan y la bailarina habla, la clown danza, no son lugares estancos en donde cada performer se luce en su campo, sino que son lianas que nos ayudan a tejer el lenguaje especial de la obra.

El universo infantil surgió de la exploración de los personajes centrales de la obra  «A través del espejo» de Carroll: una niña de diez años y una reina de ajedrez, la relación entre ambas y lo que cada una proyecta en la otra.  Jugar frente a un espejo, mirarse hasta encontrar la extrañeza del que nos mira del otro lado, es un juego tan familiar como intrigante, es un juego de niños y de adultos también, y fue el juego que nos sirvió para comenzar a explorar en improvisaciones que luego se convirtieron en materiales para la obra.

Para las tres autoras esta obra fue un desafío importante. Para mí desde la dirección, observar, ordenar y orientar los materiales probados para constituir un discurso único y múltiple a la vez; conciliar la espontaneidad del clown con la precisión técnica de la danza aérea; sintonizar con la  base argumental del libro; hacer una obra para toda la familia, orientada hacia los niños y también hacia los padres. Todas estas fueron cosas nuevas para mí, desafiantes y también satisfactorias. El desafío es  casi simultáneo a la satisfacción.

R: ¿Hace cuánto vienen trabajando el proyecto y cuál fue el disparador de su creación?

Empezamos a trabajar hace un año y medio. La idea surge de varios encuentros: el encuentro entre tres mujeres que trabajamos en distintas áreas artísticas y docentes y que pusimos nuestra mirada en el universo de los niños. Y a su vez el encuentro, o mejor dicho el re-encuentro con el libro de Lewis Carroll, que nos despertó interés por su amplitud de sentido, por la incursión en el inconsciente de una niña en la edad en donde crecer implica cambios acelerados y constantes, y también porque siendo una historia infantil no pretende dejar moralejas sino dejarnos preguntas, cuestión que nos gustó para abordar un trabajo artístico.

Danza aérea, clown y títeres. Toda una propuesta para "El País del Espejo". Foto: Gentileza Inés Armas.

Danza aérea, clown y títeres. Toda una propuesta para «El País del Espejo». Foto: Gentileza Inés Armas.

R: ¿Cómo es el desarrollo de cruce con la obra literaria de Lewis Carroll?

El cruce con la obra literaria lo trabajamos entre las tres, reuniéndonos a charlar sobre las lecturas de cada capítulo, concentrándonos en los personajes de la niña y la reina y en las sensaciones que cada situación nos dejaba. Luego comenzó el proceso de escribir el guión, que fuimos haciendo paralelamente a los primeros encuentros en estudio para ensayar. O sea, que escribimos el guión mientras buscábamos el lenguaje de movimiento, las sensaciones físicas y la comunicación a través de las imágenes.

R: Es interesante pensar que, luego de obras con una densidad de abstracción y concepto tan importantes en la elaboración del movimiento de parte de Cía. Móvil, hoy estén trabajando sus herramientas para el mundo infantil: ¿cómo trabajan ese cuerpo en movimiento para este público tan especial?

I: Parece bastante loco pero la verdad es que muchas de las cuestiones investigadas en «Cuerpo Extranjero» nos sirvieron de base para desarrollar «El País del Espejo», la concepción del cuerpo, el uso del espacio, la pregunta por el origen de las cosas y por la existencia, están presentes en ambos trabajos. Cambia el lenguaje pero es un cambio orgánico, es como cuando hablás con un adulto y luego hablás de lo mismo con un niño, las palabras elegidas pueden ser otras pero el fondo de lo que se dice es el mismo. Estoy segura de que tener una hija de tres años y medio fue una de las principales causas que me llevaron a encarar este trabajo, dirigirme a ella, a ellos es una especie de lugar que no tenía pensado y surgió de una manera natural, de una necesidad.

Ana Armas vuela en la piel de Juana. Foto: Gentileza Inés Armas.

Ana Armas vuela en la piel de Juana. Foto: Gentileza Inés Armas.

R: El espectáculo cuenta con soportes diversos –como proyecciones- y una variedad musical interesante, que va desde los tonos latinoamericanos a la música contemporánea: ¿cuáles fueron los fundamentos de estas decisiones estéticas para completar el espectáculo?

I: La inclusión de video-proyecciones acompaña la puesta desde el inicio, y constituyen un interlocutor fundamental para las actrices, ya que aportan momentos mágicos como el momento en el que la niña se mira al espejo, hasta que su imagen comienza a hacer cosas que ella no hace. La dimensión multimedia es parte fundamental de la dramaturgia de la obra. Este recurso es aceptado naturalmente por los espectadores, que tienen la facilidad de aceptar lo propuesto y completarlo con su imaginario. La música es también un apoyo, y al incluir ritmos latinoamericanos conseguimos acercarnos a nuestras raíces y componer una niña más cercana a estas latitudes.

Otra toma de esta obra divertida y profunda para los niños. Foto: Gentileza Inés Armas.

Otra toma de esta obra divertida y profunda para los niños. Foto: Gentileza Inés Armas.

R: ¿Les han sorprendido devoluciones de sus pequeños espectadores? ¿Hay alguna anécdota?

I: Los pequeños no paran de sorprender por la alta capacidad de atención y por la natural participación como espectadores, entendiendo espontáneamente el código del teatro, respetándolo y, a su vez, hablando todo el tiempo, gritando si es necesario para ayudar a los personajes a resolver sus problemas. Anécdota: ante un «gag» de Daniela, cuando anuncia «Voy a desaparecer por completo» y haciendo unos pases mágicos no consigue realizar tal magia, un niño  grita «No funcionó»… Justo antes de que la actriz diga ese mismo texto. Y de estas hay muchas, los niños no paran de tirar el texto que nosotras mismas escribimos…¡y nos costó mucho escribirlo!

R: ¿Hay un rango de edades que sea adecuado para disfrutar la obra?

I: La obra es recomendada de 3 a 110 años. Mi abuela que tiene 101 va a venir pronto y ¡estoy segura que la va a disfrutar mucho!