En2Tiempos: cuando el cuerpo se hace tiempo y sonido

Por María José Lavandera El ciclo “EN2TIEMPOS. Itinerarios de danza” es una iniciativa de la Prosecretaría de Arte y Cultura de la Universidad Nacional de La Plata que ya tiene tres años, a cargo de la artista Alejandra Ceriani. Este año convocó docentes y alumnos avanzados de la carrera Diseño Multimedial de la Facultad de […]

martes, 05 de noviembre de 2013 |

Por María José Lavandera

El ciclo “EN2TIEMPOS. Itinerarios de danza” es una iniciativa de la Prosecretaría de Arte y Cultura de la Universidad Nacional de La Plata que ya tiene tres años, a cargo de la artista Alejandra Ceriani. Este año convocó docentes y alumnos avanzados de la carrera Diseño Multimedial de la Facultad de Bellas Artes con el objetivo de indagar los cruces entre la danza y procesos tecnológicos multimediales. En ello, se buscó la indagación en un  “diálogo compartido respecto a los procesos de exploración del cuerpo, la interactividad o reactividad con dispositivos e interfaces”, según se explica en  la web de la facultad. De este modo se pone en cuestión la relación entre los espacios físico y virtual, los lenguajes audio-visuales y los sistemas de comunicación interactiva.

El método de elaboración es el de la mostración en proceso: es así que las obras, al tiempo que se elaboran, son filmadas, reseñadas y expuestas al público. Se genera así un “escenario-laboratorio” abierto que “posiciona a los artistas y al público en una relación viva y fluida, real y virtual del cuerpo, el tiempo, el espacio, la imagen y el sonido”, tal como indican sus organizadores.

"Cuerpo.Módulo.Código", la última obra presentada en el ciclo. Foto: Gentileza En2Tiempos.

«Cuerpo.Módulo.Código», la última obra presentada en el ciclo. Foto: Gentileza En2Tiempos.

Es así que a lo largo del año se han reunido diversos grupos de trabajo e indagación, cuyos desarrollos son seguidos por conferencias con teóricos y público.

Ceriani indica que la propuesta permitió “el ingreso de la danza a lo académico. Invité coreógrafos a llevar un trabajo y que lo puedan hacer dentro de las aulas. La primera condición era adaptarse al lugar. Después, seguía una conversación con los asistentes: la idea era que al terminar de bailar, recibieran preguntas y contaran cómo trabajaban. La idea era que no quede en la cosa espectacular, sino de mostrar procesos y hablar sobre ellos”.

El trabajo sobre nuevas tecnologías y cuerpo surgió como una forma de contribuir a una investigación que ella ya está realizando sobre el tema: “Trabajo mucho sobre la observación y el registro de campo. El año pasado propuse hacer un intercambio entre Bellas Artes y la carrera de comunicación audiovisual para lograr un cruce de video y danza; entonces invitaba a un camarógrafo, fotógrafo de la carrera, a trabajar en el mismo espacio que los bailarines. Quise ver cómo actuaba el cuerpo del que lleva la cámara en esta situación y qué veía de eso el público a su vez. Este año ampliamos a la posibilidad de trabajar con la carrera de multimedia. Incorporamos, además del videasta que registra todos los procesos, una reseñista, que va acompañando y registrando esto, desde una perspectiva analítica. Hacer una reflexión teórica, para que el proceso sea completo. En diciembre se mostrarán los textos de la reseñista y los videos. Todo quedará registrado en nuestro anuario. Luego habrá mesas con programadores y coreógrafos, que trabajan con nuevas tecnologías”.

La hibridación es la regla y, con ello, el corrimiento de los límites entre público y escena: “Es una experimentación con los proyectos de hibridez de los lenguajes y se llevan adelante en el mismo momento que lo estás viendo. Sos parte de eso cuando sucede”.

En este sentido, es importante para ella generar la puesta en público de procesos: “Tengo claro que parte del objetivo es que el público entienda y acepte hablar de procesos; no me es tan importante cómo se ve, sino lo que sucede luego con el público y esos artistas. Ahí se ve qué pasa con el proceso, cómo se vive, qué entendió la gente, qué devuelve, es ese diálogo que me interesa. A ese nivel creo que se han logrado cosas, porque si los grupos siguen trabajando, a mí me parece que ahí hay algo. Además, la producción de textos sobre danza fuera del periodismo de danza, o la crítica, es otro de los puntales que me resulta más que interesante. Se trata de interpelar a la danza como manifestación. El espectáculo es sólo la punta de ice-berg. Este ciclo ya cumplió tres años, y si seguimos la idea es que el año que viene hagamos una movida con tres universidades, con danza transmitida vía web. Ahí estaría buenísimo cerrar el ciclo”.

Anibal Zorrilla y Emiliano Causa. CHARLA CON INVITADOS ESPECIALES SOBRE TECNOLOGÍA DIGITAL INTERACTIVA APLICADA A LA ESCENA, GENERATIVIDAD, CÓDIGO Y CUERPO.  FACULTAD DE INFORMÁTICA. UNLP. Gentileza: En2Tiempos.

Aníbal Zorrilla y Emiliano Causa. Charla con invitados sobre tecnología digital interactiva aplicada a la escena, generatividad, código y cuerpo. Facultad de Informática. UNLP. Gentileza: En2Tiempos.

Proyectos   

Hasta ahora se llevaron a cabo tres proyectos:

El primero, en junio corrió a cargo del grupo “Proyecto 032”, quienes desarrollaron la obra “Tanzt Tanzt”, una propuesta de diálogo entre danza, música y nuevos medios. Fueron sus hacedores Sebastián Nill, Lisandro Peralta, Christian Delhey, Natalia Capelloto; Soledad Belén estuvo a cargo del registro audiovisual y Lucía Engert realizó las reseñas.

A fines de octubre se presentó “Cuerpo Módulo Código”, que explora “la relación entre el cuerpo, el movimiento, su modelización y transformación en imagen y música, intentando descubrir y forzar los límites de los dispositivos”, según explican sus autores. La performance estuvo a cargo de Soledad Belén, la programación fue de Laboratorio EmmeLaboratorio (Francisco Alvares Lojo, Ezequiel Rivero, Ariel Uzal, Rosa Nolly y Emiliano Causa), las reseñas son de Ludmila Hlbovich y la producción audiovisual, de Cirila Luz Ferron.

Y en medio de ambas, en agosto, se presentó la innovadora “Vestida de Datos”, una propuesta especialmente llamativa en cuanto al diálogo entre cuerpo, movimiento y música, una interacción cara especialmente al mundo de los bailarines que “interpretan” físicamente la música. Ahora, ¿qué pasa cuando la música sale literalmente de sus cuerpos, producida por ellos mismos?

Un dispositivo que alimenta el movimiento. Foto: Gentileza Daniela Camezzana.

Un dispositivo que alimenta el movimiento. Foto: Gentileza Daniela Camezzana.

Los encargados de este proyecto fueron el diseñador multimedial Luciano Camicia, la bailarina Daniela Camezzana y la diseñadora industrial Clara Tapia, quien fue la hacedora de un traje muy particular: juntos desarrollaron un dispositivo que genera sonido con el movimiento. De este modo, la bailarina a cargo se vio en la tarea de armar una performance dando coherencia al material sonoro que su propio cuerpo producía. Varias sorpresas causó en el público presente, que se quedó impresionado por este desarrollo y su puesta en acción.

¿Cómo crear un territorio en común entre el cuerpo y la máquina? La intérprete se viste de datos. El vestido transforma su superficie corporal en emisora de información, en un lenguaje que la máquina puede captar. Las señales se compatibilizan. La interfaz opera traduciendo los movimientos espacio-corporales en puntos, coordenadas y ejes que la máquina es capaz de interpretar y transformar en sonidos. Una relación de triangulación entre el cuerpo, la máquina y el efecto sonoro produce un bucle de retroalimentación que condiciona o modifica el movimiento corporal de la intérprete. El cuerpo, sin contacto, se ejecuta a sí mismo como instrumento”. Así escribió Lucía Savloff, reseñista encargada de esta obra.

Daniela comentó a REVOL el proceso de trabajo en el marco de una investigación académica de esta envergadura y los desafíos que constituyó este proyecto, que era completamente inédito para ella: “Para mí fue meterme en un mundo inexplorado, novedoso y súper enriquecedor a la hora se investigar sobre movimiento. A principio de año hicimos una reunión general donde Alejandra nos comentaba que la idea era que conformáramos grupos de investigación, en que nos lanzáramos a trabajar sin la idea de producto, de llegar a una obra, sino más bien de investigar el proceso creativo y cómo la danza –o el movimiento- como lenguaje podía interactuar con las nuevas tecnologías y la multimedia. Nos anotábamos sin saber quién era su compañero de proyecto. Nos íbamos a conocer en el mismo proceso de trabajo. Cuando nos juntamos con Lucho, mi compañero de multimedia, él me propuso que quería trabajar con sonido. Los dos coincidíamos en que la experiencia visual en danza está más explotada, y que el sonido en la danza entra como una composición musical, un diseño sonoro que enmarca el movimiento, pero no emerge del movimiento. Así nos pusimos a trabajar. En principio nosotros dos, con la ayuda de una reseñista –Lucía Savloff-, quien iba haciendo un seguimiento del proceso, y hacía un trabajo teórico en base a ese proceso”.

R: ¿Cómo fue el proceso de trabajo?

D: Los primeros ensayos fue entendernos. Él no tenía idea de movimiento, así que le explicaba que yo investigo desde el movimiento mismo, no desde secuencias preconcebidas. Por su cuenta, él me iba explicando también algunas cosas en relación a programación. Esto empezó después de abril de este año, por el tema de las inundaciones. Recién arrancamos en mayo a juntarnos nuevamente. Empezamos a hacer algunas pruebas. El dispositivo como tal empezamos a probarlo funcionando a fines de junio. Antes era prueba y error. Íbamos al ensayo, no sonaba, teníamos que averiguar qué le pasaba. Era ir probando hasta entender qué pasaba y para Lucho, incorporar toda esa información para volver a programar.

"Vestida de Datos". Foto: Gentileza Daniela Camezzana.

«Vestida de Datos». Foto: Gentileza Daniela Camezzana.

R: ¿Cómo fue para vos trabajar sobre tu propio sonido? ¿Cómo cambia la idea de movimiento?

D: Me sucedía que para hacerlo sonar y tener cierto control sobre las pautas de generación de sonido, yo pensaba que mi cuerpo eran puntos, que generaban líneas de un punto a otro. La imagen corporal se modifica completamente. Uno empieza a pensar que su cuerpo está emitiendo información para que la cámara lea. Ya no es el brazo, ya no importa si es del hombro a los dedos, o si la energía va del esternón a la punta del dedo, sino que en la muñeca vos sabés que tenés un punto de referencia que lo situás en el espacio, y ahí dibujás como si dibujaras líneas en el aire, y esas líneas producen determinados sonidos. Así que cambia completamente la cabeza de uno para moverse.

R: ¿Cómo sienten que el público recibe la idea de ver un trabajo en proceso?

D: Cuando invitamos a la gente a este evento, quisimos que quedaran en claro dos cosas: en principio, que era un proceso, la propuesta era muy sobria, pocos elementos escénicos –era el cuerpo y el dispositivo-, así que de entrada lo dejamos en claro. Que los videos estuvieran en Youtube, hicieron que la gente algo supieran, una idea. La sensación que tuve es que el público se sorprendió al ver eso en movimiento, ya que se van encontrando matices, van viendo cómo crece; el público retroalimenta todo el tiempo la propuesta, en base a lo que está sucediendo en la escena. En ese sentido, nos hicieron miles de preguntas. Tiene que ver con la intriga. La verdad que la recepción fue muy buena.

R: ¿Cómo armaron el traje?¿Tuvo algunas prerrogativas para su funcionamiento?

D: Clara Tapia, amiga, bailarina y diseñadora, construyó un diseño estético acorde al discurso que veníamos construyendo. Ella se incorporó a los ensayos y vio qué necesidades había en función del movimiento. En las partes de las articulaciones, se usa una tela de lycra, que permite que se estire, y en las partes rígidas, una cuerina. Es como la estructura del cuerpo: lo óseo y lo articular. Tuvimos que indagar mucho en cómo estaba compuesto el cuerpo, para también entender cómo hacer un esqueleto por fuera. Supo leer muy bien desde dónde yo venía leyendo el movimiento.

Daniela, en acción. Foto: Gentileza Daniela Camezzana.

Daniela, en acción. Foto: Gentileza Daniela Camezzana.

R: ¿Cómo fuiste desarrollando el movimiento que presentás en escena?

R: Yo no creo en la inspiración divina. No creo que la espontaneidad reemplace al trabajo. Creo mucho en que si bien fue una improvisación –yo no tenía una secuencia pautada con un comienzo y un final-, sí un final pero por una cuestión de código de programación, eso igual fue necesidad pura, porque no sabía cómo iba a llegar a ese final. Pero sí vengo hace años, entendiendo que la improvisación es una exploración de materiales y que uno va eligiendo y seleccionando; en los ensayos uno tiene que improvisar como si fuera la función para poder seleccionar esos materiales que a uno le interesan y que hacen al universo de lo que está en ese momento contando a través de la danza. En ese sentido, en los últimos ensayos, cuando el dispositivo ya funcionaba y yo podía probar cosas del movimiento, sin estar preocupada por la cámara, empecé a ver algunos lugares que me interesaban desde el movimiento, que tenían que ver con dinámicas, o con lugares desde el cuerpo por los que antes no había pasado, tenía que ver con romper la frontalidad del trabajo: qué pasaba cuando uno trabajaba de espaldas a la cámara, si sabías que no le estabas brindando información a la cámara por ejemplo, cómo se ocultaban los leds y cómo aparecían. Empezás a encontrar un montón de estrategias e imágenes. Todo el tiempo también me pasaba algo sensible que tenía que ver con el sonido. En las pasadas en que mejor estuve fue cuando a mí algo del sonido producido por mí misma me conmovía o me angustiaba o me exaltaba. Trabajar con ese estado, lo hacía mucho más expresivo y no tan formal. Sí sabía dos dinámicas que me interesaban, pero las alternaba en función del sonido: siempre tenía que estar a la escucha de qué sonaba y eso me condicionaba a ir hacia una o hacia otro movimiento. Eso no lo tenía pautado.

R: ¿Fue difícil compatibilizar la idea de cuerpo-movimiento-sonido?  

D: Era inevitable buscar mi relación con el sonido, porque cuando no lo registrás, se nota. Si me quedaba en lo físico, se re notaba que no le estaba poniendo atención a lo que estaba sonando. Entonces en eso entendí que el trabajo era registrar qué me devolvía el sonido que realizaba con el cuerpo y a su vez eso que realizaba con el cuerpo, me devolvía otro sonido. Podés estar horas improvisando.

AGENDA «En2Tiempos» Noviembre/Diciembre

Viernes 22 de novimebre  20hs. / Planetario/ Facultad de Astronomía – Performance  «Speak fractal» – De Alejandra Ceriani, Fabricio Costa Alisedo, Fabián Kesler, Javiera Sáenz

Viernes 6 de diciembre 18hs. / Sala Palacios / Rectorado – Cierre con ponencias de reseñistas y muestra de videos de Soledad Belén, Cirila Ferrón, Ramiro Peri, Sabrina Jones, Lucila Mendoza, Lucia Svaloff, Lucia Engert, Lucia Merlos, Mariana Sáez.

Entrada libre y gratuita