«Ensayo sobre el final del invierno»: Contemporáneo en cuerpo y

Por María José Rubín En el salón principal de un edificio que clama sus más de cien años de historia en cada detalle arquitectónico, nos recibe el trinar de un inconfundible violín barroco: Bach. Parece difícil asociar la escena a una obra contemporánea. Pero el fenómeno no tardará en suscitarse. Los otros Las luces oscilan […]

sábado, 25 de mayo de 2013 |

Por María José Rubín

En el salón principal de un edificio que clama sus más de cien años de historia en cada detalle arquitectónico, nos recibe el trinar de un inconfundible violín barroco: Bach. Parece difícil asociar la escena a una obra contemporánea. Pero el fenómeno no tardará en suscitarse.

Los otros

Las luces oscilan y una decena de bailarines camina hacia el centro de la Sala Williams. Los espectadores los observamos desde un semicírculo de sillas dispuestas de espaldas a la entrada principal.

Los espectadores. Esa es la primera pregunta que lanza la obra: diez integrantes de la Compañía Nacional de Danza Contemporánea se detienen ante nosotros, forman una fila y nos observan detenidamente. En silencio, inmóviles, parecen imitarnos. ¿Esperan que la inquietud de la audiencia les indique el comienzo de la obra, mientras ellos toman nuestro lugar de público? ¿O estarán contando hasta cien?

"El tiempo y el espacio parecen diluirse: los límites se funden y cuesta trazar la línea que separa el antes y el ahora". Foto: Ramiro Peri

«El tiempo y el espacio parecen diluirse: los límites se funden y cuesta trazar la línea que separa el antes y el ahora». Foto: Ramiro Peri

El tiempo y el espacio parecen diluirse: los límites se funden y cuesta trazar la línea que separa el antes y el ahora, la espera que precede a la obra de la obra en sí, el muro invisible que deja de un lado y otro a los artistas y a su audiencia.

La espera continúa: bien pudo haberse extendido durante cuatro minutos y 33 segundos, en homenaje al intrépido John Cage. De este lado, la ansiedad de los presentes varía, mientras intentamos, imitando a nuestros propios espectadores, limitarnos a la observación, contener los movimientos y ocultar los inevitables sonidos accidentales, en un espacio cuya acústica centenaria nada perdona.

El Ensayo sobre el final del invierno, en verdad, ya empezó.

"Los personajes comienzan a descubrirse, a sí mismos y entre ellos, saliendo dolorosamente, en canon, de un pesado letargo". Foto: Ramiro Peri

«Los personajes comienzan a descubrirse, a sí mismos y entre ellos, saliendo dolorosamente, en canon, de un pesado letargo». Foto: Ramiro Peri

El invierno se desata

En una pequeña platea privada, en una esquina del espacio escénico, toman sus lugares. La compañía se pone en marcha: los personajes comienzan a descubrirse, a sí mismos y entre ellos, saliendo dolorosamente, en canon, de un pesado letargo.

Dos dúos de combatientes se suceden, con impecable técnica en el cuerpo y reflexión contemporánea en el alma. El resto de la compañía oficia de audiencia, e incluso quienes componen los dúos alternan sus roles, bailarines y espectadores a la vez.

La quietud y el silencio sobrevuelan la obra como fantasmas, el público entra y sale de aquel tiempo diegético, atraído hacia los márgenes de una función que por momentos se muestra inmóvil y silenciosa.

A veces, un clavicordio llena el espacio. Otras, los cuerpos y el suelo generan la música, marcan el ritmo de una obra que, desde el principio, cuestiona también los límites del escenario. El edificio se integra al espectáculo: sus puertas, sus cristales, sus rincones; todo espacio es fecundo y los movimientos se trasladan a un fuera de campo que genera nuevas relaciones.

"Bailan al unísono, por primera vez desde que comenzó la obra, y podemos ver no ya una síntesis de sus movimientos bajo ropas holgadas, sino los movimientos plenos, totales". Foto: Ramiro Peri

«Bailan al unísono, por primera vez desde que comenzó la obra, y podemos ver no ya una síntesis de sus movimientos bajo ropas holgadas, sino los movimientos plenos, totales». Foto: Ramiro Peri

Espectadores totales

Una silueta desnuda se dibujó contra una puerta. Fue y vino de espaldas varias veces, casi en las sombras. También a oscuras, una bailarina-espectadora se detiene ante su público. Se produce una transición que la descubre paulatinamente: las luces se encienden y ella se despoja de sus prendas. La vemos cada vez más: más iluminada y más desnuda.

La escena se repite: cada uno de los integrantes de la compañía se revela ante nosotros. Bailan al unísono, por primera vez desde que comenzó la obra, y podemos ver no ya una síntesis de sus movimientos bajo ropas holgadas, sino los movimientos plenos, totales. Pronto comienzan a verse las marcas que deja el suelo en la piel, los cuerpos desnudos abandonando la sala por la puerta principal, a nuestras espaldas. ¿Podemos observarlos mientras se van? ¿Siguen bailando o ya son simplemente personas desnudas que merecen permanecer a salvo de las miradas indiscretas? La sensación es inevitable: estamos viendo más de lo que merecemos.

Un solo cuerpo permanece. El último, que se detiene y nos observa. Otra vez esa mirada que interpela. Las luces se apagan. Sigue allí. Mira a sus espaldas, camina hacia una puerta y desaparece. Intuimos que la función ha terminado, pero hacen falta unas primeras palmas desde el fondo para que nos atrevamos a aplaudir.

Así culmina un ensayo que cuestiona los límites del tiempo y el espacio de la obra, que alcanza al público con sensaciones y emociones, pero también con la fuerza de una pregunta bien formulada.

"Mira a sus espaldas, camina hacia una puerta y desaparece". Foto: Ramiro Peri

«Mira a sus espaldas, camina hacia una puerta y desaparece». Foto: Ramiro Peri

CUÁNDO Y DÓNDE

«Ensayo sobre el final del invierno»

Idea y Coreografía: Emanuel Ludueña

Funciones: miércoles y jueves de mayo y junio, a las 21

En el Centro Nacional de la Música y la Danza – México 564, Ciudad de Buenos Aires

Entrada gratuita

Las localidades se retiran el día de la función, una hora antes del comienzo.

Es APTO para MAYORES de 18 años, ya que este espectáculo tiene escenas de desnudo.

Fotos de Ramiro Peri, en http://www.ramiroperi.blogspot.com.ar/Fueron tomadas el 15/5/2013, día del estreno.