“Formas inconstantes”, o cómo interpretamos los destellos de la propia sombra

Los bailarines y actores Sonia Nocera y Juan Manuel Martínez, con exclusivo asesoramiento de la coreógrafa Andrea Castelli, proponen una indagación teatral, con intervenciones en danza, en que comentan las vicisitudes del propio reflejo.

jueves, 24 de julio de 2014 | Por Maria José Lavandera

Sonia Nocera y Juan Manuel Martínez son rápidamente “Juan y Sonia”, como si no hubiera distancia, diferencia entre ellos. Una de esas combinaciones de fórmula ideal. Y quizás hacen honor así a su primera obra, una indagación teatral, con intervenciones en danza, en que comentan las vicisitudes del propio reflejo: un “qué ves cuando te ves” de un hombre que se ha perdido a sí mismo en la vida y acarrea un espejo agigantado que lo pone a prueba de modo permanente en relación con algunas tortuosas devoluciones de la memoria que lo enfrentan con lo que es, lo que fue y lo que quizás, en alguna parte, desea ser.  La propuesta encontró casa en el Espacio Teatral Pan y Arte, en Boedo, y está llamada “Formas inconstantes”, obra que ha contado nada menos que con el asesoramiento de la coreógrafa Andrea Castelli, y se presentará a partir del 3 de agosto de 2014.

SoniayJuan

“Bailan y enseñan juntos”, como ellos mismos lo definen, indagando en diversos ámbitos artísticos. Sonia viene de la danza clásica, habiéndose formado con algunos de los grandes maestros de la escena porteña, como Haichi Akamine y Alfredo Gurquel –hoy profesora también de este arte en el IUNA- y Juan, rosarino, es eminentemente actor. Pero se fueron cruzando a mitad de camino de las aproximaciones diversas que cada uno fue haciendo: Juan, de hecho, tomó la danza contemporánea como un espacio más de indagación. Amén de aprendizajes en diversas disciplinas, fue el tango que los unió en un lenguaje común y les ha permitido florecer en pareja como profesionales, viajar por el mundo y generar algo del ambiente organizado alrededor de “Formas inconstantes”, esta primera obra que se encuentra con una variedad de herramientas y lenguajes para elaborar los diversos climas de la historia de un hombre desencantado, harapiento, que alberga aún una pizca de esperanza en un encuentro fortalecido consigo mismo más allá de las mutaciones trágicas que le haya traído la vida.

Un hombre que a veces se busca en su reflejo pasado, y plantea su deseo presente y futuro de sí mismo. Foto: Gerardo Azar.

Un hombre que a veces se busca en su reflejo pasado, y plantea su deseo presente y futuro de sí mismo. Foto: Gerardo Azar.

Cuentan ambos que fue un proyecto, el primero que realizan de modo independiente e íntegramente por sí mismos, que nació de las ganas de emprender un espacio creativo propio, más allá de aquellos otros para los que fueran convocados laboralmente. “Yo estaba un poco cansado de tratar de unirme en espacios que no me convencían. Se fue gestando con tiempo y muy despacito, porque uno va haciendo otras cosas a la par”, cuenta Juan.

Sonia y Juan, en los últimos años, han participado como bailarines y actores en algunas de las bellas intervenciones coreográficas de Andrea Castelli, como “Volver” en el Museo Casa Carlos Gardel, “Taxidermia” en el Museo Bernasconi y “Enaguas” en el Museo Nacional de la Historia del Traje.  Se han presentado en el Concierto de Gala “Tango”, en  Puerto Príncipe, Haití y en la celebración por el 25 de Mayo en la Embajada Argentina de dicha ciudad. Se presentaron también en Finlandia en el Seinäjoki Tango Markkinat y en Bremen (Alemania), ambos eventos declarados de interés Cultural por el  Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la Ciudad de Buenos Aires-Argentina.

Sonia Nocera y Juan Manuel Martínez, una pareja de bailarines que se encontró a mitad de camino de sus aproximaciones artísticas a través del tango. Foto: Gentileza.

Sonia Nocera y Juan Manuel Martínez, una pareja de bailarines que se encontró a mitad de camino de sus aproximaciones artísticas a través del tango. Foto: Gentileza.

Sonia comenta: “Con la necesidad de armar algo, es increíble pero empezaron a surgir otras propuestas. Y nosotros tratamos de mantener paralelamente nuestro trabajo. La decisión fue hacerlo porque era experiencia, viajes. Llegado 2014, decidimos cerrar el proyecto. Con Andrea Castelli, como trabajamos tanto juntos, se creó un lindo vínculo. Y fue en una charla medio íntima que tuvimos, ya preocupados porque nos costaba avanzar, que le pedimos una mano. Nos dijo que nos ayudaba pero que ya fuéramos buscando un lugar para estrenar. Poner una fecha para el estreno fue el motor para arrancar”.

El reflejo, a Borges

Fue leyendo a Borges que apareció la idea inicial para “Formas inconstantes”. Una frase del poema “Cambrige”, del libro “Elogio de la sombra” (1969) es su lema rector: “Somos nuestra memoria, | somos ese quimérico museo de formas inconstantes, | ese montón de espejos rotos”.

“Fue un punto de partida para trabajar el personaje principal. Ahí se disparó el tema de los miedos al reflejo y lo fuimos llevando a un lenguaje medio deformado del tango. El personaje de la obra es un tipo que pudo haber tenido un pasado como alguien importante. Hoy es una especie de linyera, un hombre que lo ha perdido todo, y tiene la carga eminente de su espejo. Hicimos ese marco de espejo enorme. Atravesarlo te lleva a otro lugar y permite dos dimensiones en un mismo relato. Este hombre no va recorriendo su presente de modo lineal, sino que de golpe te dispara a su pasado, luego piensa en el ahora, vuelve a su carga, a su reflejo, a su miedo”, acota Juan. No obstante, nada era una condición inexpugnable al comenzar, la obra se fue dando a medida que avanzaban. “Con el ritmo de la obra, también se fue dando el lenguaje. Nunca lo planteamos tajantemente. Fue naciendo en medio del trabajo”, asegura el bailarín y actor.

Y el rol del reflejo, de las ensoñaciones, de los miedos está a cargo de Sonia, que plantea la ambigüedad de su personaje: “Mi rol fue complejo en cuanto a la definición. Muchas veces soy el reflejo de este hombre, pero muchas veces también me empiezo a convertir en su pasado, en su recuerdo, en una relación que él tuvo con una mujer. Ella trata de enfrentarlo y de instarlo a mirarse en el espejo, ‘mirá lo que sos, mirá lo que tenés’. Es como un inconsciente que lo va llevando”, cuenta Sonia.

Sonia encarna las ensoñaciones, los miedos del hombre en "Formas inconstantes". Foto: Gerardo Azar.

Sonia encarna las ensoñaciones, los miedos del hombre en «Formas inconstantes». Foto: Gerardo Azar.

La experiencia de emprender: un feliz riesgo constante

Para ella, esta primera experiencia de autogestión es motivo de felicidad, una cuenta pendiente que quedaba en su haber como conocimiento y experiencia: “Siento cierto orgullo con lo que logramos. Ahora vamos con esta obra, después veremos. Producirnos a nosotros mismos era una experiencia que queríamos tener para estar inmersos desde el otro lado. Hablar con un técnico de luces, firmar un contrato con una sala, la prensa, cosas que cuando trabajás como bailarín, no hacés. Además en un plano  más artístico, quedé muy conforme con cómo fuimos cerrando la historia. Cómo se fue articulando. Y en mi caso particular, hay mucho a nivel interpretativo, algo que es un desafío en relación a  ponerme en un lugar de interpretación, sin estar bailando. Me parece que pudimos ir generando un lenguaje muy propio de esta obra, que implicó una mutación de distintas disciplinas y bagajes que traíamos”, asegura Sonia.

Fueron cuatro años de gestación. Juan asegura: “Hubo muchos parates. Pensamos también en dejarla. Hubo mucho sacrificio. Al ser dos, nos teníamos que dar ánimos mutuamente para arrancar. Si lo pensás, a veces la vida te lleva por otros lugares. Hacer esto es un vértigo importante. Pero está bueno no estar en lugares tan cómodos. Es un riesgo todo. Más allá de cómo salga a nivel de convocatoria, que siempre es un miedo, esto tiene invertido mucho trabajo y nos dio, ante todo, satisfacción. Eso ya está ganado. Lo que venga ahora, es extra”.

“Ha sido un crecimiento gigante”, concluye Sonia. “Y ahora viene la parte de las funciones, que es disfrutar a pleno. Esta experiencia te da seguridad para el día de mañana, si quiero volver a hacer otro proyecto propio, hacerlo. Ya sabemos cómo, y también, como bailarina, cuando participe en proyectos que son ideas de otros, hoy entiendo mejor por dónde pasan las cosas. Puedo ayudar y saber desde qué lugar estoy ayudando. Te permite también saber qué te falta, qué puntos fuertes tenés en todo plano. A nosotros nos gusta seguir capacitándonos siempre y no encasillarnos. A nivel artístico, la ductilidad que te da el conocimiento de distintos lenguajes es muy fértil para crear”, cierra la bailarina, en términos nuevamente colectivos. Parecen volver a su simbiosis tan especial, esa que, seguramente, inaugurará una pareja con química y oficio muy particulares en esta nueva obra, que ya ansiamos ver.

Un encuentro amoroso y furtivo, de un hombre con sus sombras, que son sus sueños, sus amores, sus frustraciones. Foto: Gerardo Azar.

Un encuentro amoroso y furtivo, de un hombre con sus sombras, que son sus sueños, sus amores, sus frustraciones. Foto: Gerardo Azar.

 

Ficha técnica

DIRECCIÓN, COREOGRAFÍA E INTERPRETACIÓN: Sonia Nocera y Juan Manuel Martinez | REALIZACIÓN Y TÉCNICA MUSICAL: Jorge Grela | ILUMINACIÓN: Victor Chacón | VESTUARIO: Carlos Kerr | PRODUCCIÓN GENERAL: Sonia Nocera y Juan Manuel Martinez | ASISTENCIA ESPECIAL EN PUESTA EN ESCENA: Andrea Castelli | ASISTENCIA DE DIRECCIÓN: Lucio Martinez y Mercedes Maurino | FOTOS: Gerardo Azar | DISEÑO GRÁFICO: Sedimprenta| AGRADECIMIENTOS ESPECIALES: Andrea Castelli, Gabriela Romero, Pan y Arte Teatro, José Nocera, Beatriz Marco, Mauro D’agostino, y a todos aquellos que apoyaron este proceso de creación con tanto cariño.

Cuándo y Dónde

ESTRENO: 3 de Agosto a las 19hs | FUNCIONES: Domingos de Agosto 19hs, en Teatro Pan y Arte (Boedo 876, CABA)

ENTRADAS: $80 | RESERVAS: 4957-6922/ teatro@panyarte.com.ar  / soniayjuantango@yahoo.com.ar