Herman Cornejo: La intensidad de un bailarín auténtico

«El» bailarín estrella del American Ballet Theatre, nos cuenta qué le aguarda este prolífico 2014, en que estrenó obra nada menos que junto a Alessandra Ferri, en el regreso a los escenarios, y fue nominado como Mejor Bailarín al Benois de la Danse.

martes, 26 de enero de 2016 | Por Maria José Lavandera

Él es el bailarín argentino del momento en el mundo. Es que quizás se lo metió ya en el bolsillo en 1997 cuando a sus 16 años ganó la Medalla Dorada en la VIII Competencia Internacional de Danza de Moscú, la misma que había ganado Julio Bocca a sus 19. Hoy, algún tiempo después, a sus 32, es uno de los más admirados Principal Dancers del American Ballet Theatre por su ductilidad y su histrionismo para encarnar cada rol.

Potencia y brillantez, sutileza y profundidad. Así podría definirse el trabajo del maravilloso Herman Cornejo, cuya última obra fue “Chérie”, llevada a cabo en el Signature Theater de Nueva York durante diciembre de 2013. Y nada menos que bajo la guía de la multifacética coreógrafa estadounidense Martha Clarke, y con una diosa como partenaire: Alessandra Ferri, con quien no había actuado nunca. Y no lo hizo en cualquier ocasión, sino en el selecto regreso a los escenarios de la bailarina italiana luego de haberse retirado oficialmente de la danza clásica en 2007. Se trató de una pieza que fue un desafío ya que no sólo lo convocó en su faceta de bailarín, sino también como actor, para representar la controversial historia creada por Colette en 1920, que relata el amor contrariado entre una mujer mayor y un joven durante los comienzos del siglo XIX. El elenco fue completado por la actriz ganadora del Oscar Amy Irving y la pianista Sarah Rothenberg.

Herman Cornejo y Alessandra Ferri, en "Chéri". Foto: Joan Marcus, para Signature Theatre.

Herman Cornejo y Alessandra Ferri, en «Chéri». Foto: Joan Marcus, para Signature Theatre.

Herman, quien acaba de ser nominado nada menos que al Premio Benois de la Danse a entregarse en mayo de 2014, vive un presente brillante. Hicimos junto a él un poco de retrospectiva y charlamos acerca de sus próximos proyectos:

R: ¿Cómo recordás la danza siendo tan chiquito como cuando empezaste? Si mirás para atrás, ¿te sorprende algo de aquel Herman que eligió la danza?

H: Sólo recuerdo que a los 6 años mis padres me llevaron a un club deportivo y entre todas las disciplinas que ofrecían elegí patín artístico. Supongo que no fue una decisión pensada, simplemente una sensación de querer bailar. A los 8 añitos viendo a mi hermana en el estudio haciendo ballet [N. de la R.: Erica Cornejo, Primera Bailarina en el Ballet de Boston], me atrapó mucho la idea de estar junto a ella y también me impactó lo lindo que era estar en la sala escuchando el piano. Mi primer impulsor para bailar siempre fue la música. Mirando hacia atrás, no me sorprendo de haber tomado la decisión de bailar porque mis padres fueron más que un soporte, nos apoyaron en todo momento y aún hoy siguen ahí.

R: Hoy sos uno de los bailarines argentinos –sino “el” bailarín- más mirado de la actualidad, ¿cómo sentís este momento de tu carrera?

H: Es un momento en el que uno tiene más responsabilidades que antes en cuestión de trabajar profesionalmente. Cada espectáculo, aunque sea un mal día personal, tiene que tener un nivel alto. Lo lindo de hacer arte es que nunca se siente como un trabajo. Es un placer hacer lo que te gusta y ser reconocido por ello. Acabo de ser nominado al premio Benoise de la Danse, equivalente a un Óscar para los bailarines. Se me nominó por mi actuación del 2013 en “El Lago de los Cisnes”, “Sylvia”, “La Tempestad”, con coreografía de Alexei Ratmansky y por “Chéri”. Un año para no olvidar. Los premios serán entregados en el escenario del Bolshoi en Moscú en el mes de mayo de 2014.

R: ¿Cómo surgió “Chérie”? ¿Cómo fue trabajar con Martha Clarke, una coreógrafa tan multifacética, de impronta interdisciplinaria?

H: “Chéri” para mí fue como algo caído del cielo. Martha Clarke pasaba un día por los estudios del American Ballet Theatre y me vio ensayar “Black Tuesday” de Paul Taylor y se quedó estática mirando la obra. Al término se me acercó, me dijo que se había enamorado de mí, y al instante se puso colorada porque ella no suele hacer ese tipo de cosas. Nos reímos mucho. Dijo que quiso trabajar conmigo porque había encontrado algo nunca visto en otro bailarín: la honestidad y sinceridad en mi baile, que no lleva ningún tipo de adorno más que el que el personaje requiere.

R: Siendo que nunca habían trabajado juntos con Alessandra y fue algo así como “su regreso” luego de su retiro, ¿cómo fue el proceso creativo y de trabajo con ella en una obra que los convoca tan profundamente desde lo emocional?

H: Mi primer impacto fue el de tener la oportunidad de bailar con una estrella que admiro. Nunca pensé en tener esa chance por ser una generación tan distante. Las dudas estaban no en cómo podíamos enfrentar el personaje sino en la química que podíamos generar juntos y eso fue inmediato. Fue una sensación como si en otra vida ya nos hubiéramos cruzado. Trabajamos la obra desde cero leyendo el libro, lo trabajamos durante un año y la mayor parte de cosas claves en la obra fueron creadas en las primeras tres semanas, como si ya fuera predestinado. Las ideas, las miradas, los momentos claves salieron muy espontáneos.

Autenticidad, pasión, humildad. Herman es un artista como pocos. Foto: Lucas Chilczuk.

Autenticidad, pasión, humildad. Herman es un artista como pocos. Foto: Lucas Chilczuk.

R: ¿Qué es lo que más disfrutaste de este proyecto, que no fue exclusivamente dancístico? ¿Cuáles fueron los desafíos?

H: Lo hermoso de esto fue crear una obra desde el sentimiento y no desde los pasos. Es decir, cada movimiento tiene un sentido emocional y no es un paso para que nos mueva de un sector del escenario al otro. Fue un trabajo muy meticuloso en detalles interpretativos y con Alessandra fue todo pura improvisación. La verdad fue todo un desafío crear una obra sin utilizar la técnica clásica.

R: Tu encarnación dramática de los roles en los ballets son intensas: permiten que uno vea un “todo”, es decir, la danza queda como parte de una historia que nos contás a la audiencia. “Chérie” tuvo una gran demanda actoral, ¿cómo te preparaste para este rol en particular? ¿Hubo algo en especial que te ayudara en la composición de este personaje?

H: Muchos bailarines ven el actuar como algo extra, para mí el actuar es algo inevitable ya que el ballet clásico son puras historias. No tengo una preparación especial para los roles, simplemente me transformo como si lo estuviera viviendo de verdad. Por supuesto que episodios en la vida real te ayudan a encontrar ese sentimiento real, pero no necesariamente tienes que haber vivido lo del personaje para poder interpretarlo, simplemente se requiere un entendimiento muy profundo.

Herman confiesa que le gustaría indagar más en el mundo del teatro, luego de haber hecho "Chéri". Foto: Joan Marcus para Signature Theatre.

Herman confiesa que le gustaría indagar más en el mundo del teatro, luego de haber hecho «Chéri». Foto: Joan Marcus para Signature Theatre.

R: ¿Cómo sigue la vida de esta obra, luego de su estreno neoyorquino? ¿Vendrá “Chérie” a Buenos Aires?

H: La obra tuvo mucho éxito y está programada para hacer giras. En junio 2014 ya se confirmó Italia, en septiembre Washington DC, y en el 2015 Australia. Argentina está muy interesada en traer la obra; ojalá suceda.

R: Más allá de “Chérie”, ¿vendrás a Argentina a bailar o dar clases en el próximo tiempo?

H: Siempre espero esa invitación para volver a bailar en la Argentina, pero desgraciadamente nunca llega o muy esporádicamente alguien tiene la intención de armar algo. En los últimos 3 años he ido a bailar mucho a la compañía de Posadas, Misiones: el Ballet del Centro del Conocimiento, dirigido por Laura de Aira.

Herman Cornejo en "La Bayadera", junto a la bella Luciana París, y el Ballet del Conocimiento de Misiones, en su actuación en 2013. Foto: Gentileza Ballet del Conocimiento.

Herman Cornejo en «La Bayadera», junto al Ballet del Conocimiento de Misiones, en su actuación en 2013. Foto: Gentileza Ballet del Conocimiento.

R: Hablando de tu rol como Primer Bailarín junto al ABT, ¿qué repertorio te aguarda en 2014 junto a la compañía?

H: Este año los roles con ABT en la temporada del Metropolitan Opera House son “La Bayadera” -mi ballet favorito-, “Don Quijote”, “El Lago de los Cisnes”, “Giselle”, “Manon” y “Coppelia”.

A Herman lo espera un año intenso con el ABT. Foto: Gene Schiavone para ABT.

A Herman lo espera un año intenso con el ABT. Foto: Gene Schiavone para ABT.

R: En líneas generales, ¿cómo te preparás en tu día a día para estar siempre bien físicamente para bailar? ¿Qué no puede faltar en tu rutina?

H: Buena alimentación y estiramientos antes y después de cada ensayo o espectáculo. Los días donde no tengo muchos ensayos hago ejercicios de Gyrotonic o natación.

R: ¿Qué sueños te quedan por cumplir en tu carrera?

H: Mi meta es siempre hacer un buen espectáculo sea donde sea que esté. “Chéri» me abrió puertas para hacer cosas diferentes, así que tal vez inspeccionar más el mundo actoral sería lindo. Entre mis sueños por cumplir creo que hoy por hoy figura realizar tareas humanitarias; son cosas que te marcan para toda la vida.

R: Luego de una vida tan intensa a través de la danza, ¿qué sentís que significa esta forma de arte para nuestra humanidad?

H: La danza es una forma de expresión que no tiene límites; para mí la danza y la música son dos artes que te llevan más allá y te dan la oportunidad de transportarte espiritualmente. El movimiento es un lenguaje universal donde dejamos de tener una nacionalidad y nos convertimos simplemente en un ser.