Juan Lavanga, productor: “La danza es el arte sublimado”

Por María José Lavandera – Tw: @majolavandera Hablar con el productor Juan Lavanga es ponerse a tono con parte de la historia de la danza clásica en nuestro país. Una conversación específica nos toma por completo en esta entrevista. El recuerdo de la gran Olga Ferri, quien fue su bailarina más admirada y, luego, también […]

viernes, 10 de enero de 2014 |

Por María José Lavandera – Tw: @majolavandera

Hablar con el productor Juan Lavanga es ponerse a tono con parte de la historia de la danza clásica en nuestro país. Una conversación específica nos toma por completo en esta entrevista. El recuerdo de la gran Olga Ferri, quien fue su bailarina más admirada y, luego, también su amiga. Ella era su persona de confianza para probar bailarines, aconsejarlos, enseñarles los roles a los que ella tan intensamente se había dedicado cuando era bailarina. De pronto, las anécdotas van copando lo que sería una entrevista para conocer los planes de 2014 de la Asociación Arte y Cultura, el estudio que dirige y sede del Ballet Metropolitano de Buenos Aires –con Leonardo Reale al frente-, el cual ha sabido oficiar de semillero para las nuevas generaciones. Y así va apareciendo también como protagonista una de las más brillantes artistas del firmamento internacional a quien acompañó –y continúa- en sus primeros pasos: Marianela Nuñez. Y así, entre recuerdos y anécdotas, nos vamos acercando a una actualidad llena de proyectos.

Juan, con el elenco de "Pinocho y Coppelia", una de sus exitosas producciones entre los niños. Foto: Gentileza.

Juan, con el elenco de «Pinocho y Coppelia», una de sus exitosas producciones entre los niños. Foto: Gentileza.

Es así que el 2014 está por dar su primer paso fuerte: el bailarín Sergio Neglia, hijo del querido José Neglia, es el invitado estrella del Seminario Internacional que se ofrecerá en febrero, que también ofrecerá algunas becas para viajar a Estados Unidos a estudiar. “Queríamos hacer un curso interesante e intensivo de dos semanas. Y salió de él la propuesta de ofrecer cinco becas para que chicas argentinas hagan el curso intensivo de verano en Buffalo: se trata de un curso muy fuerte. Estas becas, aunque sólo cubran el estudio, son una oportunidad importante. A él lo conozco desde chiquito y yo fui un admirador enorme de su padre, aparte hice una gira con él, lo vi trabajar, experimenté su seriedad profesional; también viví el afecto que le tenía Olga Ferri, quien siempre me hablaba de él”.

Sergio Neglia, el invitado para el Seminario Internacional en febrero de la Asociación Arte y Cultura. Foto: Gentileza.

Sergio Neglia, el invitado para el Seminario Internacional en febrero de la Asociación Arte y Cultura. Foto: Gentileza | Ph: Jim Bush.

Por su parte, el Ballet Metropolitano de Buenos Aires tiene su agenda completa para este año, empezando por uno de los ciclos más queridos de Juan: “Cascanueces y las Princesas Encantadas”, un ballet ideado como una adaptación del “Cascanueces” original, con el objetivo de captar la atención de la audiencia infantil. “En marzo volvemos con los ensayos de “Cascanueces…”, que va en abril al Konex -ya es un clásico de ese espacio-, con algunos nuevos personajes y otras escenografías más atractivas. Le estoy muy agradecido a Ovsejevich y a Konex: todos los años aceptan encantados nuestras propuestas nuevas. Ya vamos por la función número 90 de Cascanueces. Además tiene un público fijo, esos domingos a la mañana o a la tarde. Estamos muy orgullosos de esta obra, que siempre nos dio la satisfacción de tener colas de gente y el teatro lleno”. También el ballet cuenta con sus giras al exterior: “Hay una invitación que estoy evaluando para ir a Portugal, otra en junio para el Séptimo Festival Internacional de Ballet de Colombia. Son cosas que han surgido en 2012 a partir de las actuaciones en Rusia. La verdad que al Ballet le fue muy bien y a partir de ese momento empezaron a llegar distintas invitaciones. Se repitió también una invitación a Rusia a ciudades donde no hemos ido, desde San Petersburgo para abajo. Rusia fue una experiencia muy linda y esas funciones van a quedar grabadas en mi memoria. Desde Tiumenh, la ciudad que hicimos en los Urales, hasta Moscú, hubo que repetir tres veces el final de “Bastones Dorados”, fue un éxito. Pero ya el hecho de ir a Rusia, implica un trabajo muy grande porque hay que dedicar un mes o dos de preparación”, explica Juan.

Y sigue la agenda: en agosto participarán de la 2° Gala Latina en el Teatro del Frutillar, en Chile, dirigida por Marcia Haydée [Directora del Ballet Municipal de Santiago de Chile]. Asistirán Marianela Nuñez, Thiago Soares, Agostina Galizzi y Eric Rodríguez, de la Compañía Nacional de Danza de México. Cuenta Juan que habrán obras dedicadas a Cranko o MacMillan, en una primera parte, y en la segunda, las célebres obras tradicionales: “Don Quijote”, “El Cisne Negro”, “El Corsario”. En septiembre ofrecerán una gira en el interior de Argentina, porque se cumplen los 10 años del Ballet Metropolitano. Y ofrecerán, posiblemente, un gran final: “Seguramente estemos cerrando la gira con dos funciones en el Teatro Nacional Cervantes. Me gustaría que una de las funciones fuera libre y gratuita. Veremos si esto se puede concretar. Son diez años de trabajo: es una compañía que nunca tuvo auspicios oficiales, nada más que los protocolares. Estamos muy agradecidos en Rusia, a la Cancillería argentina, que nos ayudó muchísimo. Pero es una compañía que se autofinancia y la verdad que le va muy bien, a veces hasta tenemos que rechazar fechas porque no llegamos a cubrir con todo”, cuenta Juan.

R: ¿Cuál cree que es el secreto del éxito del Ballet?

J: Siempre las funciones tienen que salir perfectas y al mejor nivel, porque uno no sabe quién puede estar sentado en la platea. Ese fue un comentario de John Neumeier [coreógrafo del Ballet de Hamburgo]: dice que una vez estaba vacacionando en un lugar y ve que estaba anunciado un Primer Bailarín que él invitaba mucho a la compañía. Lo fue a ver. Era una de esas giras de verano que a veces no son tan importantes en Europa. Él iba con expectativa de invitarlo otra vez y vio que estaba tan malo el espectáculo, que ni fue a saludarlo al final. Los espectáculos tienen que estar todo lo más óptimos que se pueda, con un criterio de excelencia. Por suerte la gente joven recepta bien esta idea y Leonardo Reale tiene ese empuje de transmitir a los bailarines la importancia de dejar el corazón en cada función, pero bien dejado, significa que tienen que hacerlo con ganas. Así fue que salió la invitación a Rusia.

Uno de los afiches que poblaron Rusia, con la visita del Ballet Metropolitano, con Julieta Paul como invitada. Foto: Gentileza.

Uno de los afiches que poblaron Rusia, con la visita del Ballet Metropolitano, con Julieta Paul como invitada. Foto: Gentileza.

R: En febrero habrá audiciones para el Ballet, ¿cómo es el proceso de recambio? Muchos buenos bailarines se han formado en esta agrupación y han saltado luego a compañías oficiales o al exterior.

JL: Nosotros somos muy impulsores de que vayan creciendo. Si nos enteramos de una audición, como fue ahora para la creación del Ballet Nacional, del Argentino de La Plata, del ballet del Sodre, nosotros les avisamos y los impulsamos. El Metropolitano es un tránsito para el artista y de hecho, casi todos los que han pasado, están en compañías. A veces nos da pena que hay muchos valores que entran a un teatro oficial como contratados, y después los contratos no se pagan o no se llevan a cabo. También mucha de la gente que ingresa en esos teatros, vuelve invitada. Tenemos bailarinas que han podido hacer otras cosas y no se quieren ir, porque están cómodas, trabajando mucho, tienen una disciplina. Nina Zaera, Yanina Tognatto, Pía Masari, Aldana Giménez, Betania Antico, que tuvo una carrera en Alemania muy linda y luego dejó dos años. Son chicas que tienen alrededor de 30 años, están en la maduración exacta de la bailarina y tienen un sentido profesional que es óptimo. Muchas de ellas, formadas por Olga Ferri, como Nina, Yanina, Betania. Les digo las “Olguitas”, porque son ese conjunto de cumplidoras que uno sabe que están siempre listas. Son chicas excelentes.

El Ballet Metropolitano en el Teatro de Saratov. Foto: Gentileza.

El Ballet Metropolitano en el Teatro de Saratov. Foto: Gentileza.

R: Para ser bailarín, además es necesario hacer un gran esfuerzo en el estudio. Es muy importante el apoyo familiar. A veces conlleva alejarse de donde uno vive. Hasta este momento, puedo decir que concluí que hasta más importante que las condiciones, es la madurez emocional para afrontar el deseo y el objetivo de ser bailarín…

J: La chica del interior que viene a la Capital o la chica de Capital que se va al exterior viven choques muy fuertes. Tal vez la en el primer caso tengan ya conocidos o amigos que las contengan. Constituyen un golpe tremendo. Nosotros hemos visto familias desintegrarse por culpa de eso. Hay veces que te da pena que hay mamás que quieren ser bailarinas en lugar de las nenas, y hay una gran locura. Pero cuando es la nena que quiere ser bailarina, no hay más que felicidad para esa chica de entrar a ese mundo y gozarlo. En una época era una gran felicidad ser bailarina del Teatro Colón; hoy la mayoría quieren ir al exterior. Y la edad estimada son los 14 años. Pasó con Marianela, con Paloma Herrera. Hay veces que tienen padres que pueden conectarlos, que están económicamente bien, hay veces que no. Eso va a ser el mundo y la alegría de ellos. Hay quienes dicen que se privan de otras cosas, pero la felicidad está en eso. Es muy relativo. Si la felicidad de esa persona está ahí, no eso que la gente cree que se están perdiendo. Pasa por otro lado. En la Asociación hemos visto chicos que uno sabe que ya está maduro para salir: la pregunta es cómo hacemos para que salga. Los momentos difíciles que también se dan en el mundo. Antes con un golpe de teléfono, se conseguía algo. Ahora no hay cupos, no hay capacidad, no hay sponsors.

El Ballet Metropolitano en "Bastones Dorados", uno de sus espectáculos más exitosos. Foto: Gentileza.

El Ballet Metropolitano en «Bastones Dorados», uno de sus espectáculos más exitosos. Foto: Gentileza.

R: ¿Cómo ve la situación de la Argentina como generadora de bailarines?

J: Cuando se producen las vacantes en el Ballet Metropolitano, se llama a audición para cubrir y es increíble. Ahí uno se da cuenta la necesidad que habría de tener varias compañías en Argentina. Porque se presentan 80, 90 bailarines. Uno se pregunta si alcanza el Colón, La Plata, Ballet Nacional. Tendría que haber más. Hay mucho talento. Hay gente que es impresionante. Las dos compañías oficiales tienen gente muy talentosa. Uno a veces si da nombres, peca de no nombrar otros, pero una chica como Karina Olmedo, es fantástica. Natalia Pelayo, Federico Fernández, Carla Vincelli, Julieta Paul son gente dúctil, maravillosa. Genoveva Surur, que ahora está medio alejada por temas personales, pero para mí una de las grandes bailarinas argentinas. Hay mucho, mucho talento. Te quedás muchas veces asombrado. El talento no es la destreza técnica, sino ver a un artista en el escenario, cómo se transforma y agarra al público y se lo mete en el bolsillo. Si a eso se le suma una técnica como la que tiene Marianela Nuñez, que es una de las mejores bailarinas argentinas en el exterior, tenés una estrella.

R: Es muy impresionante ella: todo su caso. Su pasión, su estudio, su esfuerzo…

J: Pero siempre tuvo ese tesón Marianela. Ella empezó con Sara Resosco, tendría siete u ocho años. Luego pasó con Katty Gallo y Raúl Candal, que por suerte en ese momento, teníamos esa serie de maestros trabajando juntos, y también tomó algunas clases con Graciela Sultanik, que también estaba en el equipo. Siempre era la primera en querer estar, en querer aprender. Hay una anécdota: nosotros trabajamos con Marianela y Luciana Paris, a los catorce años de las dos. Recuerdo que cerraba el espectáculo con el Grand Pas de «Don Quijote», con la suite, con todas las bailarinas entrando y ellas dos a la cabeza, haciendo las variaciones intercaladas. Fue justamente la variación que presentó Marianela cuando la vio Anthony Dowell. Si la función empezaba a las 9.30, las dos estaban a las 6 de la tarde, maquilladas y ya listas. Compartían el camarín y había un técnico muy simpático que se llamaba “Pastel”. Decía siempre: “Yo quiero una foto con estas dos, porque van a ser famosas y no me van a ni saludar y quiero sacarles una foto a las dos juntas porque después van a ser muy famosas y entre ellas no se van a saludar” (risas). Nos reíamos mucho. Ahora siempre nos acordamos con ellas de esta anécdota.

R: Marianela parece, a veces, estar todavía sorprendida de su éxito…

J: Tiene una humildad sin precedentes. Ella ve que una colega hizo algo bueno y lo sube al Facebook y la felicita. Yo creo que eso conservó de una bailarina a la cual yo adoro, que es Marcela Goicochea. Una estrella absoluta y ella no se lo creía. La última vez que estuvo Marianela yo le preguntaba si ella era consciente de la importancia que tiene en este momento en el mundo del ballet, que se debate entre ella, Osipova y Zakharova. Me dice: “Sí, bueno, es así, se dio así”. No la ves que ella lo diga convencida. Ella es naturalmente ella. Es un ser fuera de lo común. Ella a veces te responde: “Vos me decís eso porque me querés”. Creo que esa naturalidad es lo que le permite seguir y seguir. Olivier Patey, un gran bailarín de la Opera de Paris, me dijo: “Es la estrella absoluta”.

R: Siguiendo su tradición, Olga Ferri preparó a Marianela en un rol muy especial para ella…

J: Cada una de las bailarinas que han pasado por la Asociación o que se las ha invitado, yo siempre se las llevé a Olga Ferri para que tomaran una clase, que las preparara en un rol o que las viera. Marianela iba a hacer “El Lago de los Cisnes” en La Plata y yo le pedí a Olga que la preparara. Olga me dijo que no sabía cómo era ella, que no la conocía, y quiso tomar un café para conversar. A Olga le llamó la atención la simpatía de Marianela. “Pero esta chica es muy sencilla, es magnética”, dijo Olga y aceptó prepararla. Le enseñó Odette y ciertas cosas de Odile. Tuvieron unos ensayos y conversaciones muy lindas entre ellas. Llega el día de la función y Marianela quería que fuera Olga a verla en el ensayo pre-general. Olga no quiso y simplemente dijo que ella iba a disfrutar cuando le dijeran que le fue bien. Y hubo otra anécdota maravillosa: le cuento a Olga que el tocado que hicieron en el teatro a Marianela no le quedaba muy bien y le pedí si podía usar su corona [una que ella le había obsequiado] y ella aceptó encantada. Hubo una nota muy linda que decía algo así como que la reina cedía su corona.

Marianela Nuñez, como Odette. Foto: Royal Ballet.

Marianela Nuñez, como Odette en «El Lago de los Cisnes». Foto: Royal Ballet.

R: ¿Qué significa la danza para usted?

JL: Es un arte sublimado. La quintaesencia del arte. Soy admirador de cuanta actividad artística hay. Me lo han inculcado desde chico. Pero a través de la danza veo algo completo, se transmite todo tipo de emoción. Ahí está la música, la interpretación con el arte en cada rincón del cuerpo. Me asombra y sobrecoge ver esas figuras esbeltas, paradas en punta de pie, que configuran esa forma de transmisión tan plástica y estética. No puede haber más que esto.