La danza y los primeros años de aprendizaje

La bailarina Victoria Mazari ofrece en esta nota algunas pautas cruciales para que papás y mamás sepan qué considerar a la hora de buscar un buen maestro de danza para sus hijos. Algo sobre técnica y mucho sobre cómo acompañar responsablemente el aprendizaje en esta disciplina.

miércoles, 27 de enero de 2016 |

Por Victoria Mazari (*)

En los años que hace que me dedico a dar clase -e incluso desde pequeña viendo estudiantes, compañeros y bailarines- me he encontrado con personas que luchaban día a día con tal o cual movimiento sin poder encontrar la razón por la cual no podían realizarlo correctamente. Con el correr del tiempo, y seguramente el hecho de enseñar acentuó esta idea, me he dado cuenta que la mayoría de las cosas que no nos salen, cuando de danza hablamos, se arrastran desde nuestros comienzos, desde los primeros años de aprendizaje. Esto no es ninguna novedad, pero nunca está de más reflexionar acerca del tema. Es por eso que esta vez nos dedicaremos a hablar sobre los niños y adolescentes, edades para comenzar, maduración para comprender tales o cuales términos o conceptos, la ansiedad por avanzar, por comenzar con puntas y sobre todo en el hecho de saltear etapas al momento del aprendizaje. Es importante también que los padres tengan una idea de cómo es la estructura de una clase de danza, para saber elegir al maestro adecuado para cada niño/adolescente.

Cuando somos chicos, todo se asimila más fácil. Somos menos conscientes del peligro, por lo tanto el miedo es un factor que nos detiene mucho menos que cuando somos adultos, y nos lanzamos con mayor facilidad a lo desconocido. Eso es algo que los maestros siempre tratamos de aprovechar, pero la pregunta es hasta dónde el maestro debe permitir que el alumno intente libremente aquellos movimientos virtuosos o complejos que le gustan o entusiasman, aun cuando tenga condiciones para hacerlo. Este límite depende del maestro, de cada alumno y de la confianza que ambos tengan en el otro, pero vale aclarar ciertas cosas importantes.

El cuerpo de un niño/adolescente está en formación todo el tiempo. A esta edad somos más fáciles de moldear, de corregir, nuestras posturas están menos arraigadas y eso es una ventaja muy grande para el maestro y una responsabilidad mayor aún, pues todo lo que se enseñe será fijado por el alumno de manera tal que si algo está mal generará un error que entorpecerá el avance hacia cosas más difíciles. Es por esto que aunque un alumno tenga muchísimas posibilidades físicas para la danza debe aprender bien la base, sin saltear etapas. Su postura, la correcta ubicación del centro y espalda, y sobre todo algo muy necesario de trabajar en los chicos que es la correcta y cuidada colocación de cadera, rodillas y pies.

La danza es un arte, y aun siendo pequeños lo emocional debe transmitirse tanto como lo técnico y teórico. A la hora de elegir un maestro es muy importante elegir a alguien que genere confianza en padres y alumnos, que pueda entablar con el niño una relación de disciplina pero que dé lugar al diálogo.

Creo que es muy importante que los chicos puedan hablar con su maestro, decirle si les duele algo, si hay algo que no sale y les aflige, si tienen dudas con respecto a alguna parte de la clase. Porque es en este ámbito de diálogo donde el maestro podrá generar la contención necesaria para que el alumno confíe en él y tenga más ganas aún de aprender y responder a las enseñanzas. Vale aclarar también y nuevamente que la danza no es un deporte, sino una expresión artística y que desde muy pequeños se puede introducir a los niños en la búsqueda de la emoción y el sentimiento para bailar. En esto los chicos son especialistas, ya que tienen mucho menos miedo al ridículo, a decir y hacer lo que sienten, cosa que a medida que crecemos vamos perdiendo, lamentablemente. Éste es otro lugar que el maestro debe aprovechar. Si la clase de danza, en pos de mantener el orden y la disciplina, es muy estructurada y no da lugar al diálogo e importancia a la expresión, el alumno comenzará a reprimir esas intenciones, por lo cual tendremos a futuro un adolescente/adulto al que le cueste mucho más abordar una improvisación o la interpretación de un rol o personaje.

¿En qué consiste una clase de danza?

Si bien la clase de danza tiene en su estructura todo aquello que se debe trabajar, es interesante que el maestro tome los primeros minutos de trabajo para enseñar a los chicos a elongar la musculatura de manera sana, y comenzar a introducirlo de manera simple y dinámica a la mecánica del movimiento. Es importante que los chicos puedan reconocer partes de su cuerpo directamente involucradas al movimiento, como músculos y articulaciones para que así los términos que pueda usar el maestro a la hora de enseñarles no se tornen incomprensibles. Aprender a elongar, precalentar los pies y brazos es un buen comienzo para una clase.

Luego se trabaja tomados de la barra, la cual permite trabajar la colocación y el eje con la ayuda del punto de apoyo. Estos ejercicios de barra en los niños no estarán tan orientados a la dificultad técnica sino al aprendizaje y coordinación de piernas, brazos y postura de la cabeza. Es muy importante que los chicos se familiaricen con los nombres de los pasos de danza que, universalmente, son en francés (esto implica algo más que aprender).

Luego de la barra se toma un pequeño descanso, quizás para tomar agua o para estirar alguna parte que quedó cansada del ejercicio y se pasa al centro.

Trabajar en el “centro” significa no tener la barra, es decir, poner en práctica todo lo aprendido en la misma pero sin este punto de apoyo que nos facilitaba el eje y colocación. En el centro podemos hacer hincapié en la colocación de la espalda, el correcto apoyo de los pies, la forma de saltar, cómo despegarse del piso y volver al mismo, la consciencia del espacio, de los frentes y diagonales.

Es muy importante que el maestro a medida que dicta la clase vaya enseñando al niño, de forma clara, amena y sencilla, cómo apreciar la música, la acentuación específica de cada movimiento o las diferentes opciones que existen, y los tiempos musicales. Si esto se hace de pequeños, en la adultez todo se torna más sencillo. La dificultad de la clase debe ser gradual, a medida que el cuerpo se va fortaleciendo, los pasos de danza se pueden repetir más y las combinaciones de pasos pueden ser más largas.

¿A qué edad es conveniente empezar con puntas?

No existe una edad determinada, aunque dependiendo del cuerpo de la niña, lo ideal es desde los diez u once años. La realidad es que depende siempre del alumno y del maestro, de cuántas clases por semana tome la niña, de la fuerza muscular natural que tenga y de que no se observen malas posturas que retrasen el momento de empezar a bailar en puntas.

Los padres y alumnos deben comprender que aunque la danza en puntas se vea como algo maravilloso y genere en las alumnas una ansiedad lógica por comenzar, es una actividad muy difícil y antinatural para el cuerpo. Implica mucho esfuerzo articular y muscular, por lo cual debemos dar al alumno el tiempo de maduración mental y corporal necesario para que comenzar con las puntas no se transforme en algo traumático, ya sea porque no tienen la fuerza suficiente, porque genera dolores no habituales o porque simplemente da miedo.

Al momento de comprar las zapatillas de punta el maestro debe estar muy presente. Hay un tipo de punta para cada pie, alto de capellada, ancho de la punta y cuán duras deben ser para el correcto trabajo del pie de cada niña. En eso es el maestro el que debe orientar a los padres para comprar la punta adecuada, como así también la forma de coser las cintas y elásticos que mantendrán a la zapatilla de punta bien agarrada del pie.

Veremos a continuación tres imágenes de niñas en donde se ven errores básicos que no deben ocurrir a esta edad, ya que podrán condicionar su desarrollo dentro de la danza:

niños foto1

 

NIÑOS 2

NIÑOS3

Creo personalmente que es muy importante que nosotros, como maestros, inculquemos en los niños el amor por la danza, la pasión por una actividad que mediante el esfuerzo verán crecer día a día y comenzarán a disfrutar cada vez más. Es fundamental transmitir al alumno la importancia de la disciplina en la clase, en la vestimenta o el peinado, en la puntualidad y el respeto al espacio del otro, sabiendo que serán escuchados por el maestro en tanto y en cuanto ellos presten a cada enseñanza la misma atención. Por último, es necesario resaltar la conciencia en padres y maestros de que todo lo que se enseñe formará al niño en sus primeros años de aprendizaje, y que aquello que pasemos por alto quedará pendiente a futuro dificultando el avance y deteniendo algún otro proceso en el cual necesitarán esos conocimientos que no se brindaron en los primeros años de formación.

Agradecimientos Agradecemos a las alumnas de Victoria Mazari y a sus padres que gentilmente se prestaron para hacer esta nota. De izquierda a derecha Valentina Scorza (13 años) Giuliana Espeleguy (11 años) Rocío Toselli (9 años). También agradecemos a Bayres, Estudio de Arte, del cual las niñas son alumnas, por prestarnos siempre sus instalaciones para tomar estas fotos.

Nota Niñas Vicky Mazari FB

(*) Victoria Mazari fue alumna de la Escuela Municipal de Danza Norma Fontenla y del gran Maestro y bailarín Ruben Chayan. Bajo su tutela ganó concursos provinciales e internacionales. Formó parte del Ballet Juvenil de Mar del Plata dirigido por Chayan. Obtuvo beca de estudio en la Fundación Julio Bocca. Integró el Grupo La Rayuela y el Ballet Neoclásico de Buenos Aires. Fue alumna del maestro Alfredo Gurquel y Juana Lederer e integró el Grupo de Danza que ellos dirigían. También integró la Compañía Expresarte Danza-Teatro. Desde 2011 integra el Ballet Metropolitano de Buenos Aires, con el que ha realizado diferentes giras por el país, Chile, Uruguay y conformó parte del elenco que el MET llevó a su primera gira en Rusia en 2012. Fue integrante de las tres temporadas que esta compañía realizó con mucho éxito en C.C. Konex. Dirige la compañía Danseur de Danza-Teatro, fundada en 2013, y con la cual ya ha realizado más de 10 funciones y se prepara para una nueva temporada.

Desde 2006 se desempeña como maestra de Danza Clásica con especialidad en Técnica de Puntas y Elongación y Preparación Física, siendo su principal sede BAYRES Estudio de Arte. Desde 2009 dicta Clases Especiales de Técnica de Puntas.