La Escuela de Danzas «Mastrazzi» reclama por el cierre de cursos

El pasado 1° de abril de 2015 la Escuela de Danzas «Aída Mastrazzi» encabezó una manifestación pública -danzada, claro- frente a la Legislatura y el Ministerio de Educación por el presupuesto para sus establecimientos, que sobreviven en condiciones edilicias y sanitarias cuestionables, además de sufrir el cierre de cursos.

miércoles, 15 de abril de 2015 | Por Maria José Lavandera

Nuestro país ha sabido generar algunos de los más grandes artistas de danza del mundo. No obstante, cuidar la educación en danza no sólo se trata de formar buenos artistas, sino también de dar espacio a la educación en arte por las múltiples derivaciones profesionales que ello puede tener, amén de un objetivo no menor: la formación de público, lo cual significa, en última instancia, generar la conciencia de un derecho, que es el derecho a la cultura, implicando ello no sólo acceso a productos culturales, sino a la posibilidad de ser parte activa de su construcción. Cuidar las escuelas públicas con orientación artística, una maravilla de la que Argentina es pionera, cabe a una preocupación máxima. No sólo cuidarlas, sino pretender, además, que sean cada vez mejores.

El pasado comienzo de abril estuvo signado por una manifestación pública de alumnos y profesores de la Escuela de Danzas “Aída Mastrazzi”, quienes se hicieron ver bailando en Plaza de Mayo para luego hacerlo ante el Ministerio de Educación. El problema que disparó la iniciativa fue el cierre de dos cursos por parte de las autoridades de la Ciudad de Buenos Aires por no cumplirse una cuota mínima de alumnos, que se suma a un listado de reivindicaciones.

Manifestación danzada, por parte de alumnos y profesores de la Escuela de Danzas "Aída Mastrazzi". Foto: Gentileza Romina Mancini.

Manifestación danzada, por parte de alumnos y profesores de la Escuela de Danzas «Aída Mastrazzi». Foto: Gentileza Romina Mancini.

Cuenta Romina Mancini, una de las profesoras de la ex Escuela Nacional de Danzas: “El problema puntual por el que estamos protestando ahora es el cierre de cursos en la Mastrazzi. Se cerraron dos cursos, uno turno mañana y otro tarde, del último año. Aducen que es por poca cantidad de alumnos. Hay un decreto de la década del ‘90, que dice que tiene que haber un mínimo de 12 alumnos por curso para que se sostenga en funcionamiento. Nosotros tenemos un metraje de aulas en que si ponés 12 chicas a bailar, tenés tres o cuatro grupos por clase. No te caben. Estas son aulas cómodas, pero no grandes como para que se justifique. La carrera es de intérprete, de modo que las clases tiene un nivel técnico de muchísimo movimiento, tanto en danza clásica como contemporánea. O sea que el espacio es algo que se utiliza y se abarca mucho. No es que te queda grande. Todas las aulas quedan chicas siempre. Entonces con la cantidad de alumnos que tenemos se puede trabajar perfectamente. Nosotras tenemos 13 chicas por turno, en lugar de 12 por curso. Ellos quieren 24 por turno. Se está dejando fuera a docentes y alumnos por un presupuesto que es muy bajo”.

Las docentes quedan así en situación de vacancia: “Según la condición de revista que tenía cada docente, queda desafectado directamente, como en mi caso, porque soy suplente, o porque soy interina, el caso de otra docente. En el caso de las titulares, queda en disponibilidad durante dos años, cobrando, pero si no se las puede reubicar y si el curso no se abre nuevamente, se quedan sin la titularidad de sus horas. Es según la situación de revista del profesor que quedara fuera o dentro”, agrega Romina.

Bajos presupuestos que redundan en cierre de cursos y condiciones edilicias pobres, entre las reivindicaciones fundamentales. Foto: Gentileza Romina Mancini.

Bajos presupuestos que redundan en cierre de cursos y condiciones edilicias pobres, entre las reivindicaciones fundamentales. Foto: Gentileza Romina Mancini.

 Por otra parte, explica que para ellos lo importante es lograr, ya no revertir el cierre de los cursos ya afectados, sino intentar detener la expansión de esta lógica restrictiva, que se extiende a otros colegios de arte de la Ciudad de Buenos Aires: “La [Escuela de Música] ‘Esnaola’ está en el mismo problema y la [Escuela de Danzas] ‘Jorge Donn’ también. Y nosotras en Mastrazzi tenemos la mejor matrícula de las tres, por la ubicación. La problemática es que no sabemos si vamos a poder revertir el cierre de cursos, pero no queremos que siga el avance del cierre. Quieren cerrar una división de cuarto, que es anteúltimo año, y una de tercero. Solamente para ellos es una buena cantidad de alumnos hasta el cuarto año de estudios, que es el segundo ciclo medio”.

Romina explica que han presentado un petitorio ante la Legislatura porteña y la Dirección del Área de Educación Artística del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Romina anticipa cuál cree que es el objetivo final de esta iniciativa gubernamental: “Creemos que el objetivo final a largo plazo –en cinco, seis años- es reducir las tres escuelas [de danza] a una sola«. Por otra parte, explica que los casos son similares en todas las escuelas de artística: «En el Esnaola, por ejemplo, el caso es similar. Hacia los últimos años, los chicos deben elegir un instrumento entre tres para especializarse. Pero les dieron presupuesto para un solo profesor, con lo cual quedan restringidos a lo que se les imponga”.

Clase pública de danza clásica, en Plaza de Mayo. Foto: Gentileza Romina Mancini.

Clase pública de danza clásica, en Plaza de Mayo. Foto: Gentileza Romina Mancini.

Además de la reivindicación planteada (resumida en un cuerpo de demandas como “el cierre de cursos en función de una matrícula que no contempla las necesidades aúlico-espaciales de un intérprete en constante movimiento”), desde Mastrazzi también indican: “la falta de financiamiento a las escuelas que ofrecen título oficial de Intérprete en Danza Clásica y Contemporánea, Folklore y Tango, Teatro y Realizador en Artes Visuales, con más Secundarios Orientados; una suerte de castigo al 70% de las escuelas que optaron por transformar sus bachilleres en Secundarios Orientados para no precarizar la Formación Artística; la negativa sostenida a desdoblar divisiones numerosas y crear nuevos primeros años dejando a los aspirantes sin vacante; la negativa a conformar cargos de Profesor TP [profesor por cargo], en las carreras de artística; la falta de difusión de las actividades culturales de estas instituciones (Ex Escuela Nacional de Danza, Ex Escuela Nacional de Bellas Artes, Ex Escuela Nacional de Música); estado de deterioro de los edificios, obras de remodelación mal terminadas o inconclusas y la ausencia de mantenimiento adecuado en electricidad, filtraciones, ventilación, calefacción; falta de responsabilidad de los funcionarios por la salud pública puertas: falta de higiene, desratizaciones y desinsectizaciones adecuadas, escasos auxiliares de limpieza por edificio, falta de nombramiento de nuevos auxiliares y ausencia de capacitación para poder realizar bien esa tarea por los mismos. Presencia de roedores e insectos”. Según detallan en su documento –y se ha comentado previamente en estas páginas– la histórica Escuela de Danzas «Aída Mastrazzi» “está en obra hace 4 años, se sufrieron dos mudanzas, se volvió al edificio sin terminar, plagado de ratas, escombros e insectos, ya se encuentran levantados los pisos colocados nuevos”.

Ante estas situaciones, el diputado porteño Alejandro Bodart (MST-Nueva Izquierda) presentó en los últimos días un pedido de informes acerca de la escuela a Esteban Bullrich, Ministro de Educación, y citación a la Directora del Área de Artística, Claudia Cabria, a la Comisión de Educación de la Legislatura.

Un petitorio fue presentado en la Legislatura y ante la Dirección de Educación Artística del Gobierno de la Ciudad. Foto: Gentileza Romina Mancini.

Un petitorio fue presentado en la Legislatura y ante la Dirección de Educación Artística del Gobierno de la Ciudad. Foto: Gentileza Romina Mancini.

Romina concluye: “Nos duele que se cierre un curso por una cantidad presupuestaria mínima, ya que la cantidad de horas son muy poco dinero para lo que es el presupuesto. Está sentando un precedente. Se da en el marco de una política que ya tiene poco interés por las escuelas de arte, porque se considera que tienen una matrícula baja. Lo que no entiende la directora de área, que fue directora de la Escuela de Danzas ‘Jorge Donn’ durante muchos años, es por qué si ingresan más de 150 alumnos, egresan 20. Una carrera de arte tiene un filtro natural, que tiene que ver con la vocación y con muchísimas condiciones que pasan a un alumno que ingresa a los 11 años a una carrera y egresa a los 18 cuando termina el bachiller con dos títulos”.