«Lejos», la identidad en fuga

La coreógrafa Marina Sarmiento trabaja junto a la actriz Florencia Bergallo y la fotógrafa Mariana Roveda la respiración como metáfora de un espacio de fuga de la construcción de la representación histórico-cultural de la identidad.

sábado, 22 de noviembre de 2014 | Por Maria José Lavandera

Una mujer se hace presente y abarca el espacio apabullante. Con un traje blanco de aspecto futurista, como una hoja en la que se escribirán durante la siguiente hora, una serie de historias que comportan el desarrollo de una actriz a través de sus personajes. Emergen como espectros. Se desenvuelven a través de su garganta que busca casi vomitarlos. Pero la garganta se cierra. Se queda sin aire. Sin aire y sin aire, cada vez. El gesto corporal de desesperada respiración inquieta, incomoda. Devasta. Agotador, hace difícil observarlo sentado en una butaca. En un despliegue físico que la devora, ella busca ese aire, se busca entre esos fantasmas que nacen desde un fondo de sí misma y parecen tomarla sin piedad. Tanto parece irse. Se adentra en terrenos insondables, como si enterráramos las uñas en el alma de esta mujer. Parece descuartizarse. Parece tomada por una lejanía centenaria. Se va insoportablemente lejos. Muy lejos. A espacios en que ella ya no es ella. Y es que ya no es ella, de pronto. O quizás sí. Aunque sólo subrepticiamente. Lo es en medio de una lucha en que su cuerpo busca deshacerse de esos monstruos simbólicos que quieren investirlo a todo precio en busca de sí mismo. Se desvisten y parecen estallar, cada tanto, fragmentos. Quedan esparcidos, invisibles, en medio del escenario.

«Lejos«, según la propia definición de sus hacedoras, se inició a partir de una búsqueda de una actriz –Florencia Bergallo-, una fotógrafa –Mariana Roveda– y una coreógrafa –Marina Sarmiento-. Son las tensiones tan poco lineales que surgen en la relación entre el presente y el pasado y su vínculo con los mecanismos de representación propia, en la construcción de la identidad. La pregunta, quizás, qué espacio queda a «un pequeño gesto de autonomía», repensando la potencia de la representación en términos de la ficcionalización que constituye la memoria y si es posible evadirla, vaciarse de fantasmas, desencriptando el cuerpo de sus condicionamientos.

Esa primera función en el Teatro Beckett el 17 de julio de 2014 -su estreno- redundó en una serie de impactos: «Fue denso, tenso. Todo los “enso”. Intenso. El público estaba así [representa desde su silla una inclinación hacia adelante]. En el segundo ya estuvo más relajado y Flor también. Pero este estreno no me lo voy a olvidar nunca más en mi vida», comenta Marina Sarmiento, coreógrafa que venía trabajando con el poder de representación del pasado desde su puesta de «EIR», una indagación sobre la figura de Iris Scaccheri junto a la bailarina Lucía Savloff, la primera de una trilogía de solos que está elaborando, de la que «Lejos» es la segunda. Adelanta Marina: «Voy a armar una trilogía de solos de mujeres de mi generación, que hablen de ese vínculo presente-pasado. En aquel era la figura de Scaccheri y en este era más abierto y empezaba a profundizar, pensar en la construcción de la ficción en términos representativos».

La imposibilidad de respirar plasmada en el trabajo corporal de Florencia Bergallo planteó una interpretación visceral, que convocó una experiencia más física que contemplativa para el público: «Lo desconcierta. No sabe si se levanta, se va, se acomoda, se va hacia adelante, se va hacia atrás. Me parece interesante cuando pasa eso. Estaba activo físico, emocional e intelectualmente», agrega la coreógrafa.

Explica que la idea inicial de «Lejos» nació en 2008, a raíz de un ejercicio que realizó con una amiga: «Le pedí que trajera un material significativo para ella. Resultó ser algo muy personal suyo y su familia. Era correspondencia de los años ’70, con lo cual el contexto era históricamente relevante. Tuvimos diversas charlas con ella y pensé que había allí una obra». Cuenta que en aquel momento estaba realizando un curso de Dirección y Puesta en Escena con Emilio Wehbi, que la ayudó a encontrar un disparador para elaborarla. Ganó una beca del Fondo Nacional de las Artes para desarrollarla.

El despliegue físico responde a la búsqueda de plantear la fuga de la representación: «Me parecía que la búsqueda corporal tenía que darse a través de un actor, no de un bailarín. Tiene una ductilidad y una dinámica emocional, que es muy fácil después abordar a nivel físico. A nivel técnico de lo físico dancístico, no era una preocupación. Fue en ese momento que la convoqué a Florencia [Bergallo]. En el medio presenté la obra de Iris Scaccheri, que me abrió una posibilidad de pensar la relación presente-pasado. Se me cruzaron ambas cosas y me ayudó a darle más cuerpo».

Fue junto a Florencia que trabajaron la investigación, a través de la que se dedicaron a leer material – «mucha bibliografía en relación a biografías, en la tensión entre un singular y un general», comenta Marina, como «¿Quién te creés que sos?«, de Angela Urondo, y «La casa de los conejos«, de Laura Alcoba, en vistas a hacer una revisión en relación a las construcciones ficcionales que existen en nuestra historia- y realizar trabajo de improvisación. «Mucha lectura, reflexión, charla e improvisación«, suma la actriz.

La identidad y sus modos de construcción y desarrollo fueron la guía de este trabajo: «No tiene que ver con una biografía singular. Para mí lo interesante del disparador que surgió inicialmente no era la historia en sí misma, sino una frase que tenía que ver con la identidad y una persona que se considera en situación de hoja en blanco. Esto puede tener un carácter universal. Por otra parte, sabemos filosóficamente que la memoria es construcción, pero hubo gente que vivió situaciones que necesitó explícitamente contarse su historia y que deja en evidencia que cada uno se cuenta su historia como puede y como quiere. Hay retazos y va buscando, y de pronto aparece algo que desarma todo su paradigma de sí mismo y su familia. Alguien que no pasó por todo esto, tiene una concepción más de acumulación y de cómo se va construyendo el comportamiento y el mundo afectivo. El sujeto, memoria, identidad están construidos. Siendo conscientes de esto, hacemos un proceso creativo, en el que el procedimiento y el material tiene que ver con fisicalidad y la ficción, en relación a un trabajo muy concreto con la respiración».

Un proceso de reconstrucción y reconocimiento que no está exento de algunas batallas: un aliento que busca nacer a partir de la superación de un dolor. Indica Florencia: «La clave está en indagar cómo existir y cómo habitar ciertas afectaciones y cómo dejar que el cuerpo se transforme, y cómo la afectación está muy ligada a la respiración, como una hipótesis de la obra. Más allá de la identidad y los relatos, que podemos pensar en términos de construcción, la respiración, no está construida. Es un espacio de fuga de ese aspecto socio-cultural.Puede ir al pulso del pensamiento. La respiración es orgánica y física, autónoma de los propios ritmos corporales que no puede dominar mentalmente. El pensamiento puede influenciarla, pero la respiración sigue siendo ella misma e ineludible. Los pensamientos pueden ser construidos plenamente, pero finalmente la respiración es algo muy concreto que les hace a los órganos, al cuerpo. Puedo pensar en configurarme y en la respiración es indiscutible su devenir y su necesidad para vivir. Fue a través de las diversas fases de la respiración que traté de convocar ciertos cuerpos y finalmente la imagen trágica. Fue mi desafío desde lo actoral».

Foto: Mariana Roveda.

Foto: Mariana Roveda.

La respiración en esta pieza, factor fundamental de la mentada experiencia de escamoteo de la posibilidad de representación, se plantea asimismo como disociada de la experiencia corporal, lo cual enfatiza su acción alternativa y autónoma: «Es una respiración que va a un pulso, mientras el cuerpo va a otro. Se plantea una acción concreta que te agita la respiración y dejás de hacerlo, pero la respiración sigue corriendo», comenta Florencia.

En un juego complejo y contradictorio, Florencia como actriz se va entrelazando con sus personajes del pasado, mientras su respiración rebota y se devela cada vez más agitada, agónica y explícita. ¿Ella son ellos? ¿Ella los excede? ¿Ella los construye? ¿Ellos la construyen a ella? La experiencia arraiga en caminos diversos y amplios. De esos que dejan perplejo. «Me gusta el juego del híbrido, que no se sabe si actúa o no, el espacio más performático entre la danza y el teatro. Ves el artificio de la construcción«, concluye Marina, de quien esperamos ansiosamente su próximo trabajo.

Lejos Marina Sarmiento

Cuándo y Dónde

Próxima presentación:
I Encuentro Internacional de Danza Contemporánea, Artes Performativas y Conocimiento
7 al 12 de diciembre de 2014 en FÁBRICA ESCÉNICA – Perú 442 – Buenos Aires, Argentina
CONTACTO: arqueologiasdelfuturo@gmail.com / www.facebook.com/arqueologiasdelfuturo
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