¿Malos pies para bailar?

Por Kathleen McGuire para Pointe Magazine (Publicada en la edición Abril/Mayo 2011) | Trad.: María José Lavandera Es la eterna pregunta de las bailarinas de ballet: ¿cómo hago para que mis pies sean mejores? Parece que los tobillos y los empeines – no importa cuán flexibles sean- nunca son lo suficientemente buenos. Pero mientras todos nosotros […]

jueves, 20 de febrero de 2014 |

Por Kathleen McGuire para Pointe Magazine (Publicada en la edición Abril/Mayo 2011) | Trad.: María José Lavandera

Es la eterna pregunta de las bailarinas de ballet: ¿cómo hago para que mis pies sean mejores? Parece que los tobillos y los empeines – no importa cuán flexibles sean- nunca son lo suficientemente buenos. Pero mientras todos nosotros soñamos con tener los arcos de Polina Semionova o Paloma Herrera, pocos de nosotros nacimos con ellos.

Jane Rehm, ahora bailarina con el Smuin Ballet de San Francisco, se dio cuenta pronto que sus pies iban a ser un obstáculo. “Casi todos, por no decir todos, los programas de entrenamiento de verano que me rechazaban, indicaban que era por mis malos pies. Siempre fue algo que supe que tenía que atravesar”, indicó Rehm.

Las buenas noticias de todo esto son que con los ejercicios de fortalecimiento correctos, se puede mejorar mucho la apariencia de los pies. Si se empieza lo suficientemente joven, incluso se los puede hacer más flexibles. Pero hay límites y un estiramiento excesivo puede hacer más daño que bien.

¿Qué son los pies “malos” para ballet?

Los bailarines quieren que sus tobillos sean lo suficientemente flexibles para crear, al menos, una línea derecha desde la espina dorsal hasta el pie estirado. Menos que eso y tendrás problemas para pararte en puntas. “La mayoría de los tobillos tienen aproximadamente el mismo rango de movimiento, pero los bailarines con pie plano tienen más movilidad para flexionarse y aquellos con un arco más pronunciado, más para puntearse”, dice el doctor Thomas Novella, un podólogo neoyorquino, quien ha testeado el rango de movilidad en alrededor de 1500 bailarines. “Tiene que ver con la forma en que la parte posterior del pie se encuentra con el tobillo en la articulación”, indicó.

Si bien es posible mejorar el rango de movilidad a través del fortalecimiento y estiramientos moderados, Novella advierte que esto no será útil para todos. Los bailarines que se encuentran a comienzos hasta mitad de su adolescencia, cuyas placas de crecimiento recién han comenzado a estabilizarse, verán los mejores resultados. “Las chances de mejorar la flexibilidad decrecen con la edad”, aseguró. A pesar de que no existen datos estadísticos duros, Novella asegura que hacia mitad de los 20 años, no hay mucho que pueda hacerse.

Cómo mejorar

Kathleen Mitchell, maestra en el Boston Ballet School, ha ayudado a estudiantes en su adolescencia a moldear sus pies. Ella recomienda hacer ejercicios con bandas elásticas a un ritmo controlado y lento para aumentar la fuerza en los tobillos y los metatarsos. Sosteniendo la banda contra los metatarsos de los pies, lentamente apuntá y flexioná a medida que articulás completamente todo el pie. Luego de repetir este ejercicio durante varias veces, mantené tus pies estirados contra la banda; después lentamente flexioná y apuntá sólo los dedos, dejando tu tobillo en la posición en punta.

Estirar apropiadamente también puede ayudar. “Un fisioterapueta puede estirar tus tobillos y medio pie para dar la apariencia de tener más arco”, dijo Novella, “pero puede tomar años y no es ninguna garantía”. Recomienda una técnica llamada “contraer-relajar”, en la que el bailarín empuja contra la mano de un fisioterapeuta, luego relaja para dejar que los músculos se estiren más que antes.

Medidas peligrosas

Aunque algunos esfuerzos dolorosos, como presionar tus pies debajo de muebles o puertas, pueden parecer un sacrificio redituable, no lo son. “Si algo parece muy loco, probablemente lo sea», dijo Rehm, “y en el largo plazo, te devolverá a la situación inicial”. Dormir con tus zapatillas de punta puestas, pararte constantemente sobre tus metatarsos, que un amigo se siente sobre tus pies o golpear tus arcos para hacerlos crecer son comportamientos peligrosos que pueden causar serias lesiones.

“Eso no es un estiramiento activo”, dijo Mitchell. “Sería como golpear las articulaciones”. El doctor Novella subrayó que los bailarines a menudo padecen de tendinitis de Talón de Aquiles por excesivo estiramiento. “Estás induciendo movilidad en articulaciones que realmente debieran estar estables», dijo Novella. “Si vas a estirar el arco y el tobillo, necesitás asegurarte de que la fuerza de los grupos musculares alrededor de las articulaciones se mantenga”.

Y resistí la tentación de cubrir tus pies si pensás que no están bien. “Si querés saber exactamente qué pasa con tus pies para ver progreso, no vistas polainas constantemente: mirá tus pies y permití que te ayuden”, dijo Rehm.

Obstáculos

En algunos casos, el tema no es tan simple como que uno tenga o no un arco inflexible. Los bailarines a los que les duele detrás del tobillo, quizás tengan un hueso extra llamado os trigonum (Síndrome de Hueso Trígono). “Es como tener un pedacito de mármol entre el hueso de la pierna y el tobillo que bloquea el estiramiento del pie”, indicó Novella. Si bien el hueso uede ser removida quirúrgicamente, Novella advirtió que el tiempo de recuperación puede variar entre siete semanas y siete meses, y aún así no producir una punta comparable a aquella que se hubiera logrado si el hueso nunca hubiera estado ahí.

Muslos apretados también pueden crear un obstáculo para subir a las zapatillas de punta. “Si los bailarines se apoyan en las caderas porque los músculos flexores de cadera o cuádriceps están tensos, las articulaciones de los tobillos tienen que hacer todo el trabajo, advirtió Mitchell. “Estirá las caderas y cuádriceps a menudo y aseguráte de usar los glúteos cuando te subas a las puntas”.

Trabajá con lo que tenés

Por suerte, muchas bailarinas profesionales han sido exitosas a pesar de no haberse convertido en modelos de zapatillas de punta. “Lo que me ha traido a donde estoy es el modo en que trabajo, mi concentración y mi habilidad para aprender cosas rápido. Mis pies ya no son terribles, pero sí tengo que trabajarlos todo el tiempo», dijo Rehm, quien fortalece sus pies a través de ejercicios diarios, como trazar las letras del alfabeto con sus dedos. “Y también se trata de encontrar tu mejor ángulo: a veces es necesario realizar algún cambio para hacer que la línea se vea mejor”, comentó.

Rehm indicó que el tipo de puntas que ella usa, así como el modo de preparar las zapatillas, hacen una gran diferencia. “Si no tenés pies muy flexibles, no necesitás zapatillas muy duras”, dijo Dierdre Miles Burger, directora de la Orlando Ballet School. Deberás conseguir zapatillas más flexibles. Mitchell también aconsejó a los bailarines usar suelas de tres cuartos o cortar las suelas donde el pie naturalmente se arquea.

Lo mejor que se puede hacer para mejorar la apariencia de tus pies es usarlos apropiadamente. “Tenés que maximizar tu rotación y presentación”, dijo Mitchell. Articulando a través del piso y creando una linda línea, el foco puede desplazarse del pie hacia la presentación de las piernas. En última instancia, enfatizar tus fortalezas te salvaguardará de las debilidades. “Pies fuertes y articulados, sin importar cuál sea su forma, es más importante”, dijo Burger.