MAXIMILIANO GUERRA REPONE «CARMEN»

Todos los que, de una u otra forma, integramos el mundo de la danza en Argentina, queremos tanto a Maximiliano. Su sencillez y excelencia artística lo convirtieron en uno de los grandes bailarines de nuestro país. Y es, sin duda, uno de los propulsores de la disciplina por estos pagos y de su promoción para que no […]

domingo, 07 de abril de 2013 |

Todos los que, de una u otra forma, integramos el mundo de la danza en Argentina, queremos tanto a Maximiliano. Su sencillez y excelencia artística lo convirtieron en uno de los grandes bailarines de nuestro país. Y es, sin duda, uno de los propulsores de la disciplina por estos pagos y de su promoción para que no quede rincón nacional sin este gozo. Y desde hace tiempo ya, no sólo es bailarín –sentimos que le queda un poco corto este mote-, sino también maestro, director y productor de su Ballet del Mercosur, padre e inspiración para miles de chicos y chicas que desean ser artistas de la escena, en Fábrica de Arte, el estudio que coordina con la bailarina Patricia Baca Urquiza, también su esposa.

Maxi viene de realizar una exitosa temporada veraniega en la costa y el interior del país, donde se presentó con “Argentino”, un espectáculo que retoma los orígenes de nuestra identidad nacional y que, en sus palabras,  se gestó “a través de un juego con mi hija en el living de casa, mientras sonaba ‘Un pacto para vivir’ de la Bersuit”. Así, fue buscando otras obras representativas: “Busqué entonces ‘El viento trae una copla’, escrito por un excombatiente de Malvinas; ‘El tiempo no para’ y ‘La Argentinidad al palo’, que nos describe muy puntualmente”, indica. También, en este espectáculo, que espera, quizás, llegar a Buenos Aires en algún momento, ofrece un homenaje a nuestros abuelos inmigrantes, a través del candombe, milongas, tango; y, finalmente, “Ritual”, dedicado a los pueblos originarios de estas tierras. Finalmente, este espectáculo, caracterizado por la mixtura de estilos y danzas populares, cierra con lo que él llama la recuperación de una raíz propia, aquella que remite a su impronta como “bailarín clásico”,  a través de un extracto de “Carmen”, y define también una forma de vida, que “tiene que ver con esta pasión y esta forma de encarar la vida: de encararla al todo o nada, entregar el alma todo el tiempo, como lo hace Carmen”, expresa. Y no se detiene, por suerte para su público. Para él, nos cuenta, el artista “es como el buen vino: cuando uno tiene 20 años, tiene una potencia incontrolable y medio de potrillo. Luego uno va adquiriendo la madurez, que es lo que va balanceando la carrera. Siempre es bueno saber crecer bien: esto es lo más importante”.

Y es así que este próximo 12 de abril llega por fin a Buenos Aires Maximiliano y el Ballet del Mercosur con toda su pasión a cuestas, ya no en un extracto, sino en su totalidad: “Carmen” se presentará, luego de tres años consecutivos en cartel, en el ND Ateneo (Paraguay 918, CABA), a las 21 horas. El espectáculo también cuenta con una obertura tanguera, denominada “Tango Paradiso”.

"Carmen", con Maximiliano Guerra y Patricia Baca Urquiza en los roles protagónicos.

La obra vio nacer su versión danzada por el coreógrafo cubano Alberto Alonso, al son de la música arreglada de la célebre ópera de Bizet por el compositor ruso Rodion Shchedrin en 1967, para quien fuera su esposa, la inigualable Maya Plisetskaya. Fue prohibida en la URSS, inicialmente, por ser considerada “un insulto” a la obra original de Bizet, pero, gracias a una intervención del compositor Dimitri Shostakovich, la penalización pudo ser levantada. Este ballet se caracteriza por su fuerza argumental, que demanda una gran carga actoral a los bailarines: el espíritu rebelde del sur gitano de España queda representado en esta sensual mujer que desborda de celos a sus pretendientes.

Por María José Lavandera

Escribíme! —->mariajose@ct000380.ferozo.com