Nueva propuesta académica: la danza como transformadora de la comunidad

Una nueva propuesta nace del interés de un grupo de profesionales egresados del IUNA de ofrecer una especialización profesional para quienes deseen trabajar con la danza como una terapia de intervención individual y comunitaria.

viernes, 11 de julio de 2014 | Por Maria José Lavandera

Sabido es que la danza tiene el poder de mejorar la calidad de la vida de las personas: previene y promociona  la salud física y emocional. Diversas vertientes desde la danza y desde la salud han avanzado en este sentido. Ya hemos relatado en estas páginas el caso de la experiencia de un grupo de presos en una cárcel de seguridad media, la Woodbourne Correctional Facility, en el estado de Nueva York. Apoyada por una organización denominada “Rehabilitación a través del arte” (Rehabilitation through the arts), una maestra de danza infantil, Susan Slotnick, creó el primer y único programa de danza para varones en una cárcel norteamericana, generando cambios tan sustanciales en sus alumnos que lograron rehacer sus vidas por completo. O, en los pagos nacionales, la experiencia de la coreógrafa Andrea Servera, quien también trabajó en la cárcel de mujeres de Ezeiza.

Con este mismo espíritu transformador, en grupo de coreógrafos y bailarines de danza teatro y expresión corporal, formados en el IUNA, así como también varios de ellos provenientes de psicología y la psiquiatría, tomaron la iniciativa de configurar una carrera que tuviera por protagonista la idea de formar profesionales especialistas en trabajar el movimiento como canal de comunicación y cambio, con una perspectiva y proyección comunitaria, es decir, pensar la danza como una metodología de transformación individual y social. Ellos son Carolina Fontenla, Magali Canosa, Roberto Tamburrini, Edgar Narváez y Elena Tato, quien fue la ideóloga del proyecto cuya gestación duró casi dos años y hoy es una realidad: la Tecnicatura Superior en Artes Comunitarias del Movimiento dará comienzo el próximo 11 de agosto de 2014, con título oficial, en el Instituto Superior de Ciencias de la Salud, que inaugura con esta carrera su Departamento de “Artes del Movimiento”.

Hay equipo. Convencidos de la necesidades de profesionalización en cuanto a los potenciales de cambio de la danza. Foto: Gentileza.

Hay equipo. Convencidos de la necesidades de profesionalización en cuanto a los potenciales de cambio de la danza. Foto: Gentileza.

“Al estar dando talleres y clases, algunos de nosotros intentábamos transmitir los beneficios del movimiento a nivel físico y emocional, lo importancia de la conciencia corporal, de conocer nuestras reales limitaciones, todo lo que nuestro cuerpo nos dice y poder escucharlo. Si tomamos conciencia de nuestro movimiento, podremos identificar nuestras limitaciones que siempre son mucho menos de las que suponemos. Además, al tener un buen manejo de nuestro cuerpo y una buena postura, nuestros órganos mantendrán un buen funcionamiento, nuestra energía circulara libremente, lo que nos proporcionara una mayor vitalidad, mejorará nuestro ánimo y nuestra calidad de vida se verá beneficiada. Todo persona que deja de sentir ‘dolores’, ‘tensiones’, se siente más liviano, tiene más libertad de movimiento, lo que le produce una mayor seguridad de sí misma. Empezamos a entender la importancia de tener un lugar en donde estén volcados todos estos conocimientos y así poder formalizarlos”, explica Elena.

Es que el movimiento es esencial para la vida. Cuando ese movimiento se transforma en una práctica, que también puede convertirse en artística, son múltiples los efectos sobre el organismo: “El movimiento siempre ha sido tan esencial como comer o dormir. Es inseparable al resto de los aspectos de la vida. Nuestro objetivo es que los estudiantes vivencien cómo se puede transformar nuestra visión de la vida a partir del movimiento y el arte”, comenta.

Según explica la especialista, en este sentido el movimiento fue observado, estudiado y utilizado por Francoise Delsarte (1811-1871), que formuló leyes para interpretar el comportamiento, y por Isadora Duncan (1878- 1927), que creó un nuevo vocabulario de movimiento contribuyendo a las modificaciones de la danza moderna en los Estados Unidos de la época y en consecuencia en todo el mundo. Por las mismas épocas la danza moderna es la que da origen y se convierte en una psicoterapia por la danza. La danza terapia nace en 1940 confinada en principio a los hospitales mentales. Actualmente se conoce a Franziska Boas, Marina Chace, Liljan Espenak, Mary Whitehouse y Trudi Schoop como las “Madres de la Danzaterapia”. Esta revolución de la danza trajo también el interés por los estudios de Sir James George Frazer, Martha Graham, Mary Wigman, entre otros. Esto mismo, da un gran impulso para la evolución de la danza terapia. A través de trabajos con personas con necesidades especiales y trastornos mentales, realizados por Irmgard Batenieff, Franziska Boas, Liljan Espenak y Mary Whitehouse, se fueron descubriendo las posibilidades terapéuticas que ofrecía el movimiento y la danza. En la Argentina, destacan la fundación de la Expresión Corporal como lenguaje y ética de movimiento de Patricia Stokoe, los trabajos en Danza Terapia de Maria Fux, Danza Comunitaria de Aurelia Chillemi y Danza Integradora de Susana Gonzalez Gonz.

Danza integradora, iniciativa de Susana González Gonz. Foto: Gentileza Susana González Gonz.

Danza integradora, iniciativa de Susana González Gonz. Foto: Gentileza Susana González Gonz.

Proyección social del movimiento

Elena explica que la Tecnicatura resuelve un nexo particular en la transformación social a partir de la potencia artística del movimiento, que implica focalizar en perseguir la salud integral de las personas: a nivel psíquico, físico y social. Se trata, entonces, también de utilizar la potencia del arte del movimiento para lograr una re-elaboración de las dinámicas al interior de las personas y también entre ellas: “La danza que proponemos en esta carrera tiene que ver con lo grupal, generar proyectos grupales, conectarse con el otro, escuchar al otro. Apunta a un vínculo específico entre lo artístico y su función comunitaria, así como el movimiento y la salud física y mental. El objetivo es trabajar y recrear la conciencia comunitaria, desarrollar y mantener la integridad individual aceptando las influencias sociales de los otros. También apuntará a generar en la comunidad en la cual trabaje una imagen corporal realista, que tome conciencia de las sensaciones internas, movilice su energía, tenga dominio y control de los movimientos del cuerpo y la expresividad, y de su capacidad de comunicación. Las relaciones que se producen entre lo físico, psicológico, social y cultural implican un movimiento, una dinámica, en consecuencia un cuerpo en movimiento. Las artes del movimiento se refieren al abordaje estético y creativo de este cuerpo en movimiento con el objeto de comunicar para lograr un desarrollo y  una mejor en la calidad de vida de la ciudadanía, favoreciendo y facilitando un proceso de participación social activa”, completa Elena.

De tal modo, la carrera se erige como una opción privilegiada para todos aquellos que quieran trabajar con la posibilidad de generar cambios sociales a través del movimiento corporal como expresión artística. Como vimos en el caso de Susan Slotnick, es sólo cuestión de ponerse manos a la obra. La transmisión del entendimiento del cuerpo y sus capacidades y el impacto que eso puede tener en la salud tanto individual como social es inmenso.

El Taller Anual Inicial

En el marco de la carrera, se dicta un taller anual inicial, de sólo una vez por semana, llamado “Artes comunitarias del movimiento”, con la idea de  quienes estén interesados tengan información de cómo se trabajará en la carrera y qué puntos se profundizarán en la tecnicatura. Elena comenta que “es una invitación a vivenciar el movimiento corporal como medio de expresión con herramientas de técnicas del arte del movimiento, experimentando sus beneficios, conociendo sus objetivos y modos de intervención en la comunidad a través del análisis de la propia experiencia en un ambiente creativo”. Algunos de los temas a tratar son: Reeducación de hábitos motrices saludables, Abordaje escénico del movimiento, Gestión artística y comunitaria, Creación y coordinación de grupos y redes, Prevención y promoción de la salud.

Inscribíte

La tecnicatura dura tres años y se cursa de lunes a viernes, de 18 a 22.30 horas, en el Instituto Superior de Ciencias de la Salud (Gavilán 75, altura de Av. Rivadavia 6700). Teléfono: 4631-5864 | 4634-0054.

Comienza el 11 de agosto de 2014

¿Qué necesitás para inscribirte?
-Fotocopia delTítulo Secundario y Presentación del Original
-3 Fotos 4 x 4
-Fotocopia D.N.I. 1era y 2da hoja y presentación del original
-Certificado de aptitud psicofísica
-Constancia de domicilio