Paloma Herrera: “La magia y belleza de los ballets de repertorio pueden ayudar a que más público se acerque a la danza”

Una de las grandes estrellas argentinas regresa a Buenos Aires este octubre para interpretar «Giselle» en el Teatro Colón. Habiendo anunciado su retiro para diciembre de 2015, su agenda no da tregua. Pero, como siempre, ella se muestra feliz y disfrutando cada segundo en los escenarios del mundo.

martes, 30 de septiembre de 2014 | Por Maria José Lavandera

Y luego de tres años, una de las más importantes estrellas argentinas del ballet vuelve al Teatro Colón. Paloma Herrera, Principal en el American Ballet Theatre desde los 19 años, regresa al Primer Coliseo con cuatro funciones –2, 4, 8 y 11 de octubre de 2014-, en el rol de Giselle, junto a Juan Pablo Ledo como Albrecht, en una versión de Lidia Segni, directora del Ballet Estable, sobre la de Marius Petipa. La música, de Adolphe Adam, estará a cargo de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, bajo la batuta de Emmanuel Siffert, libreto de Jules Vernoy de Saint-Georges, Théophile Gautier y Jean Coralli.

Y habrá que aprovechar para ver a esta gran bailarina en esta ocasión, dado el anuncio de su retiro para fines de 2015. Esta es la primera vez en Buenos Aires desde que lo anunció, pero bailará nuevamente el año que viene en su ciudad natal, también para agradecer a su público argentino.

Uno de los mayores clásicos del Romanticismo, el ballet “Giselle” es una obra que nunca pierde vigencia. Fue estrenada en 1841 en la Ópera de París convirtiéndose en pieza fundamental de la danza clásica. “‘Giselle’ es un ballet hermosísimo. Lo disfruto muchísimo. Forma parte de ese repertorio de ballets que realmente ‘llegan’, con la que todos nos sentimos un poco identificados, por eso perduran. Son ballets que realmente llenan y transmiten. Estoy feliz de poder hacer ‘Giselle’ en el Teatro [Colón]. Lo lindo de los dos actos es que son completamente diferentes. Convocan facetas muy diferentes de la personalidad. Lo he bailado muchísimo y cada vez ha sido increíble. O mismo los ensayos: cada vez que uno va abordando el rol, lo vas encarando de diferentes formas. Le vas buscando distintos matices, vas sacando capas, no hay forma en que puedas decir ‘siempre lo hago igual’. Hay algo en esta interpretación que permite ser muy espontáneo”, indica Paloma, quien pasó unas semanas de septiembre en Buenos Aires para ensayar con la compañía del Teatro Colón y con su partenaire en esta ocasión, Juan Pablo Ledo, en la primera vez que viene a Argentina a actuar con un bailarín argentino.

R: ¿Cómo fue el reencuentro con el Colón y su compañía?

PH: Estoy muy en contacto con el teatro. Cada vez que tengo libre y voy para allá, tomo clases con la compañía o voy a ver los espectáculos. Estoy siempre muy en contacto. Cuando surgió la posibilidad de bailar en Buenos Aires, Lidia [Segni] me propuso bailar con un bailarín de la compañía y creo que esta era la oportunidad perfecta porque es en el único momento que yo realmente tenía tiempo. En otros momentos, como cuando hice ‘El Corsario’, iba con mi partenaire, con pocos días antes, para bailar. Esta vez si iba a ser con un bailarín de Argentina, era perfecto porque justo tengo el tiempo y está bueno pasar más tiempo en Buenos Aires y aprovechar a trabajar. Y a Juan Pablo [Ledo] me encanta verlo bailar y sé que es muy trabajador, conozco su ética, así que para mí fue re lindo trabajar con él. Nunca había bailado con un bailarín argentino. También me gustó mucho la idea de poder trabajar un tiempo con la compañía. Todos conmigo tienen muy buena onda y eso es lo lindo de haber tratado siempre de mantener una relación entre nosotros. La verdad que me siento súper cómoda, súper en casa. Re linda experiencia. Y siempre que voy a Buenos Aires es lindo. Pero no importa donde vaya, yo siempre estoy feliz de subir al escenario, sea el Colón o un teatrito chiquitito. Estoy siempre feliz.

Paloma Herrera y Juan Pablo Ledo, en ensayos de "Giselle" en el Teatro Colón. Foto: Máximo Parpagnoli.

Paloma Herrera y Juan Pablo Ledo, en ensayos de «Giselle» en el Teatro Colón. Foto: Máximo Parpagnoli.

R: ¿Cómo te llega “Giselle” en este momento?

PH: Los ballets completos tienen ese “algo” especial. Me encanta hacer coreografías nuevas y participar del proceso de creación, pero los ballets completos ofrecen algo de magia a través del cuento que se presenta en el escenario. Uno como bailarín se da, uno cuenta una historia, se compenetra muchísimo y te lleva a otro mundo completamente diferente. Por eso no te cansás nunca de hacerlo. Cada función siempre es diferente. Y creo que la presentación de estos ballets de repertorio, así como tienen su público que los ha visto millones de veces y nunca se aburre, la magia y la belleza que tienen también puede ayudar a que la gente que nunca vio ballet, se acerque a este arte. Me gustaría que a través de “Giselle” se acerque más público al ballet. Es lo que más quiero y lo que me resulta de mayor responsabilidad: que la gente que nunca va a ver ballet y viene a ver “Giselle”, se quede realmente con ganas de más. Esa es la tarea de traer nuevas generaciones al ballet, nuevo público. Me gustaría lograr conmover y movilizar a aquellos que nunca vieron ballet.

R: ¿Qué te espera para este año, luego de «Giselle»?

PH: Después de “Giselle”, vuelvo a Nueva York y empiezo la temporada, con repertorio mixto, muy diferente a la temporada de primavera, en la que tuvimos los ballets completos. Hice mi último “Don Quijote”, mi último “Bayadera”. Y de ahí me voy al Festival Internacional de Ballet de La Habana, que me encanta. Mis experiencias ahí han sido increíbles. Como el festival se hace cada dos años, esta es la última vez que puedo bailar en Cuba, así que me voy a despedir de este festival. Luego me toca una gala y una serie de master classes, que estoy haciendo hace bastante.

Paloma Herrera y Juan Pablo Ledo, ensayando "Giselle", en el Teatro Colón. Foto: Máximo Parpagnoli.

Paloma Herrera y Juan Pablo Ledo, ensayando «Giselle», en el Teatro Colón. Foto: Máximo Parpagnoli.

R: ¡Siempre a mil!

PH: (risas) Tengo una agenda a full; ando de un lado al otro. Australia, Buenos Aires, New York, vuelvo a Buenos Aires, Cuba, Vancouver, donde hacemos Cascanueces. Muchas funciones en agenda, pero la verdad que estoy contenta y eligiendo las cosas que realmente me dan placer y que tengo ganas de hacer, disfrutando cada segundo de las funciones, los viajes, todo.

R: Estás dando clases bastante seguido. Te recompensa mucho esta actividad, ¿verdad?

PH: Es muy gratificante dar mis master classes. No doy cuando estoy con funciones, porque es mucha energía que se entrega. Es mucha dedicación, concentración, pero es súper gratificante. Es divino ver el talento y tratar de ayudar, transmitir lo que uno aprendió en tanto tiempo de carrera. Ojalá a uno le hubieran dicho ciertas cosas o información que uno sabe ahora. También uno se da cuenta qué difícil es encontrar talento, que no es nada fácil. Dar clases abre mucho los ojos. Hace algunos años ya que doy clases y encontré que me ha formado también enormemente a mí como bailarina. Es toda una experiencia. Y es sanador también, porque uno ha tenido maestros maravillosos y otros que quizás no te hicieron tan bien. Siempre hay maestros, coaches o coreógrafos que han sacado lo mejor de uno, pero otros que no han sido nada fáciles. Entonces, cuando te ponés en el rol de maestro, todo eso que viviste regresa y pensás qué es lo positivo de cada uno para poder ayudar a los chicos que vienen a tu clase y también sacar lo mejor de ellos en ese momento. Es un proceso muy interesante.

R: Es una satisfacción lograr que alguien saque lo mejor que tiene por alguna motivación que vos le diste…

PH: Pienso que para ser buen maestro, es fundamental ser buena persona, generoso y realmente disfrutar con el talento del resto para poder brindar, porque uno ha tenido muchas experiencias y estuvo en esa situación también. Y si un maestro tiene buena energía y trabaja de la mejor forma, saca lo mejor de un bailarín. De otro modo, no salen las cosas. Es una forma de vida y es una ética. Hay gente que va a tratar de conectarse con lo mejor que uno tiene. Y no cuesta nada ayudar y disfrutar con el talento del otro, en lo que sea. Uno trata de devolver. Si a uno le dieron una posibilidad, uno trata de hacer lo mismo.

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