Silvina Perillo en charla con los chicos del ISA: la voz de la experiencia

Por María José Rubín La cita fue el lunes 28 de octubre, a las 11 de la mañana. En la sala de ensayos 9 de Julio, en el subsuelo del Teatro Colón, un grupo de alumnos del Instituto Superior de Arte se reunieron para oír atentamente las palabras de una de las primeras bailarinas que […]

miércoles, 30 de octubre de 2013 |

Por María José Rubín

La cita fue el lunes 28 de octubre, a las 11 de la mañana. En la sala de ensayos 9 de Julio, en el subsuelo del Teatro Colón, un grupo de alumnos del Instituto Superior de Arte se reunieron para oír atentamente las palabras de una de las primeras bailarinas que más ha dado que hablar en los últimos tiempos: se trata de Silvina Perillo, quien cerró un ciclo en su carrera retirándose con una función inolvidable de Quijote el pasado mes de septiembre. Y REVOL fue invitada a esta ceremonia, que ofició casi como un pasaje de posta a las nuevas generaciones del teatro.

Sin tutú, puntas ni rodete, Silvina es una chica linda y simpática, con una gran sonrisa y una melena leonina atrapada en un peinado alto. Vestida con jeans y sandalias de plataforma, lejos parece quedar aquella magnífica Kitri de elevados grand jettes y veloces fouettes triples, que, sin embargo, ejecutó hace menos de dos meses atrás.

La charla, coordinada por Patricia Casañas, profesora del Instituto, y destinada a alumnos de 4º año a perfeccionamiento, comenzó con una breve reseña de la trayectoria de Silvina, y fue acompañada de principio a fin por la proyección de fotografías que recorrían momentos memorables de su carrera, tanto arriba como abajo del escenario, desde su infancia hasta su despedida en el Colón.

Silvina Perillo, junto a Patricia Casañas, en un íntimo encuentro especial para los estudiantes del ISA. Foto: María José Rubín.

Silvina Perillo, junto a Patricia Casañas, en un íntimo encuentro especial para los estudiantes del ISA. Foto: María José Rubín.

A lo largo de la entrevista, se abordaron temas diversos. Silvina recordó a sus maestros, Wasil Tupin y Mercedes Serrano, quienes la formaron desde sus inicios, a los siete años, hasta su ingreso en al ISA en los años de perfeccionamiento. Él, más técnico, y ella, más dedicada a la parte interpretativa, fueron quienes dotaron a la joven estudiante de la excelencia técnica y artística que ha sabido demostrar en el escenario. Además, Silvina hizo hincapié en los valores de la humildad y el respeto que recibió de sus maestros, y la importancia de recordar que siempre se puede seguir aprendiendo.

En una retrospectiva de su carrera en la danza, Silvina compartió su experiencia en el Primer Concurso Latinoamericano, en el que compartió el primer premio con Karina Olmedo, y el viaje a la escuela de Rosella Hightower en Cannes; y en el New York International Ballet Competition, donde se preparó con los maestros Nathalie Krassovska y Yuri Grigorovich para ejecutar el segundo acto de Giselle y el Cisne Negro.

"A sala llena". Así se presentó Silvina Perillo, una vez más. Foto: María José Rubín.

«A sala llena». Así se presentó Silvina Perillo, una vez más. Foto: María José Rubín.

Al respecto, Silvina destaca que lo más importante de estos dos hitos en su carrera siempre fue para ella el trabajo previo, el poder aprender de grandes maestros y coreógrafos, y no tanto la competencia en sí.

También compartió con su audiencia memorias de su ingreso al Ballet Estable del Teatro Colón, sus roles preferidos –Kitri, Aurora y Gulnara encabezando la lista–, y su experiencia en la escuela y en el ballet de la institución. Algunas perlitas fueron su encuentro con Baryshnikov, a quien descubrió un buen día estirando junto a la barra en el salón de clases; las dos oportunidades de reunirse con Maya Plisetskaya, aquella primera inspiración que, a través de una pantalla de TV, a los cinco años, la llevó a bailar; y su trabajo con grandes partenaires -y muy queridos por ella-, como Alejandro Parente, Edgardo Trabalón, Leonardo Reale, Hernán Piquín y Federico Fernández.

A la pregunta por su decisión de retirarse en la plenitud de su carrera, Silvina ofreció una respuesta bien elaborada, que reflejó una elección profundamente meditada al respecto: el objetivo fue evitar el deterioro de su performance sobre el escenario, dejar paso a las nuevas generaciones y el sentimiento de que no quedaban cuentas pendientes fueron sus principales argumentos.

Ahora, disfruta de viajar, de ver ballet “sentada, sin estirar los pies, sin que me pidan que gire el talón”. Expresó su deseo de ayudar a la preparación de profesionales en la interpretación de roles y estilos, algo que ella misma ha sabido hacer tan bien a lo largo de su carrera.

Estuvo presente en la charla Tatiana Fesenko, quien preparó a Silvina en papeles como Raymonda, desde sus inicios en el Ballet Estable. Tatiana dedicó a su alumna cariñosos elogios, que fueron correspondidos con cálidas palabras de admiración de parte de Silvina.

Silvina Perillo junto a Tatiana Fesenko. Foto: María José Rubín.

Silvina Perillo junto a Tatiana Fesenko. Foto: María José Rubín.

Hacia el final de la entrevista, los alumnos presentes tuvieron la oportunidad de formular sus propias preguntas e inquietudes sobre la carrera de bailarines y sobre la experiencia de la Prima ballerina, quien les brindó respuestas tan francas como inteligentes.

Generosa y profesional como siempre, Silvina se sigue luciendo, como la estrella que es.