Speak 4.1 «Ecolecto»: Escuchar la imagen, observar el sonido

Los artistas multimediales Alejandra Ceriani, Fabricio Costa Alisedo, Fabián Kesler, Javiera Sáez y, como invitado, Martín Groisman presentan una versión de su obra «Speak 4.1», dedicada al público sordo e hipoacúsico. Convierten el lenguaje de señas en movimiento artístico, al tiempo que lo conectan con dispositivos que permiten la visualización y tactilización de fenómenos sonoros producidos a partir del movimiento.

lunes, 13 de octubre de 2014 | Por Maria José Lavandera

Esta sería ya la cuarta versión de “Speak”, para los artistas multimediales Alejandra Ceriani, Fabricio Costa Alisedo, Fabián Kesler, Javiera Sáez y como invitado de lujo, el artista multimedial Martín Groisman. Se viene este 2014 un “Speak” recargado -llamado 4.1 «Ecolecto»-, con apoyo de Prodanza, un espectáculo dedicado a personas sordas e hipoacúsicas “por medio de la visualización y tactilización de fenómenos sonoros, y una personalización de la lengua de señas”, según indican sus hacedores en su blog. En esta ocasión, la obra será presentada en la escuela Magnasco, el 14 y el 29 de octubre de 2014, y en la Confederación Argentina de Sordos, el 1 y el 15 de noviembre de 2014.

¿Pero en qué consiste Speak? “Es una performance interactiva en tiempo real, un laboratorio artístico-científico de danza, animación visual, música y diseño, abierto que propone un sistema de comunicación corporal, sonora y visual a través de dispositivos hardware y software, cuya expansión atañe al diseño de gestos con partes del cuerpo, en su totalidad motora y con los sentidos en inter-actuación”, indican sus productores.

Esta obra parte de una investigación exhaustiva y una trayectoria que data de 2007, que tenía por objetivo de indagar y desarrollar las diversas posibilidades de comunicación existentes además del lenguaje fónico, dando pie a desarrollar, a su vez, modos alternativos –y nuevos- de comunicación. El año pasado, en noviembre, presentaron «Speak 4.0» en el Planetario de la Ciudad de La Plata, llamado «Universe».

En este caso, sus realizadores eligieron trabajar sobre la lengua de señas, netamente corporal, vinculándolas con una composición cinética, visual y sonora en pos de construir un hecho artístico. De tal modo, los gestos usados por la comunidad hipoacúsica vivirán una reinterpretación estético-expresiva, a través de una performer, a través del lenguaje corporal de la danza, que se combinará en acto con una composición de imágenes y sonidos, generados a partir de los mismos movimientos en diálogo con un sistema de captación: “los gestos-señas son captados por sensores para ser reinterpretados en sensaciones audibles y visuales, generándose así una idea contemporánea de concierto y de «jam», es decir, de generación artística conjunta en vivo, a la vez que un código multimedial que permitirá varios tipos de lecturas y desde varios sentidos simultáneamente”, indica la información sobre el espectáculo.

¿Cómo surge esta idea de dedicar Speak a la comunidad de hipoacúsicos y sordos? “Tenemos la suerte de que Fabricio Costa [programador y artista digital, que diseñó el programa MOLDEO, procesador de las imágenes en la obra] es hijo de la Dra. Graciela Alisedo, una referente en lo que es lengua de señas y educación para sordos e hipoacúsicos en Argentina. Sumada a la belleza y expresividad que notamos en la lengua de señas, que lo vemos casi como una danza de las manos, decidimos profundizar y crear un sistema multimedial de correspondencias propio. La performance tiene como base las manos y la lengua de señas, el sonido busca la sensación táctil para ser aprovechado por sordos e hipoacúsicos, y la animación busca traducciones e interpretaciones de las ondas sonoras, entre otros aspectos”, cuenta Fabián Kesler, licenciado en composición electroacústica y quien está a cargo del diseño sonoro de Speak.

Alejandra Ceriani, artista plástica, performer e investigadora de la interacción entre el movimiento y la tecnología -coordina el ciclo de danza En2Tiempos y dirige la Cátedra Libre de Educación y Mediación Digital en Danza, desde la Secretaría de Arte y Cultura de la Universidad Nacional de La Plata-, cuenta: “Fabricio ya estaba trabajando con este tema de la lengua de señas hace varios años. Luego nos fuimos dando cuenta que sintetiza mucho de nuestras búsquedas sobre la vinculación e interacción de los lenguajes del movimiento, imágenes y sonido, el pensar que el cuerpo comunica expresivamente, sobre la comunicación no verbal. Vimos allí un universo de gestos subyacentes cargados de intención comunicativa, mediante las señales del cuerpo. Las expresiones faciales, los movimientos o los gestos pueden ser más o menos sutiles en cada uno y eso dice algo acerca de nosotros y de lo que estamos sintiendo, que se puede reflejar al exterior; incluso hay momentos en los que enviamos mensajes contradictorios: decimos una cosa pero nuestro lenguaje corporal revela algo diferente. También, y yendo un poco más allá de esta versión de Speak, intuimos que esta lógica colectiva de creación -procesada desde la experimentación- es parte de un incipiente formato de gestualidad devenido del vínculo con los dispositivos de comunicación”.

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Ella indica que tenía “un trabajo previo, gestual, un abecedario con movimientos corporales correspondientes a cada letra. Luego con Javiera [Sáez, la performer] comenzamos a estudiar otras gestualidades y cada una se creó un back de gestos combinados de la danza de manos o de dedos. En esas búsquedas en los ensayos surgió la idea de sonidos de los fonemas como partituras y Fabián armó una composición sonora muy sugestiva para estos movimientos”.

Y así fue como crearon la primera obra multimedial, contemporánea performática destinada a esta comunidad de personas: “Nos genera orgullo, responsabilidad y obligación de ofrecer una obra digna. El recibimiento fue muy cálido y de sumo interés en las escuelas. Ellos están acostumbrados a recibir básicamente obras de teatro tradicional, por lo que la reacción que obtuvimos al ofrecer la obra fue de grata sorpresa ante algo completamente nuevo, tanto para ellos como para nosotros”, asegura Kesler.

Por su parte, Alejandra Ceriani, agrega que para ella es importante abrir el campo para que el trabajo artístico con este lenguaje continúe camino: “Mi expectativa es que llegue la idea de que las señas, además de comunicar, son gestos expresivos que pueden -a partir de una clara intención artística- generar una performance visual de cuerpo-imagen-sonido, y que a partir de esta experiencia, se creasen nuevas danzas a partir de la gestualidad comunicativa de los usuarios de esa lengua de señas”.

Ceriani cuenta que esta versión re-nace de las anteriores, en un proceso de evolución de una misma obra: “Speak siempre parte de la estructura de la anterior versión y va tomando cuerpo a medida que se desarrollan los ensayos. De este modo las secuencias se van ordenando e implicando. Hay partes que siempre están, como la que llamamos ‘AZAFATA’, donde se presenta el trabajo. Ha variado de explicar puntual y técnicamente como es la interacción del sistema a textos más metafóricos sobre la lengua y la comunicación, como tendrá esta versión. Nuestra expectativa es siempre llegar al público expresivamente atravesados por dispositivos, por sistemas informáticos sensibles”.

 

Cómo se arma el espacio en Speak. Foto: Gentileza Speak.

Cómo se arma el espacio en Speak. Foto: Gentileza Speak.

El sonido “sensible”

El sonido es elaborado en frecuencias extremas, tanto graves como agudas a fin de generar sensaciones táctiles en el cuerpo, principalmente en la caja torácica y en el cráneo, pues son las zonas de mayor sensibilidad para resonar a modo de cavidades acústicas. “En esta versión hay pasajes de rítmicas regulares donde la idea de baile se hace primitiva, ancestral, es decir que la performance sigue lo sonoro rítmicamente. Se agrega a esto el ‘sonido táctil’ para la música”, comenta Kesler. Alejandra agrega que, sin embargo, el trabajo utiliza «sonidos que se esencializan en vibraciones y las personas hipoacúsicas sienten la vibración sonora en el cuerpo, así que viven el ritmo como nadie”.

Se combinan unidades mínimas de movimiento con sonido y proyecciones kinestésicas, creando una alternativa de comunicación. Así, “los movimientos de la performer son interpretados en imágenes y sonidos al ser captados por la cámara; los sonidos son correspondidos en imágenes sincrónicas al ser estos comunicados por red a la computadora del animador, o los celulares adosados a las extremidades de la bailarina son utilizados para intervenir el sonido y la imagen por medio de los sensores de aceleración que estos poseen”, relata Fabián Kesler.

 

Entre la hiper-comunicación y la incomunicación

Kesler comenta que la interacción de materiales en escena se produce a través de una programación de software y dispositivos inalámbricos por ellos construidos y programados, en pos de generar un “concierto interactivo multimedial”: performance, animación y sonido son interdependientes de diversos modos a lo largo de la obra. No obstante, en muchos momentos la obra también da cuenta de situaciones de aislamiento o “ensimismamiento casi autista”, como dice el compositor, en que la bailarina se absorbe a través de un auricular, por lo que su danza queda desencajada de la música que suena en el momento. Aclara el músico: “Nos interesa ponernos en el lugar de cierta ambigüedad entre hiper-comunicación e incomunicación característico de esta era, desde aspectos conceptuales hasta de implementación en la obra misma. Buscamos así la integración de medios en escena”.

La obra, asimismo, es íntegramente realizada en vivo, respetando la idea de “performance”: “Siempre buscamos la idea de performance real, a la vieja usanza, donde todos realmente están en escena haciendo cosas. Evitamos las pre-grabaciones, los playbacks, los loops. Nos parece un sentido muy pobre de performance utilizar la tecnología para simplemente apretar el botón ‘play’ y observar la pantalla de la computadora. No se establece así una real comunicación con el entorno, se tiende al autismo escénico y a la comodidad de tener ya todo prearmado, lo cual mata la idea de performance. Por ello programamos nosotros mismos nuestros dispositivos software, para adaptarlos a lo que realmente precisa cada versión de la obra. Utilizamos sensores de movimiento como ser cámaras, celulares adosados, redes inalámbricas, lo cual permite una comunicación fluida en vivo entre los medios intervinientes. Finalmente, la generación y el proceso tanto de audio y video lo hacemos completamente en vivo, como si estuviésemos tocando instrumentos en un concierto, intentando recuperar el «feeling» que muchas veces pierde la tecnología en escena”, concluye el artista.

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Cuándo y Dónde

14 de octubre, 11.30 | 29 de octubre, 14.30 –> Colegio Osvaldo Magnasco – Chivilcoy 1820 (CABA)

1 y 15 de noviembre (horario a confirmar) –> Confederación Argentina de Sordos – Yerbal 176 (CABA)

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