Susana González Gonz, Danza Integradora en Argentina: “Un espa

Por Estefanía Lisi La entrada de la sede del IUNA del Departamento de Artes del Movimiento se encuentra muy concurrida cuando llego para encontrarme con Susana González Gonz, bailarina, coreógrafa, docente, artista, profesora de educación física, psicóloga social, emprendedora, madre, amiga y luchadora, entre muchas otras cosas. La distingo entre el tumulto de estudiantes que intentan […]

domingo, 29 de septiembre de 2013 |

Por Estefanía Lisi

La entrada de la sede del IUNA del Departamento de Artes del Movimiento se encuentra muy concurrida cuando llego para encontrarme con Susana González Gonz, bailarina, coreógrafa, docente, artista, profesora de educación física, psicóloga social, emprendedora, madre, amiga y luchadora, entre muchas otras cosas.

La distingo entre el tumulto de estudiantes que intentan salir del instituto y unos minutos después comenzamos nuestra entrevista en un salón que bien podría confundirse con un camarín de teatro. En alguna de las aulas cercanas se oye el traqueteo de unos cuantos zapatos de tap, que golpean al unísono el suelo y hacen retumbar las paredes.

Pero Susana y yo no vamos a hablar de tap, sino de una disciplina mucho más nueva: se trata de la Danza Integradora, cuyo origen data de 1991, una práctica que invita a cualquier interesado en participar, más allá de su condición. Es una clase de danza que utiliza diversas técnicas y posibilita que personas con cuerpos muy diferentes puedan conectarse con sí mismos y con el otro en forma conjunta.

Susana es, además, fundadora de Grupo Alma, la primera compañía de Danza Integradora del país, creadora del proyecto “Todos Podemos Bailar” y titular de la Cátedra Abierta Danza Integradora en el IUNA.

"La danza integradora es una práctica humanizante y solidaria de transformación social", dijo Susana González Gonz. Foto: Estefanía Lisi.

«La danza integradora es una práctica humanizante y solidaria de transformación social», dijo Susana González Gonz. Foto: Estefanía Lisi.

En el marco del Primer Encuentro Rioplatense de Danza Integradora que se realizó este fin de semana, cuyo objetivo fue difundir la actividad a la comunidad,  pudimos conversar con la pionera de este movimiento, cuya conmovedora historia personal impulsó a construir los cimientos de una danza inclusiva.

R: ¿Cómo fue el proceso de la creación de esta nueva disciplina?

S: Todo esto surgió a partir del impacto profundo que yo sufrí cuando un ser humano -mi hijo de 14 años en ese momento- bello, completo y perfecto -a la mirada de la sociedad- tuvo un accidente en un entrenamiento de gimnasia artística, y de un día para el otro pasó a ser llamado “discapacitado” por estar en una silla de ruedas. Esto generó un quiebre total en la familia, en la mirada de sí mismo, y en la mirada del otro. Comenzamos a recorrer un denodado camino yendo de lo  urgente a lo importante. Lo urgente es resolver el obstáculo, primero  la atención médica y la rehabilitación, pero luego viene la más difícil tarea de resolver qué es lo importante: una persona tenía un cuerpo, y ahora tiene otro, que no es aceptado socialmente y, por el contrario, es discriminado. La sociedad no está preparada para que ese ser vaya a la escuela o a la universidad, en igualdad de condiciones que las personas consideradas normales, porque existen grandes problemáticas de accesibilidad física en cuanto a contar con rampas adecuadas, coches que puedan transportar las sillas de ruedas, ascensores que funcionen o baños adaptados.

A pesar de que se ha avanzado bastante en este campo, el mayor problema sigue siendo la accesibilidad comunicacional, que es lo que no permite mejorar la viabilidad de las personas con discapacidad.  En general la sociedad,  partiendo de la familia, la escuela,  los políticos, los legisladores, etc., no han sido preparados para este tipo de problemáticas, consideradas tema de minorías.   Entonces, el problema de la discapacidad es muy complejo y trasversal a todos los problemas sociales, es decir que los atraviesa a todos. Es muy difícil porque las leyes con respecto a la discapacidad y los derechos humanos de las personas con discapacidad están dictadas, pero no todas están ejecutadas.

"Cuando una persona que tiene un accidente, una enfermedad o  adquiere algún tipo de discapacidad, a través de la danza recupera  su autoestima y  su cuerpo físico trasciende", dijo Susana González Gonz, quien es psicóloga social y especialista en movimiento. Foto: Gentileza Susana González Gonz.

«Cuando una persona que tiene un accidente, una enfermedad o adquiere algún tipo de discapacidad, a través de la danza recupera su autoestima y su cuerpo físico trasciende», dijo Susana González Gonz, quien es psicóloga social y especialista en movimiento. Foto: Gentileza Susana González Gonz.

El 2008 se aprobó en Argentina la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad, que ha generado importantes cambios, pero el proceso de la implementación de los mismos es muy lento. Por ejemplo, se han instalado más rampas por la calle y los nuevos negocios tienen baños exclusivos para personas con discapacidad, pero en las instituciones antiguas es difícil instalar estos dispositivos. Por ejemplo, acá en la sede del IUNA, Artes del Movimiento, tenemos una rampa en la entrada y un baño adaptado, pero a la Cátedra Danza Integradora desde el 2012, abierta a la comunidad, las personas con silla de ruedas no pueden acceder, porque las aulas están en el primer piso  y no hay ascensor.

R: ¿Y cómo conociste la Danza Integradora?

S: Luego de lo urgente y lo importante, en 1990 hice un curso de Danza Integradora en silla de ruedas con la doctora alemana Gertrude Krombholz, como cualquier profesional que necesita ampliar sus conocimientos. Primero asistí al seminario acá y después fui invitada a participar en Munich. A la vuelta de mi viaje, Gertrude me legó la disciplina. Sus palabras fueron: “Dejo la Danza Integradora en las mejores manos de la Argentina”. Yo me hice cargo, tomé la posta y llevé a cabo este proyecto hasta hoy, con mucha pasión, vocación y servicio, y por otro lado sorteando muchos obstáculos y con gran desazón por la falta de conciencia social ante esta problemática.

R: ¿Tu formación en psicología también tuvo alguna influencia en la manera de superar este problema y convertirlo en algo positivo?

S: Exactamente. Yo hice psicología social durante cuatro años, trabajo de observación y coordinación de grupos, diversos cursos de psicología humanista y me fui formando para fundamentar el trabajo del cuerpo. Investigué lo que significa el movimiento en la vida de las personas, no desde el punto de vista mecánico, sino desde la perspectiva del reencuentro con el ser y la naturaleza, que es lo que despierta la alegría, como el niño cuando baila, o la primera vez que juega con las olas en el  mar… Esa alegría es vida pura, y  no se compara con nada.

Susana propone la Danza Integradora como parte de un "derecho al arte, la educación y la equiparación de oportunidades para todos". Foto: Gentileza SGG.

Susana propone la Danza Integradora como parte de un «derecho al arte, la educación y la equiparación de oportunidades para todos». Foto: Gentileza SGG.

R: ¿Cómo definirías a la Danza Integradora?

S: Es una  práctica humanizante y solidaria de transformación social, que da respuesta a la problemática de la inclusión y la integración de las personas con discapacidad.

Esta Danza, para mí, celebra la vida, se baila por el gusto de bailar; se danza para experimentar los sentimientos del alma y, sobre todo, compartir con otro. ¿Cuántas parejas se formaron en bailes y fiestas? Para mí la Danza Integradora   recupera ese sentimiento de conexión con uno mismo, con el otro y con el Universo. Cuando una persona que tiene un accidente, una enfermedad o  adquiere algún tipo de discapacidad, a través de la danza recupera  su autoestima y  su cuerpo físico trasciende, porque se eleva a su cuerpo espiritual. Ese cuerpo descalificado por otros y no aceptado por sí mismo, de pronto se conecta con un sentimiento de amor y  alegría que lo impulsa a la vida. No es un cuerpo material solamente formado por palancas mecánicas, sino que se trata de un cuerpo que puede transmitir los contenidos de su mundo interno  que se emociona, y emociona a los demás. Entre tanta oscuridad, desolación y depresión por la mirada social despectiva, que descalifica, un momento de luz  abre el espíritu y  conecta con la vida.

Esta es una danza que desafía los límites que impone la vida, dejando de lado los prejuicios existentes; que fomenta el desarrollo de las capacidades potenciales de todas las personas, impulsando la diversidad, el derecho al arte y la educación y la equiparación de oportunidades para todos. No es lo mismo llevar la danza a las personas con discapacidad, que ofrecer posibilidades para que las personas con discapacidad se acerquen al mundo de la danza.

Jazz, tango, melódico, árabe, y otros estilos. Bailar es el lema, la música es variada. El objetivo: sentir la plena conexión con el propio cuerpo. Foto: Gentileza SGG.

Jazz, tango, melódico, árabe, y otros estilos. Bailar es el lema, la música es variada. El objetivo: sentir la plena conexión con el propio cuerpo. Foto: Gentileza SGG.

R: ¿Qué técnicas de danza y música utilizan para las clases?

S: La música es de todo tipo, yo puedo poner música  de  jazz,  tango, melódico, árabe, y otros estilos. Las músicas representan las distintas culturas del mundo y  las técnicas que utilizamos son todas las que fui aprendiendo durante mi vida. Todo el trabajo de conciencia corporal se hace a través de la senso-percepción, la eutonía, el método fedenkrais, visualización y espiritualidad, y conexión con la vida del cuerpo. Todas las técnicas aprendidas que están a mi servicio: danza contemporánea, expresión corporal, composición, improvisación, técnicas de jazz, técnicas de coreografía, danza clásica, contemporánea, contact, etc. También hace más de quince años que hago yoga, soy especialista en bioenergética, estudié biodanza, música terapéutica y canto abierto, juego, teatro y títeres.  El  gran recorrido realizado me permite hacer una síntesis de todos estos conocimientos y aplicarlos en los diferentes grupos con los que trabajo,

R: ¿Cómo pudiste integrar esta Cátedra en el IUNA?

S: Yo fui docente de Expresión Corporal de las primeras camadas, junto a mi querida maestra Patricia Stokoe que ya no está entre nosotros, pero antes realicé cursos de danza clásica, contemporánea, jazz, y además soy profesora de Educación Física. Siempre trabajé con el cuerpo y el ritmo, gimnasia creativa, acrobacia, danza, ritmo y movimiento, entre otras cosas, y estoy muy abocada a la parte humanística, investigando en la psicología, la pedagogía y la didáctica del movimiento. Me formé en cuanto curso pude.

Luego creé el Grupo Alma, que es la primera compañía de Danza Integradora de la Argentina, que trabaja con personas con discapacidad, incluyendo la diversidad y distintas técnicas contemporáneas de danza.

Grupo ALMA: la primera compañía de Danza Integradora de la Argentina, que trabaja con personas con discapacidad, incluyendo la diversidad y distintas técnicas contemporáneas de danza. Foto: Gentileza SGG.

Grupo ALMA: la primera compañía de Danza Integradora de la Argentina, que trabaja con personas con discapacidad, incluyendo la diversidad y distintas técnicas contemporáneas de danza. Foto: Gentileza SGG.

Presenté un trabajo en el Primer Congreso Internacional de Educación Física: una coreografía hecha con Demián. La coreografía fue tan bien aceptada que incluso me pidieron repetirla en el cierre. Le dieron la importancia que se merecía, porque no era un trabajo de clase, con chicos con discapacidad de un centro de discapacidad, era una coreografía de danza.

A partir de ese momento viajé a Chile y Uruguay, al mismo tiempo en que los periodistas empezaban a pedirme notas para indagar sobre esta nueva disciplina que habíamos creado. Se fue expandiendo rápidamente y empezamos a dar talleres de Danza Integradora en el Centro Nacional de Rehabilitación y en escuelas.

En el 2000 yo empecé a formar parte del IUNA, Departamento de Artes del Movimiento como docente de Expresión Corporal y un año después se iniciaron las convocatorias para investigación, extensión y formación académica. Entonces, lo primero que hice fue presentar un proyecto a las autoridades llamado “Todos Podemos Bailar”, que ganó por unanimidad. Ellos me propusieron en ese momento un lugar para hacer el taller, como el Centro Nacional de Rehabilitación, o que fuera a una ONG, pero yo no quería eso. Es muy diferente llevar la danza a una institución de salud que, por otro lado, abrirla, traer a la gente a un espacio de danza buscando la equiparación de oportunidades, invitar a personas con distintos tipos de dificultad que quieran hacer danza a este mundo de arte. Acá se habla de promoción de salud, de mejorar la calidad de vida. Entonces he tenido que andar mucho, para que este taller se implemente en el  IUNA, pero lo he logrado.

 La Cátedra Danza Integradora funciona en IUNA Artes del Movimiento desde el 2005, y desde el 2012 es Cátedra Abierta a la Comunidad, pasando a ser el proyecto “Todos Podemos Bailar”, extensión de Cátedra.

"Todos podemos bailar", es el proyecto de Susana. Sin duda. Foto: Gentileza SGG.

«Todos podemos bailar», es el proyecto de Susana. Sin duda. Foto: Gentileza SGG.

R: ¿Cómo se desarrolla el curso que das en la universidad?

S: Tenemos clase todos los sábados de 10 a 12 abierta a la comunidad en un aula de planta baja, y hay un baño  que está adaptado. No es un taller para discapacitados, sino para personas con diversos cuerpos que quieran compartir un encuentro a través de la danza.

El año pasado han venido 150 alumnos de la UBA, de la cátedra de Kinesiología, que son enviados por una de sus docentes para que tengan otra mirada del movimiento.

También han venido bailarines del Colón, músico-terapeutas, sociólogos, psicólogos, antropólogos, docentes, acompañantes terapéuticos, entre muchos otros. A veces vienen y continúan tomando clases, otras vienen a informarse de lo que pasa. Lo más interesante es que se forman grupos muy diversos, en general de entre 20 y 30 personas. Es un grupo abierto, así que puede venir cualquiera.

R: ¿Pueden venir además personas en muletas o con otras dificultades?

S: Acá vienen generalmente personas con limitaciones físicas. Han venido personas en silla de ruedas, andadores, bastones, personas con prótesis, con amputaciones, sin alguna extremidad y con disminución visual para compartir la danza con otros cuerpos muy entrenados  en el movimiento.

No han venido muchas personas con dificultades auditivas, ya que es más difícil la integración porque los grupos son numerosos y ellos necesitan otro tipo de atención. De todas maneras hemos tenido dos integrantes sordos, siempre con acompañantes terapéuticos.

Grupo Alma, arte ante todo. El Primer Encuentro de Danza Integradora se llevó a cabo este fin de semana, organizado por ADIA (Asociación de Danza Integradora Argentina). Foto: Gentileza SGG.

Grupo Alma, arte ante todo. El Primer Encuentro de Danza Integradora se llevó a cabo este fin de semana, organizado por ADIA (Asociación de Danza Integradora Argentina). Foto: Gentileza SGG.

R: ¿Y qué nos podés contar sobre el Encuentro Rioplatense de Danza Integradora?

S: Bueno, nosotros hemos creado ADIA (Asociación de Danza Integradora Argentina), y ya hemos conseguido la personería jurídica. Este encuentro es el primer evento de presentación pública y oficial de ADIA. Nos proponemos difundir a la comunidad todo lo que hacemos, en defensa de la paz y de un mundo mejor, que amplía su apertura a la diversidad, al arte y a la educación.

Está organizado por nuestra asociación y MICA (Mundo Integrado con Amor), dirigido por Mariana Chiliutti y Victoria Lagos, dos alumnas que hicieron la cátedra conmigo y que están llevando todo este trabajo a lugares carenciados, a personas de la tercera edad y a jóvenes con problemas con la ley, entre otros. Además de venir a los talleres a acompañarme para dar las clases, estas alumnas, que son todo un ejemplo, están colaborando hoy con el desarrollo de esta iniciativa. Siento una gran alegría y esperanza por su trabajo, y sé que va a seguir creciendo.

Este encuentro, tiene por finalidad compartir las experiencias desarrolladas de Danza Integradora, tanto en Argentina como en Uruguay, para sensibilizar y crear conciencia sobre la danza y la discapacidad, hacia un cambio de paradigma que incluya la diversidad y fortalezca a la integración. Estoy muy agradecida con todas las personas que han colaborado para hacerlo realidad.