Proyecto 101 es un programa que prioriza la experiencia escénica, en un marco de formación. Tatiana Cittadini, iniciadora y directora de esta iniciativa, entiende que es la mejor forma de conectarse con la expectativa de seguir creciendo como artista y profesionalizarse. “Desde mi perspectiva, el hecho de que Proyecto 101 tenga la posibilidad para los alumnos de estar en constante contacto con las tablas hace que vivamos la danza desde un lugar aún más real. No sólo perfeccionamos constantemente en la técnica, sino que depositar nuestras expresiones más naturales frente a un público que nos devuelve esa conexión con nuestra danza desde otra perspectiva”, explica la bailarina y coreógrafa, quien tiene una extensa formación no sólo en danza y teatro, sino también en dirección y actuación.

El programa, que ya va por su sexta edición, se funda en un entrenamiento integral – desde danza clásica, contemporánea, folklore y hasta taller coreográfico-, cuyo corolario es el montaje de una obra de danza-teatro. Tatiana eligió este género para desarrollar como columna vertebral, pues permite ahondar en “la expresión individual, la creación propia”, según indica. El objetivo, explica, es trabajar “con lo que traen ellos para compartir, profundizando sus habilidades y su cabeza pensante y nos alejamos un poco de que sólo sigan una coreografía”.

Los alumnos participantes ya tienen un nivel avanzado de entrenamiento, de modo que su propuesta se funda en estimular su creatividad para que cada uno profundice en su auto-conocimiento en la experiencia de montar un espectáculo y bailarlo, con una responsabilidad profesional. Ello también suma a la hora de engrosar su curriculum artístico, algo no menor a la hora de las audiciones y la búsqueda laboral: “A veces sólo nos quedamos en un salón de baile cuidando nuestra línea y no llegamos a conectarnos con nuestro real bailarín expresante. Por eso es que me parece primordial que los alumnos suban al escenario el mayor tiempo que puedan, con el material que trabajan durante todo el proceso. Eso ayuda a que se conozcan a sí mismos desde otro ángulo. Cuando los veo en el escenario o escucho las cosas que les pasan al bailar frente a un público, noto que descubren cosas nuevas todo el tiempo, cosas que sólo dentro de una clase no pueden encontrar. Pensé en un programa integral de formación y acción porque ambas cosas van de la mano para el crecimiento. Luego de estudiar en el programa, ya salen con experiencia escénica de temporadas que realizamos durante todo el año en el teatro y eso los ayuda a ganar confianza y también elevar las posibilidades de trabajar en compañías profesionales que justamente piden y necesitan eso… experiencia escénica”, afirma Tatiana.

Esta artista, con experiencia extensa en el mundo de la comedia musical, confiesa que le gustan”los grupos grandes de artistas, que se nutren entre sí constantemente”. Su idea inicial para Proyecto 101, comenzado en febrero de 2016, fue reunir “100 bailarines” para compartir escenario.

Sus alumnos, al cabo del programa, se sienten especialmente agradecidos de sus descubrimientos personales. “‘No pensé que podía hacerlo’ es el mejor feedback, que ellos descubran una faceta nueva, algo que pensaron que no era posible o no podían hacerlo”.

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Revol, junto a Club de Danza y Proyecto 101, ofrecen una beca para participar de la próxima edición del programa. Chequá la info aquí.

Hay tiempo para participar hasta el 28 de febrero de 2018.