Técnica de Puntas: Pasando de la barra al centro

La bailarina Victoria Mazari explica algunos puntos importantes a la hora de pasar de la barra al centro en el trabajo de puntas.

sábado, 02 de septiembre de 2017 |

(*) Por Victoria Mazari

Luego de haber transitado por varios aspectos posturales y técnicos de la danza, ya sea en el manejo de las puntas, la disociación muscular, la rotación, los saltos, la interpretación y forma de abordar el aprendizaje dentro de una clase -aspectos que para mí es importante sumar a esta lista-, hoy retomaremos uno de los primeros temas que hemos tocado en esta columna, que es la Técnica de Puntas. Para que esta nota resulte de total utilidad, aconsejo repasar  los siguientes artículos que ya hemos editado con Revol Revista:

Consejos para empezar con las zapatillas de punta

Cómo subir y bajar de las puntas correctamente

Tips para usar puntas en nivel intermedio

Me gustaría empezar diciendo que, en mi experiencia personal, el trabajo y entrenamiento en puntas es algo que sin dudas se disfruta en la danza clásica habitualmente como resultado, pero que el proceso de trabajo de puntas es riquísimo en el aspecto técnico, postural y muscular para todas las disciplinas.

Algo que no me cansaré de repetir en ninguno de estos artículos es que un buen bailarín/intérprete debe estar entrenado en todo aspecto, pues esas herramientas, más allá de que las utilice en la cotidianidad de su danza o no, serán indispensables y enriquecedoras a la hora de abordar una coreografía y un personaje. Cuanto más conocimiento haya, más acceso se tendrá a la parte creativa y sensorial de cada uno. Siempre debe estar presente la idea más general de que estamos hablando de danza, no de deporte. Para que sea «danza» tiene que existir la expresión que generará la comunicación con el otro, el trabajo interpretativo y sensorial del bailarín/intérprete que le permitirá llegar al público y hacerlo parte de lo que sucede arriba del escenario.

Si bien esta nota está orientada hacia el bailarín clásico, intentaremos dar herramientas de trabajo para todos los que se encuentren abordando la inquietud de las zapatillas de puntas. Señalaremos algunos temas puntales que ya hemos tocado en otros artículos y que son de suma importancia para un buen trabajo técnico y, sobre todo, sano de los pies y piernas durante el entrenamiento sobre las puntas.

**Antes de ponernos a hablar de puntas debemos reconocer qué partes musculares están involucradas en esta tarea y, si bien el cuerpo trabaja como una unidad, hay ciertos sectores del cuerpo que son claves para hacer un buen trabajo: si miramos la planta del pie desnudo nos encontraremos con que en nuestros dedos tenemos dos articulaciones, la que divide el dedo a la mitad y nos permite mover la punta o yema del dedo, y la que divide el dedo del metatarso que es básicamente la que utilizamos todo el tiempo en la media punta; las almohaditas que están debajo de los dedos corresponden al metatarso y son las que servirán como punto de apoyo estando en planta (cuando hablamos de poner «el peso en los dedos») y cuando vamos a la media punta. Debajo del dedo gordo y hasta llegar al talón nos encontraremos con el tan famoso arco del pie, y, si miramos la planta del pie en general, encontraremos tres puntos de apoyo fundamentales para cualquier bailarín: desde la yema hasta la almohadita del dedo chiquito, el mismo sector en el dedo gordo y el centro del talón. Si trazamos líneas entre eso puntos se formará un triángulo, por esos puntos de apoyo pasamos todo el tiempo a la hora de bailar. (Imagen 1)

Imagen 1.

Imagen 1.

**Si miramos la parte superior del pie y, generalizando, nos encontraremos con la mismas articulaciones antes mencionadas, el empeine y el tobillo. A la hora de estirar los pies, que es básicamente la postura que adoptamos cuando estamos sobre las puntas, debemos tener en cuenta ciertas colocaciones. Los dedos no se deben encimar uno contra otro; metafóricamente hablando, podríamos decir que «cada dedo tiene su carril» y que no debe encimarse al otro. Los dedos son la salida final de la energía de toda la pierna, por eso deben tener la intención de proyectar y alargar, no de arrugarse. Si hacemos este trabajo correctamente trabajaremos arcos y falanges.

**Por último, y para adentrarnos ya directamente en el trabajo sobre las puntas, observando el pie desnudo, debemos poder reconocer una línea entre el dedo gordo y el talón: esa es una buena manera de asegurarse que el pie no trabaja “chueco” ni en el sentido abierto ni en el sentido cerrado. (Imagen 2)

alineación dedos talón (1024x739)

 

PREGUNTAS FRECUENTES

Para realizar esta columna, me inspiré en las preguntas frecuentes de alumnas que están trabajando en puntas y que comienzan a encontrar las dificultades que conlleva pasar el trabajo de barra al centro.

Las estudiantes necesitan la barra para ir encontrando el equilibrio y la fuerza en las posturas que la danza requiere. En el caso de un bailarín avanzado o profesional, la barra da la libertad de extender un poco los propios límites para de a poco ir llevando ese trabajo al centro, sin perder la técnica ya adquirida. Incluso psicológicamente, la barra es un gran punto clave a la hora de la danza porque nos ayuda a superar ciertos aspectos cuando estamos en ella, pero si no somos conscientes de que no es más que un soporte y que actúa como un simple factor colaborador dentro de la clase, llevaremos esa dependencia al centro: es en este aspecto donde nos vamos a concentrar hoy.

En el siguiente video les muestro cuál es el concepto correcto al pensar en subir y bajar de las puntas. Allí podrán ver un pie con la zapatilla y el otro desnudo. Lo realicé de este modo para que pueda apreciarse lo que ocurre dentro de la zapatilla en cuanto a la colocación de tobillo y arcos, trabajo de dedos y falanges, puntos de apoyo y demás cosas que hemos tratado a lo largo de mis columnas para esta revista.

La barra, entonces, es un elemento de entrenamiento y es muy importante que los alumnos desde sus comienzos la entiendan como tal. Es responsabilidad de cada maestro insistir en cada clase con la idea de ir soltando de a momentos la barra durante los ejercicios para llevar al alumno a darse cuenta dónde está su eje y cuánta fuerza se necesita para hacer el mismo ejercicio sin ningún apoyo extra.

La idea de estudio no es resolver el pedido para dejar contento al maestro contento. El maestro ya ha hecho sus clases y sus experiencias y está frente al alumno con el objetivo de transmitir su saber y ayudarlo/a a encontrar su técnica y su danza. Es crucial que cada uno sea honesto consigo mismo a la hora de «estudiar». El trabajo y progreso son personales. Cada uno tiene sus propios tiempos de maduración, de fortalecimiento y de entendimiento de la técnica. Al ser cada uno un individuo totalmente distinto, es también el propio avance es una tarea introspectiva y personal. no sucede para todos al mismo tiempo. Es ese proceso individual de cada alumno el que el maestro debe acompañar.

**¿Por qué es tan difícil mantener la rotación obtenida en la barra cuando paso al centro?**

Como primera idea, debemos saber que no es posible trabajar la rotación de una sola pierna. Siempre se trabajan ambas piernas por igual. Es la clave para mantenerse rotado en el centro. Lo que ocurre es que la rotación diferencial entre ambas piernas provoca una descompensación de fuerzas que es equilibrada con el soporte de la barra. A la hora de buscar el equilibrio en la barra, en general aplicamos ese pequeño acomodamiento antes de soltar, que no es ni más ni menos que encontrar el equilibrio entre una buena rotación y la colocación en el centro del cuerpo. El tema es que si nos damos estos pequeños permisos de reacomodarnos antes de soltar la barra, nos encontraremos en un problema en el centro cuando no haya ningún soporte que nos permita armar la forma y luego acomodarnos. En el centro hay que subir colocados desde el inicio del movimiento para mantener el equilibrio. Entonces, permitiéndome ser reiterativa, concluyo pensando que si utilizo la barra como una herramienta de soporte y no como una forma de ocultar dificultades o déficit de fuerza, haré un trabajo limpio y honesto en la barra que podré mantener en el centro mediante el esfuerzo y trabajo correspondientes.

**¿Por qué cuando estoy en la barra llego a pararme sobre los dedos y en el centro siento que las puntas me tiran hacia atrás?**

Pararse sobre la punta de los pies y, encima, encontrar el equilibrio es un trabajo arduo y sin duda una de las cosas más virtuosas, mágicas y bellas que muestra el ballet. ¡Pero vaya que requiere de mucho entrenamiento! La respuesta básica a esta pregunta es que probablemente haya que adquirir más fuerza en pies y piernas y que en la barra no se nota por la evidente ayuda que ésta nos otorga. Pero para ahondar un poco más, hay otros aspectos que también influyen. Los dedos son una pequeña base de apoyo: cuando las bailarinas suben a las puntas están mínimamente quince centímetros por sobre su altura moviéndose, pasando el peso de un pie al otro y trasladándose en el espacio; esto genera una sensación vertiginosa a la que hay que acostumbrarse. Como hablamos antes, la barra nos quita esta sensación porque al estar apoyados sabemos que no vamos a caer, pero el centro es otra historia. Esta inseguridad complota directamente sobre nuestra conciencia corporal haciendo que para sentirnos más seguros descoloquemos ciertas partes de nuestro cuerpo, como la cola -cadera, cintura pélvica, sacro- o que abandonemos el centro y espalda. Aquí nuevamente es responsabilidad del maestro ayudar al alumno a traspasar esta novedad de estar sobre las puntas de los pies sin otro apoyo. Justamente la colocación y la fuerza son las que nos permitirán ponernos en eje y no tener esta sensación de que nos vamos a caer. Cuando nos toca pasar al centro debemos tener la alineación postural, la fuerza y la concentración agudizadas para ir superando esta nueva dificultad y acostumbrarnos a ella. En ese proceso nos encontraremos con dificultades, tales como no llegar a subirnos totalmente sobre los dedos o caer de manera muy pesada. Es ahí donde hay que retomar el entrenamiento y minuciosamente aplicar lo trabajado en la barra.

**¿Qué es importante tener en cuenta en esta etapa de transición?**

La paciencia es clave. Paciencia con uno mismo, que es lo que nos va a evitar esos sentimientos que nos hacen cerrarnos al aprendizaje, a la escucha y a la idea fundamental de la prueba y error, que es lo que propone una clase. Este espacio de investigación nos pone todo el tiempo frente a desafíos y será el trabajo la mejor respuesta que obtendremos de la clase: en este punto necesitaremos paciencia, porque de esa manera veremos buenos resultados; en cambio, si el apuro en pos de resultados rápidos se apodera de nosotros, nos encontraremos quemando etapas y aprendiendo mal los conceptos fundamentales del eje y el equilibrio corporal, factores fundamentales para lograr un buen trabajo sobre las puntas y disfrutar de bailar sobre ellas.

Podríamos citar muchísimas preguntas que se escuchan en clase y todas tendrían respuestas parecidas. La barra debe ser una instancia de la clase donde una prueba hasta dónde puede llegar, cuánta fuerza tenemos y de a poco ir trabajando para tener más, cuánta rotación tenemos y de a poco ir forzando la articulación para lograr más capacidad de apertura. La barra es el lugar de investigación donde descubriremos cuán dividido está nuestro cuerpo a la hora de la fuerza y salida de energía,  donde trabajaremos de a poco esta idea de que el cuerpo funciona como una unidad y que todo trabaja en pos del movimiento que se quiere ejecutar. Particularmente la danza clásica -y muy particularmente el trabajo de puntas- necesita que se trabaje la elevación y la suspensión; las puntas obligan a ir en contra de la fuerza de gravedad que nos lleva al piso cuando nosotros buscamos suspendernos en el aire.

Los elementos emocionales que nos acompañarán en todo el transcurrir del estudio de un arte como la danza deben ser de a poco comprendidos por el alumno para no ser víctima de la frustración que conlleva a veces el trabajo constante y cuidado que no siempre da frutos inmediatos. Sin embargo, cuando el fruto de ese trabajo comienza a aparecer es la mejor recompensa. Es muy importante saber que cada avance que se consigue debe ser sostenido con más trabajo. La única forma de mantener la técnica es seguir trabajando como si no se hubiera conseguido aún. Cada vez que algo mejora en nuestra técnica se convierte no en un punto de llegada, sino en un punto de partida para encontrar y conseguir algo nuevo.

Para terminar, es importante enfatizar que este análisis del movimiento debe estar presente en cada clase de danza, la forma de encontrar respuestas y soluciones a lo que nos inquieta es hacernos preguntas, cuestionar, analizar e investigar nuestro trabajo. La barra será una ayuda para trabajar y mejorar y el nivel de dependencia de esta herramienta variará con el progreso técnico. Funciona como el espejo, que está en la sala para reconocer lo que todavía sensorialmente no podemos y que también será un elemento a abandonar al ir encontrando el camino para llegar a  tal o cual movimiento. En escena no tendremos un espejo enfrente, sino que será el público al que convocaremos con nuestra imagen, y a nosotros como bailarines nos convocará la sensación que nos otorgue cada movimiento, la música. El público presente completará un ida y vuelta de expresión/comunicación, que es, finalmente, el trabajo y tarea principal de cualquier artista o aspirante a serlo.

————————–

(*) Victoria Mazari fue alumna de la Escuela Municipal de Danza Norma Fontenla y del gran Maestro y bailarín Ruben Chayan. Bajo su tutela ganó concursos provinciales e internacionales. Formó parte del Ballet Juvenil de Mar del Plata dirigido por Chayan. Obtuvo beca de estudio en la Fundación Julio Bocca. Integró el Grupo La Rayuela y el Ballet Neoclásico de Buenos Aires. Fue alumna del maestro Alfredo Gurquel y Juana Lederer e integró el Grupo de Danza que ellos dirigían. También integró la Compañía Expresarte Danza-TeatroDesde 2011 integra el Ballet Metropolitano de Buenos Aires, con el que ha realizado diferentes giras por el país, Chile, Uruguay y conformó parte del elenco que el MET llevó a su primera gira en Rusia en 2012. Fue integrante de las tres temporadas que esta compañía realizó con mucho éxito en C.C. Konex. Dirige la compañía Danseur de Danza-Teatro, fundada en 2013, y con la cual ya ha realizado más de 10 funciones y se prepara para una nueva temporada.

Desde 2006 se desempeña como maestra de Danza Clásica con especialidad en Técnica de Puntas y Elongación y Preparación Física, siendo su principal sede BAYRES Estudio de ArteDesde 2009 dicta Clases Especiales de Técnica de Puntas.