Todos los chicos, a estudiar… ¡Al Colón!

Por María José Lavandera – Tw: @majolavandera A finales del año 2013, esta cronista recibió una convocatoria a asistir a uno de los ensayos generales de “El Lago de los Cisnes” en el Teatro Colón. Más allá del sí automático que esta invitación pudo generar en ella, más interesante –y novedosa- le resultó la iniciativa […]

viernes, 31 de enero de 2014 |

Por María José Lavandera – Tw: @majolavandera

A finales del año 2013, esta cronista recibió una convocatoria a asistir a uno de los ensayos generales de “El Lago de los Cisnes” en el Teatro Colón. Más allá del sí automático que esta invitación pudo generar en ella, más interesante –y novedosa- le resultó la iniciativa que enmarcaba semejante propuesta. Eran los primeros pasos del incipiente proyecto “¡Al Colón!”, un programa de divulgación de las actividades artísticas del Teatro Colón, orientado para niños y jóvenes, según indica el dossier redactado por su gestora, Eugenia Schvartzman, quien es coreógrafa, docente y bailarina, además de una de las principales promotoras de la Ley Nacional de Danza, miembro del partido político Proyecto Sur y, desde mayo de 2013, miembro vocal del Directorio del Ente Autárquico Teatro Colón.

El objetivo de “¡Al Colón!”, que se lanzará oficialmente el próximo marzo de 2014 con las funciones de “El Lago de los Cisnes” que abren la temporada –“un ballet que nadie puede dejar de ver, recomendable para todas las edades”, aclara Eugenia-, es acercar a las producciones del Primer Coliseo a los estudiantes primarios, secundarios y terciarios de instituciones educativas públicas, como parte orgánica y sistemática de la currícula de aprendizaje. “Este proyecto no es una idea nueva. Es algo que se lleva a cabo en los grandes teatros líricos del mundo, con una importante diversidad en cuanto a la implementación. En el pasado, nuestro Teatro Colón ha tenido programas de acercamiento e incentivo para los más jóvenes, y se trata, en cierta medida, de volver a encontrarnos con esas experiencias. Muchas veces no se puede hacer todo al mismo tiempo. Recordemos que el Colón fue reabierto en 2010 luego de la remodelación; ahora, es esencial que fomentemos la incorporación de nuevos públicos, incentivando la aproximación a las expresiones artísticas, y qué mejor que el mayor coliseo de la Argentina para hacerlo. No sólo me refiero a la experiencia estética de asistir a un espectáculo de envergadura, sino a la experiencia vivencial de visitar el teatro. Todo aquel que haya estado allí, sabe la sensación que causa… Por eso queremos que todos puedan sentir que el teatro es un lugar familiar, donde concurrir con regularidad y disfrutar de su programación”, explica Eugenia.

El fundamento principal del proyecto es la consideración del arte y la cultura como un derecho humano: implican un espacio privilegiado para la creación de sentido, un momento de comunicación desde la creatividad impostergable en el desarrollo holístico de todo ser humano. Y se trata de un derecho que representa acceso, además de posibilidad de producción propia. Eugenia comenta al respecto: “Es sumamente importante entender la cultura y el arte como parte de nuestra vida en sociedad. Hablamos de todos los ciudadanos, pero fundamentalmente los más jóvenes tienen el derecho y, el Estado, la obligación de facilitar y promover el acceso a los bienes culturales. Generando este tipo de programas promovemos una visión más amplia y compleja, propiciamos la posibilidad infinita de comparar y discernir, de apreciar manifestaciones estéticas del presente o históricas mucho más aprehensibles que a través de un texto. Es un complemento clave en cuanto a su formación como ciudadanos de pleno derecho. Y además, los niños son un excelente canal. Muchos programas basan su éxito en la inserción que se genera en la familia a través de los niños. Los niños pueden concurrir con su grupo escolar, pero si la experiencia les ha gustado, pedirán a sus padres volver a vivirla. El costo de las entradas por cierto es una limitación. Pero muchas veces la limitación es también cultural. Se genera un ‘inconsciente colectivo’ para el cual ir al Colón resulta impensado, o peor aún, ni siquiera está dentro de su horizonte de expectativas. Hay que poder romper con esa barrera cultural, pero sin modificar la esencia del producto artístico. Es decir, si modificamos abruptamente la programación eso hará que la gente concurra, pero cuando retomemos la programación habitual, ese público no asistirá. Por eso es indispensable un programa estratégico y sostenido en el tiempo”.

La variación del Cisne Negro, en "El Lago de los Cisnes", a cargo de Federico Fernández y Carla Vincelli en una de las presentaciones del final de temporada 2013. Foto: Máximo Parpagnoli.

La variación del Cisne Negro, en «El Lago de los Cisnes», a cargo de Federico Fernández y Carla Vincelli en una de las presentaciones del final de temporada 2013. Foto: Máximo Parpagnoli.

¿Cómo se organiza la tarea para concretar el proyecto? Se trabajará en dos etapas: inicialmente, se llevará adelante junto a instituciones públicas que tengan puntualmente orientación artística, y luego, con todo tipo de colegios. “Es una manera de ir generando los espacios  y aceitando los mecanismos con instituciones que están vinculadas al arte. Iremos expandiendo de a poco los márgenes, para que puedan asistir la mayor cantidad de niños posible, con el compromiso mutuo de un seguimiento riguroso de la experiencia. Lo ideal es que este tipo de programas puedan ser incluidos en la currícula escolar, lo cual es también una manera de mantenerlos”, comenta Eugenia.

Su organizadora planificará, junto a ciertos docentes en cada colegio, una serie de visitas a los ensayos generales de distintas obras que se estén preparando en el teatro y consideren adecuadas, en ballet, ópera, y conciertos. Previamente a la visita, se entregará a los maestros un cuadernillo guía para que elaboren en clase junto a los alumnos, de modo que ellos se anticipen y conozcan la obra que verán. Luego de presenciar el espectáculo, los chicos podrán entrevistarse con alguno de los artistas o un miembro del equipo de trabajo de la obra presentada. La idea es que puedan analizar, desagregar y pensar el arte del que están siendo parte como espectadores activos. Eugenia cuenta que con los docentes “hay muy buena recepción” y agrega que ya “es algo que muchos docentes interpretan como parte de la currícula. Estamos abocados a la puesta en marcha de la convocatoria oficial para que las escuelas puedan inscribirse y confirmar su asistencia con facilidad”.

Explica también que la visita a los “ensayos generales” y no a las funciones es crucial en la intención pedagógica del proyecto: “Muchas veces resulta mágico conocer cómo es el proceso y cómo se llega a crear una obra artística. Es muy bueno que se perciba que nadie nació sabiéndolo todo y que para producir un espectáculo intervienen muchísimas personas,  de diferentes y variadas disciplinas. La asistencia a ensayos es enriquecedora porque vemos un poco “la cocina” del teatro, si bien estamos pensando en ensayos generales, o pre-generales, donde la cosa está muy avanzada».

Para ella es un logro haber generado un consenso tan unánime de apoyo al interior del teatro y en el marco del propio directorio que integra: “Hay muy buena predisposición con el proyecto. Venimos charlando desde hace tiempo  con Pedro Pablo García Caffi, director general y artístico del teatro, y con el Directorio. Creo que hay una expectativa positiva. Por supuesto, hay que implementarlo responsablemente para no desilusionar a nadie. Hay muchos trabajadores del teatro que manifiestan su adhesión a este tipo de programas. Es muy bueno destacar que Guillermo Scarabino, director del Instituto Superior de Arte, ya ha marcado una agenda para este año con capacitación a docentes y asistencia de niños en este mismo sentido. Ojalá generemos un proyecto que perdure…”.