Un 17 de enero de 1926 nacía Moira Shearer, la dueña de «Las za

Por María José Lavandera – Tw: @majolavandera Moira Shearer, la protagonista del famoso film “Las zapatillas rojas”, nació un 17 de enero de 1926. Fue considerada la “mejor película hecha sobre ballet” o, por lo menos, la más popular de una época. Su protagonista fue esta muchacha escocesa quien había comenzado sus estudios de danza […]

viernes, 17 de enero de 2014 |

Por María José Lavandera – Tw: @majolavandera

Moira Shearer, la protagonista del famoso film “Las zapatillas rojas”, nació un 17 de enero de 1926. Fue considerada la “mejor película hecha sobre ballet” o, por lo menos, la más popular de una época. Su protagonista fue esta muchacha escocesa quien había comenzado sus estudios de danza con un alumno de Enrico Cecchetti. Luego, con Flora Fairbarn en Londres, antes de ser tomada por el ruso Nicholas Legat, con quien se preparó para ingresar en la Royal Ballet School. Shearer dio sus primeros pasos como bailarina profesional en el International Ballet de Mona Inglesby en 1941 y luego formó parte del elenco del Teatro Sadler’s Wells en 1942, luego convertido en el Royal Ballet, donde se convirtió en una sólida Primera Bailarina que fue protagonista en los clásicos del siglo 19 tanto como en las obras más modernas de Frederik Ashton. Ashton fue, de hecho, quien la puso en el candelero con un rol fundamental en su obra “The Quest”, de 1943. Bailó el rol principal en el estreno de “Cenicienta” en 1948 y, junto a Margot Fonteyn y Pamela May, fue una de sus elegidas para sus “Symphonic Variations” de 1946.

El film de 1948, “Las zapatillas rojas”, creado por los directores Michael Powell and Emeric Pressburger, amenazó con obnubilar la reputación de Shearer como bailarina clásica. En un mundo que mezclaba la fantasía y la realidad, la danza era un espacio de competencia en el que ella se hacía un lugar, a costa incluso de algunas envidias y en la que el amor le jugaba una mala pasada: se veía obligada a elegir entre una carrera y una vida como esposa. Ella ha declarado en tiempos posteriores que el mundo de la danza representado en la película era muy distinto del que ella conocía. La leyenda dice que sus creadores retomaron la imagen de un grupo de bailarines rusos -posiblemente Les Ballets Russes- y del empresario Serge Diaghilev, quien ha ganado algo de fama en la historia por sus cualidades poco democráticas.

Luego, en 1950 Moira apareció en la versión fílmica de “Los cuentos de Hoffmann”, lo cual la llevó también a realizar otros films que no conllevaron danza, específicamente.

Multifacética y artística, Moira también escribió libros como “Maestro de Ballet: La visión de una bailarina sobre George Balanchine” (1986) y tuvo su columna sobre ballet en “The Daily Telegraph”.

Fuente: The New York Times.