Un 22 de enero de 1904 nacía el gran George Balanchine

Conocido como “el padre” del ballet en Estados Unidos –creador de la primera compañía “americana”, el New York City Ballet, y su director durante 35 años-, George Balanchine, nacido en San Petersburgo (Rusia) un 22 de enero de 1904, fue creador de una impronta y su nombre quedó así en los pergaminos de la historia […]

miércoles, 22 de enero de 2014 |

Conocido como “el padre” del ballet en Estados Unidos –creador de la primera compañía “americana”, el New York City Ballet, y su director durante 35 años-, George Balanchine, nacido en San Petersburgo (Rusia) un 22 de enero de 1904, fue creador de una impronta y su nombre quedó así en los pergaminos de la historia de la danza mundial.

Su padre, Meliton Balanchivadze, fue cantante de ópera y compositor. Fue su madre quien insistió con que “Georgi”  tomara clases de danza junto a su hermana Tamara. A la edad de 9 años, fue aceptado en la Escuela Imperial de Teatro en San Petersburgo. Luego de participar, durante su infancia en las obras ofrecidas en el Mariinsky, fue seleccionado para integrar el cuerpo de baile de tal teatro.

Siendo que su padre era compositor, Balanchine tenía un alto grado de conocimiento y conciencia respecto de la música, lo cual fue luego determinante en su tarea como coreógrafo. Fue su musicalidad que lo destacó y lo llevó a trabajar incluso obras con los propios compositores de la música, como Igor Stravinsky, con quien tuvo una «sociedad artística» de casi 50 años. A sus 5 años, había también tomado clases de piano y, durante un periodo de su adolescencia, amén de la danza, también estudiaba música en el Conservatorio de San Petersburgo. Luego de un tiempo, comenzó a componer sus propias piezas. Se dice que incluso aprovechó estas aptitudes en plena Revolución Rusa, cuando el dinero no tenía valor financiero por las crisis económicas que se produjeron con el cambio de gobierno: tocaba el piano en cabarets y al son de películas mudas a cambio de pan o comida.

Balanchine comenzó a coreografiar también muy joven, casi que en su adolescencia. Hacia 1923, creó junto a algunos amigos del Mariinsky su primera compañía experimental: el “Ballet joven”, que fue incluso censurado por las autoridades de la URSS y los intérpretes fueron amenazados con ser despedidos de sus puestos en el Ballet oficial si continuaban con esas prácticas. Fue al año siguiente, en 1924, que a Balanchine, junto a otros tres colegas, le fue permitido salir a bailar en Europa occidental. Nunca volvieron a la URSS: en Londres fueron tomados por Diaghilev para Les Ballets Russes. Él lo contrató como Maestro, lo cual lo consagraba como el coreógrafo de la compañía. La primera obra para esta agrupación fue L’Enfant et les Sortilèges (1925), con música de Ravel.  Hasta la muerte de Diaghilev en 1929, compuso nueve coreografías. Durante este periodo, fue una lesión en la rodilla que lo alejó paulatinamente de la práctica dancística para focalizar en la actividad creativa y coreográfica.

Luego de la muerte de Diaghilev, Balanchine tuvo una vida artística errática. Filmó una película con la bailarina Lydia Lopokova, quien curiosamente era la esposa del economista inglés John Maynard Keynes, conocido por la teoría del Estado de Bienestar que luego marcó la historia político-económica mundial del siglo XX. Actuó en Dinamarca y coreografió para los Ballets Russes de Monte Carlo.

Fue trabajando en Londres, y luego de un intento fallido de conformar una compañía propia “Les Ballets 1933”, que conoció a Lincoln Kirstein, un mecenas de las artes estadounidense –nacido en Boston y educado en Harvard-, que tenía la ilusión de crear una compañía de ballet “típicamente americana”: integrada por bailarines estadounidenses, y que no dependiera del repertorio europeo. Se encontraron ambos a través de Romola Nijinsky, a quien Kirstein había ayudado a escribir una biografía de su célebre marido. Fue así que en octubre de 1933, Balanchine llegó a Nueva York.

La primera iniciativa conjunta fue la Escuela de Ballet Americano (The School of American Ballet), fundada en 1934. Luego de un año, Balanchine y Kirstein ya habían creado una compañía profesional, el “American Ballet”, que hizo su debut en Nueva York en 1935. El grupo se convirtió en residente del Metropolitan Opera House, una asociación que no duró mucho tiempo – hasta 1938- dado, curiosamente, el poco interés de la institución en el ballet, lo cual generó una serie de desajustes que terminaron por disolver la compañía.

Fue en 1946 que Kirstein y Balanchine formaron Ballet Society, agrupación que se dedicaba a presentar algunas de las piezas nuevas de Balanchine a pequeños y selectos grupos de espectadores que pagaban una suscripción en Nueva York. En el estreno de la obra “Orfeo”, considerado uno de los grandes eventos culturales de la ciudad, Morton Baum, quien era gerente del Comité Ejecutivo del Centro de Música y Drama de la Ciudad de Nueva York, invitó a la compañía a unirse al City Center, que ya contaba con su compañía de ópera y de teatro. Fue con una performance el 11 de octubre de 1948, que se dio nacimiento oficial al New York City Ballet.

Además del ballet, Balanchine también trabajó en teatro musical y en películas.

Él se consideraba a sí mismo más un artesano que un creador. Renovó la escena mundial del ballet a partir de su impronta neoclásica. Bregaba por el movimiento como protagonista de cada pieza. Limpieza, precisión, equilibrio eran sus premisas, así como el ajustado trabajo con la música, que era para él el móvil esencial de todo movimiento.

Murió un 30 de abril de 1983 de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ), un mal neurológico.

Fuente: http://www.balanchine.org/