Un 27 de enero nacía en 1948 Mikhail Baryshnikov

Por María José Lavandera – Tw: @majolavandera Mikhail Baryshnikov es una de las leyendas vivas de la danza mundial y se lo considera, junto a Nureyev y Nijinsky, uno de los más grandes bailarines de la historia. La danza lo eligió para desarrollar un artista inquieto, renovador y que, aún hoy, a través de su […]

lunes, 27 de enero de 2014 |

Por María José Lavandera – Tw: @majolavandera

Mikhail Baryshnikov es una de las leyendas vivas de la danza mundial y se lo considera, junto a Nureyev y Nijinsky, uno de los más grandes bailarines de la historia.

La danza lo eligió para desarrollar un artista inquieto, renovador y que, aún hoy, a través de su Baryshnikov Arts Center, apoya desarrrollos y trabajos de vanguardia abarcando diversas disciplinas artísticas.

Mucho se ha dicho, escrito, filmado sobre él. Pero bien vale recordar algunos de los hitos que marcaron su carrera y su actualidad, que goza de una actividad constante en el potenciamiento de nuevos artistas.

Baryshnikov nació en la Letonia, en 1948. Sus padres eran rusos – Alexandra, una modista, y Nicholai, un ingeniero perteneciente a las fuerzas armadas, quien ha sido descripto por el propio bailarín como un hombre severo y poco amable, con el cual él no se llevaba demasiado bien. Fue justamente por el trabajo de su padre, que residían allí, uno de los países de la órbita soviética.

Se dice que su madre era una gran admiradora del ballet y eso fue lo que la empujó a instar a su hijo para que a los 12 años comenzara a tomar clases en Riga, la capital de Letonia. Fue poco después, en sus primeros años de adolescencia, que Baryshnikov sufrió su dolorosa pérdida a causa de suicidio. Sin embargo, a nivel profesional, su carrera comenzó un maratónico ascenso. En 1964, a los 16 años, entró en la Escuela Vaganova, donde estudió con el coreógrafo Alexander Pushkin. Ganó la Competencia Internacional de Varna, en la división juvenil, lo cual fue su pase de ingreso al Ballet del Kirov, con sede en el Teatro Mariinsky en 1967. Allí, por su ductilidad interpretativa, su fuerte presencia escénica, su técnica tan limpia como orgánica, se convirtió en “el bailarín” con quien todos los coreógrafos de la época deseaban trabajar. Fue Leonid Jakobson que elaboró “Vestris” (1969) especialmente para él, una pieza virtuosa, que se convirtió en una de las obras que lo ha definido también como artista, así como el “diseño” del Albrecht, tan emocionalmente intenso, de “Giselle”, que fue otra de sus señas distintivas.

“Mischa” desde su juventud tuvo la inquietud de incursionar en diversos estilos y salir del purismo clásico que caracterizaba el ballet en la Unión Soviética y, especialmente, al Kirov, que se especializaba en las obras fundamentales del siglo XIX. Además, el tener una estatura menor al del resto de los bailarines rusos -1.68m-, más allá de su talento evidente, lo dejaba relegado en algunas grandes producciones de la compañía. Las bailarinas en puntas lo sobrepasaban de tal modo que él no podía bailar cómodamente con ellas, por lo que era asignado constantemente a roles secundarios. Dadas las restricciones en la Unión Soviética para poder desarrollar una carrera artística más innovadora y versátil en el trabajo con otros coreógrafos de la danza contemporánea y neoclásica en Occidente, es que Baryshnikov decidió exiliarse. El 29 de junio de 1974, en gira con el Kirov en Canadá, pidió asilo político y se unió al Royal Ballet Winnipeg, luego de lo cual viajó a Estados Unidos.

Entre 1974 y 1978 bailó con el American Ballet Theatre (ABT), donde fue partenaire de Gelsey Kirkland, y trabajó de modo freelance en distintas compañías tanto de ballet como de danza contemporánea. Trabajó junto a los más grandes coreógrafos del momento, tales como Jerome Robbins, Glen Tetley, Alvin Ailey, Frederik Ashton, Martha Graham , Kenneth MacMillan, Mark Morris, Alexei Ratmansky, Paul Taylor y Twyla Tharp, entre otros, quienes crearon obras para él. Su carrera en este periodo no sólo incluyó la danza: comenzó ya a destacarse como actor. Fue nominado a un premio Oscar por su actuación en la película The turning point”, en 1977. Su incursión fílmica continuó con algunos hitos, como “Dancers” (1987), ya un clásico en las películas que tratan e incluyen la danza, junto a la bailarina Julie Kent, quien fue Principal en el ABT, y la maravillosa Alessandra Ferri. Esta película ha dejado registro de una de las versiones de “Giselle” más bellas del siglo XX; asimismo, otro hito fue White Nights” (1985), un drama político junto al actor Gregory Hines.

Desde 1978, trabajó durante poco más de un año en el New York City Ballet, junto a George Balanchine. “Mr. B”, como solían llamarlo sus bailarines, decidió hacer una excepción al recibirlo, ya que habitualmente no recibía bailarines invitados. Luego regresó al ABT en 1980, como Director Artístico y Bailarín Principal, puestos que ocupó durante 10 años.

Dejó este ámbito para crear una nueva compañía, más flexible, transparente y democrática, como dijo a los medios en su momento. En 1990 nació White Oak Dance Project, con la idea de indagar en el mundo contemporáneo, junto al coreógrafo Mark Morris. En 2004, lo reemplazó por su actual Baryshnikov Arts Center, un espacio para desarrollar diversas disciplinas escénicas y apoyar nuestros proyectos.

Actualmente, este enero de 2014, lanzó una campaña para reunir un millón de dólares para becas artísticas nombradas en memoria del compositor John Cage (1912-1992) y el coreógrafo Merce Cunningham (1919-2009), un dúo creativo que sostuvo un trabajo tan movilizante como radical durante más de 50 años. Se ofrecerá a los artistas becados un espacio para trabajar en uno de los estudios más bellos del Baryshnikov Arts Center: el objetivo es potenciar obras interdisciplinarias, experimentales y dinámicas. En entrevista con The New York Times a este respecto, Baryshnikov indicó: “Los dos coreógrafos que más me han marcado fueron Balanchine y Merce, en la forma en que ejemplificaron una cierta ética en el arte. A través de sus carreras, ellos nunca comprometieron su integridad artística. Incluso cuando estuvieron en malas circunstancias financieras, impresionaba la dignidad con que siguieron creando. Sin importar cuáles trampas, triunfos o amarguras hayan sembrado su camino, ellos se comprometieron a la pureza de su trabajo”.

En dicha entrevista, “Mischa” recuerda a Cunningham con una anécdota hermosa de su trabajo juntos, que, en estos tiempos de calor intenso en nuestro país, es fuertemente inspiradora: “Era una época de mucho calor y no había aire acondicionado en el estudio mientras estaba allí. Cuando me estaba yendo, le dije a Merce: ‘¿Vas a estar bien con este calor?’. ‘Vos no entendés. Esto es la felicidad’, contestó”.

Fuentes:

Entrevista de Larry King a Mikhail Baryshnikov para la CNN (año 2002).

Bio en Baryshnikov Art Center.

Bio Wikipedia.