Una Alfonsina de materia poética
Por María José Rubín ¿Qué es Alfonsina y los hombres? Antes de comenzar la obra en la sala del Teatro del Extranjero, el martes a las 21, se oyeron algunas hipótesis. “Es una performance.” “¿Qué es una performance?” “Es una obra de teatro”, “de danza”, “de canto”. Los murmullos no podían contenerse a la espera […]
Por María José Rubín
¿Qué es Alfonsina y los hombres? Antes de comenzar la obra en la sala del Teatro del Extranjero, el martes a las 21, se oyeron algunas hipótesis. “Es una performance.” “¿Qué es una performance?” “Es una obra de teatro”, “de danza”, “de canto”. Los murmullos no podían contenerse a la espera de eso que no sabíamos qué sería, y que nos sorprendió.
Surgida de un lugar inesperado, Victoria Moréteau. Pero no era ella. Era una aparición. De blanco, intranquila, vibrante pero con vos serena. Sus palabras comenzaron a entonar la obra de Alfonsina. Lentamente fue armando, ante nuestros ojos, una Alfonsina creada de materia poética. Hilando sus versos, nos presentó un ser surgido de la poesía, enteramente nacido de las palabras.
“Cuidado: las niñas imaginativas se convierten en mujeres de mente”, dice ella: valiosa advertencia. Aquella pequeña que nace de las letras, ascendida a la existencia en el cuerpo y el alma de Victoria, crece, sufre, se fortalece, se expone, frágil y avasallante, grácil y efervescente cual ser mítico; imposible, pero tan real que sacude.
Una ráfaga llamada Alfonsina nace y muere ante los ojos de la audiencia, a través de sus oídos, y en manos de una artista a la que no se puede aplaudir suficiente. Todos los humores de una vida y una obra; todas las mareas, altas y bajas, presentes en una síntesis conmovedora.
¿Qué diría, me pregunto durante la función, esa otra Alfonsina, la autora, la persona de la vida real, de esta Alfonsina que resurge de su obra? ¿Acaso la movería a risa que sea tan bella, tan grácil, tan enérgica? ¿Tan distinta de como ella misma se creía? Y me atrevo a responderle: no, Alfonsina… Alfonsina de la vida real, esta otra que ha nacido de tus palabras es la que tú creaste, tal vez sin saberlo, en tus versos. La que leemos cuando te leemos; tal vez no siempre, pero a veces.
¿Quién es esta aparición que ríe, se entristece y llora lágrimas de rabia? Es la Alfonsina de los versos, recreada a partir de aquellos hombres que amó, que odió, que la amaron y la hirieron hasta convertirla en ella misma, ora una loba de dientes finos, sola y burlona; ora un lamento por la caricia perdida.
¿Quién es el culpable de tan arrolladora aparición? Es Mariano Moro: autor, dramaturgo y director de Alfonsina y los hombres. Acompañado por su obra desde la infancia, nacido en la ciudad en la que ella se entregó al mar, hoy es responsable de esta Alfonsina de los versos, una criatura que oscila entre lo etéreo y lo palpable, que se entrega al juego de la niña y sucumbe bajo el peso de la vida adulta en apenas 75 minutos. Que se propone “cautivar a todos con su ingenio”: y lo logra.
Ficha Técnica
Funciones: martes a las 21
Duración: 75 minutos
El Extranjero Teatro: Valentín Gómez 3378 (CABA)
Informes: 4862-7400
Entrada: $70
+info: http://www.elextranjeroteatro.
sebastianezcurra@