Cristina Gómez Comini, directora de la CNDC: “Trato de aportar la conciencia del diálogo”

Es la primera vez que la Compañía Nacional de Danza Contemporánea cuenta con dirección artística. La bailarina y coreógrafa cordobesa, de gran trayectoria internacional, asumió el desafío con ánimos de escucha y guía.

lunes, 09 de junio de 2014 | Por Maria José Lavandera

Desde fines de 2013 –y durante dos años-, la bailarina, coreógrafa y actriz Cristina Gómez Comini tiene la compleja tarea de llevar adelante la dirección de la Compañía Nacional de Danza Contemporánea (CNDC) durante dos años, una agrupación que desde sus inicios, en 2008, se caracterizaba por su impronta auto-gestiva en el que rotaba un pequeño directorio de tres bailarines que tomaba la posta en las decisiones administrativas de la compañía.

Con el tiempo, no sólo la heterogeneidad del grupo, que comenzó a crecer – hoy son 20 integrantes-, sino también las complicaciones de agenda que trae tratar de gestionar, entrenar y bailar hicieron más compleja la horizontalidad que caracterizaba la toma de decisiones en la compañía.

Fue así que surgió la necesidad de contar con un director artístico. Sólo por una vez, la por entonces Secretaría de Cultura de la Nación le dio permiso a los bailarines para que propusieran tres candidatos para este puesto, surgidos de un listado de siete, que debieron presentar sus antecedentes y propuestas de dirección. Gómez Comini -directora de su grupo “Danzaviva” y otrora bailarina en el Ballet del Siglo XX de Maurice Béjart, entre otros,- accedió finalmente al puesto. La terna se completaba con los también cordobeses Lisi Estaras –bailarina y coreógrafa del ballet belga Les ballets C de la B– y el bailarín y coreógrafo Walter Cammertoni.

Cristina Gómez Comini, la flamante directora de la CNDC, inaugura un ciclo. Foto: Gentileza Prensa CNDC.

Cristina Gómez Comini, la flamante directora de la CNDC, inaugura un ciclo. Foto: Gentileza Prensa CNDC.

 En actividad desde octubre de 2013, Cristina cuenta algunas de sus prioridades para este 2014, que encierran tanto la organización de iniciativas ya existente y la promoción de algunas nuevas, lo cual suma una gran cantidad de proyectos: “Como primera directora, yo recibo una serie de acciones que la compañía viene llevando a cabo, tomo lo que ella me pasa y trato de preservarlo, mejorarlo si se puede o ampliarlo. Estas acciones son el programa ‘Partido y Compartido’, que me parece buenísimo, y consiste en compartir una función con un grupo independiente. En este caso, se federalizó, se abrió la convocatoria para un grupo de CABA y de otras provincias para que compartan un programa con la compañía. También potenciamos el sistema a partir del que viene gente invitada a tomar clases: se lo sistematizó un poco y se llamó a convocatoria de pasantes, que incluye un participante de CABA, dos del interior, y uno latinoamericano residente en Argentina. Elegimos cuatro pasantes de mayo a agosto y otros cuatro de septiembre a diciembre. De alguna forma, mi rol es también darle forma a las ideas o cosas que estaban pasando. Otro de los proyectos es ‘Carta Blanca’, que nació por el deseo de algunos bailarines de coreografiar. Me pareció justo abrazar ese proyecto, darles un presupuesto y la oportunidad de que formen parte de la programación, que fue lo que pasó con ‘Isolda Isolda’, de Cristian Setién; en este momento, tenemos que elegir algunos, más que por una cuestión de valor, sino de espacio y de tiempo. Este año se ha elegido empezar con dos proyectos de ‘Carta Blanca’, que van a terminar el año que viene porque tenemos mucha actividad”.

Asimismo, hacia fines de abril, la compañía inició actividades en 2014 con su primer salida internacional, gestionada por Cristina: “Nuestra participación del Foro Internacional de la Danza del Estado de San Pablo tuvo mucho éxito. Yo ya conocía este festival porque había ido con mi grupo y me puse en contacto con el director, lo invité, vino a Buenos Aires, vio un ensayo y me dijo que le encantaba, pero que llevaba grupos chicos. Acordamos un plan de trabajo interesante, ir con tres obras y el dictado de seminarios. Así, con ese paquete sustancioso, viajamos todos. Hicimos el preestreno de ‘Sansón’, de Diana Szeinblum, en la apertura del Foro. Muy contenta con este primer estreno, que continuamos aquí en el Centro Nacional de la Música. Diana es una coreógrafa muy reconocida, con la que la compañía quería trabajar. Ella había empezado un trabajo antes de que entrara en la dirección, pero no se pudo seguir porque faltaba la gestión, la organización y demás. Lo primero que hice al ingresar fue llamarla y proponerle otra vez el trabajo, que aceptó. Para mí es muy satisfactorio haber llegado hasta aquí. Para ella también fue un desafío porque trabaja con dos o tres personas, y acá hay veinte, pero lo ha logrado magníficamente. Tenemos también algunas giras con esta obra”.

Cristina Gómez Comini, en el Foro Internacional de Danza de San Pablo. Foto: Prensa CNDC.

Cristina Gómez Comini, en el Foro Internacional de Danza de San Pablo. Foto: Prensa CNDC.

R: Siendo la compañía nacional, asumen un rol difusor de la danza. ¿Qué acciones tienen pensado llevar adelante?

CGC: Cuando profundicé este aspecto, la compañía tiene que cumplir un rol hacia la sociedad y es casi un deber; como decías, nos llamamos ‘compañía nacional’. No sólo cumplimos con este rol haciendo funciones en espacios estratégicos, sino dictando clases a todo público, y tratando de generar un diálogo con las audiencias. En mi proyecto original estaba el trabajo con las escuelas. Sigue estando pero estamos dando talleres y seminarios en las giras, pero también en CABA. Cuando nos fuimos de gira y la sala quedó libre, una de las bailarinas [Bettina Quintá] dictó talleres, siempre con entrada libre y gratuita, a los que sólo hay que inscribirse. También tenemos un proyecto de improvisación de 20 minutos para el público y luego un diálogo, proyecto que estamos tratando de darle forma con la Casa del Bicentenario. También ofreceremos nuestra presentación en la cárcel de Ezeiza, en el marco del Programa “Arte en las Cárceles”. Hay muchos pedidos del interior y hay demanda de los propios bailarines sobre proyectos que quieren llevar adelante. En lo posible, tratamos de dar cabida a todos. Cuando hay buena energía, energía de trabajo, se logran las cosas.

R: ¿Cómo es la preparación de los bailarines?

CGC: Hemos tenido un seminario de dramaturgia con una personalidad, Mauricio Kartun. Soy una coreógrafa preocupada por la dramaturgia de la danza, una búsqueda personal importante, y Mauricio es un dramaturgo maestro de maestros. Vino a dictar un curso de dramaturgia en general, para hacer la conversión de norma de modo personal. Tendremos también un seminario de análisis de obras, con Silvio Lang. Estos seminarios forman parte del continuo formarse de la compañía, que implicar actualizar y seguir incorporando conocimientos desde la práctica y la teoría.

Acá tengo más un rol de guía cuando se votan los maestros, yo he dado mi opinión sobre el tipo de entrenamiento que debiera tener la compañía, que es un tema en proceso y discutido. Tenemos cuatro clases de técnica y una libre. Yo misma estoy en un proceso de dilucidación de ver realmente cómo hay que entrenar para una compañía de estas características. Observo mucho y trato de reflexionar sobre los resultados. El bailarín tiene que tener un entrenamiento tanto aeróbico como fenomenológico-sensitivo. Hay que cubrir ese arco. No hay que descuidar ninguno de estos ámbitos. Este es un grupo de gente muy heterogéneo. Hay gente que tiene formación clásica, hay gente que viene de la actuación, de lo contemporáneo. Yo pienso, por mi parte, que las estéticas no deben ser juzgadas, yo siempre estuve muy en contra de rechazar una estética porque se la considera vieja. Sinceramente no creo eso, sino que pienso que existe trabajo bueno o malo. Muchas veces se cree que porque la estética no es de las más posmodernas, es malo, pasado, no sirve. Pero las modas son modas. Lo que queda es el trabajo verdadero.

En una mesa, en el Foro Internacional de Danza de San Pablo, la primera salida internacional de la CNDC. Foto: Ramiro Peri.

En una mesa, en el Foro Internacional de Danza de San Pablo, la primera salida internacional de la CNDC. Foto: Ramiro Peri.

R: ¿Con qué coreógrafos trabajarán este año?

CGC: Tenemos pensado, con este cambio de Secretaría a Ministerio, a fines de julio empezar a trabajar junto a Lisi Estaras un segundo gran estreno. Tenemos también en cartera nuestra participación en el proyecto de Iberescena, en el que trabajarán tres coreógrafos junto a tres compositores, tres parejas de Perú, México y Argentina, que montarán sus obras con la CNDC. Esto será en diciembre.

R: ¿Qué sentís que caracteriza a este grupo de bailarines?

CGC: Muy contenta con los bailarines: son realmente profesionales extraordinarios, gente con una energía puesta en lo escénico. Ellos se conectan muy bien en escena, tienen fuerza, son muy potentes. Al mismo tiempo, tienen el deseo de la búsqueda, la investigación, de conocer nuevos lenguajes; una teórica de la danza en Brasil, Cássia Navas, en un encuentro de directores de compañías, hizo un resumen de los chico y mencionó que “la CNDC de Argentina es una contracorriente dentro de la corriente”. Me parece que dio en la tecla. Tiene la impronta de ir contra lo establecido dentro de la corriente, que implica el proceso de institucionalización. Yo trato de aportar la conciencia del diálogo, que es ponerse  de acuerdo  sobre algo, no sobre todo, para poder avanzar. Si no hay una mínima coincidencia, no podemos dar el paso. Lo mejor es, como dice la filosofía oriental, ser flexible como un junco para no quebrarse.

R: ¿Tenés pensado montar una obra propia con la compañía?

CGC: Yo tuve que presentar un proyecto de trabajo para todo 2014-2015, que incluía el montaje de una obra mía también. Son inspiradores estos bailarines y quisiera mucho hacerlo, pero también hay mucho trabajo de este año que pasará al año que viene, así que no sé si voy a poder darle cabida. Hay que ir compatibilizando, lo creativo en mí es muy fuerte, una necesidad siempre lo ha sido y he producido para ellos y otras instituciones.

R: ¿Qué expectativas tenés respecto de la línea que pueda ir adoptando la compañía?

CGC: No creo que la compañía tenga que ir hacia una dirección forzada e impuesta. Hay que dejarla ser y solita tomará su perfil. Creo que el pensamiento fundamentalista es peligroso. Estamos en un momento en que la diversidad de la danza contemporánea es tal que no hay referencia, una línea. Son millones de formas, estilos. Así también me parece muy peligroso de parte de bailarines, maestros, directores, críticos, teóricos subestimar ciertas formas porque son del pasado. Si bien hay una evolución, que tiene que ver con ideologías, con la percepción cotidiana, soy cuidadosa con eso y trato de expresar ese cuidado.

"Sansón", en su  presentación en el Foro Internacional de San Pablo. Foto: Ramiro Peri.

«Sansón», en su presentación en el Foro Internacional de San Pablo. Foto: Ramiro Peri.