María Noel Riccetto: “Julio Bocca apuesta a una compañía de excelencia internacional y lo está logrando”

Les presentamos a la Primera Bailarina del Ballet Nacional del SODRE de Uruguay. Luego de su trayectoria como solista en el ABT, se siente orgullosa de poder volver a bailar en su país natal, de la mano de su director, Julio Bocca.

lunes, 19 de mayo de 2014 | Por Melina Sólimo

A los quince años ingresó al vecino Ballet Nacional uruguayo. Pero su apuesta no terminó ahí: a sus 18, gracias a una beca en la North Carolina School of Arts, se fue a Estados Unidos, para luego tener una breve experiencia en Hungría. Seguidamente, en 1999 ingresó al cuerpo de baile del American Ballet Theatre (ABT), en cuya compañía fue consagrada solista. Admiradora de Alessandra Ferri – “una bailarina exquisita y una artista como pocas”-, luego de una carrera de trece años allí, María Noel Riccetto emprendió la vuelta a sus orígenes en 2012, por convocatoria del flamante director del Ballet del SODRE, Julio Bocca.

María Noel Riccetto, una de las grandes bailarinas uruguayas actuales, fue embajadora cultural de su país en Estados Unidos, frente a Obama, junto a Julio Bocca. Foto: Gentileza BNS.

María Noel Riccetto, una de las grandes bailarinas uruguayas actuales, fue embajadora cultural de su país en Estados Unidos, frente a Obama, junto a Julio Bocca. Foto: Gentileza BNS.

Luego de un abril “con entradas agotadas” para la apertura de temporada con «El Corsario», representó a Uruguay en una visita al país que la vio crecer como bailarina. María fue convocada para ser parte de un viaje, encabezado por el presidente José Mujica, a Estados Unidos en la segunda semana de mayo. El encuentro, que incluye una reunión en el Salón Oval de la Casablanca con Barack Obama, tendrá al director del SODRE, Julio Bocca, y a la primera bailarina como embajadores de la cultura uruguaya, debido a que ambos pisaron fuerte en su paso por el ABT. En un diálogo con REVOL, la bailarina repasa sus vivencias y deseos que, según afirma, ya fueron cumplidos:

R: ¿Cómo fueron tus comienzos en la danza? ¿Siempre supiste que era tu vocación?

M: Comencé a bailar en la academia que quedaba cerca de casa porque tenía horas libres, entre que salía del colegio y mis padres salían de trabajar. En los comienzos, para mí era un juego y no supe que era mi pasión hasta años después. Hice mis estudios en la Escuela Nacional de Danza de Montevideo y a los 14 años fui becada a la North Carolina School of the Arts. Con ello en mi haber entré luego al ABT en 1999 y, tres años más tarde, me nombraron solista.

Fue bastante difícil estar lejos de casa, extrañaba mucho. Mi familia siempre fue muy unida y los primeros años fueron los más difíciles. Por eso, siempre soñé con volver a Uruguay, lo que nunca imaginé fue volver a bailar en mi país. Cuando dejé Montevideo, la situación de la compañía no era la mejor: se bailaba muy poco, no había presupuesto y cada vez llegaban menos maestros. Estar viviendo todo este resurgimiento del Ballet Nacional y ser parte de todo este cambio me parece mentira.

María Noel Riccetto, luego de su carrera como solista en el ABT, no creía posible bailar nuevamente en Uruguay de modo profesional. Foto: Gentileza BNS.

María Noel Riccetto, luego de su carrera como solista en el ABT, no creía posible bailar nuevamente en Uruguay de modo profesional. Foto: Gentileza BNS.

 R: ¿Qué significa para vos trabajar junto a Julio Bocca?

M: Cuando Julio tomó la dirección del Ballet Nacional, regresé como invitada en tres oportunidades, antes de firmar mi contrato y decidir quedarme en Uruguay. A él lo conocí estando en el ABT; lo admiro como artista y tenerlo al frente de la compañía y decir que es mi jefe son palabras mayores. Es una persona sencilla, que sabe lo que quiere y que impone respeto. Para nosotros tenerlo en Uruguay viene siendo maravilloso, porque ha resurgido el ballet, tenemos un teatro hermoso en el cual bailamos a sala llena, hemos viajado por el interior del país y hemos hecho giras internacionales con excelentes críticas. Julio apuesta a una compañía de excelencia y de nivel internacional. De a poco creo que se está logrando.

R: ¿Cuáles fueron las experiencias más importantes de tu carrera hasta hoy?

M: Haber hecho mi carrera en el ABT, creo que es algo que nunca imaginé y de lo que me siento orgullosa. Haber conocido gente increíble dentro y fuera del escenario me ha enriquecido como artista. Y volver en esta época tan especial y bailar en mi país bajo la dirección de Julio, son las cosas que más destaco.

R: ¿Qué obras preferís bailar y cuáles te quedan pendientes aún?

M: Siempre me identifico más con obras que tengan peso dramático, en las que pueda dejar el alma. Creo que cuando una interpreta un rol en cuerpo y alma, como por ejemplo Giselle, la satisfacción personal es aún mayor. Un rol pendiente para mí sería Julieta.

María Noel Riccetto, en el rol de Medora, en "El Corsario", durante el comienzo de temporada 2014 en el BNS. Foto: Santiago Barreiro| BNS.

María Noel Riccetto, en el rol de Medora, en «El Corsario», durante el comienzo de temporada 2014 en el BNS. Foto: Santiago Barreiro| BNS.

R: ¿Cuáles son tus objetivos a largo plazo para tu carrera profesional? ¿Cuál sería para vos el mayor logro a obtener?

M: Mi objetivo ha sido siempre disfrutar lo que hago. Obviamente hay roles o ballets en los cuales uno se siente más identificado, pero también en los otros está el gran desafío de terminar la función e irme a mi casa sabiendo que di lo mejor. Ese es el mayor logro, terminar un espectáculo contenta, y la mayoría de las veces los bailarines somos tan perfeccionistas que nos olvidamos de eso.

R: ¿Por qué crees que llegaste a triunfar en la danza?

M: Además de las condiciones naturales, he tenido grandes maestros acompañándome, grandes bailarines y estrellas de las que he aprendido, mirando, conversando, compartiendo el escenario. Soy disciplinada y trabajadora, pero por sobre todo, tengo un gran respeto por la carrera, y soy consciente de que si no hay un grado de inteligencia tengas el instrumento que tengas, no se llega lejos.

R: ¿Qué consejos les darías a los jóvenes que desean seguir tus pasos?

M: Que trabajen duro, que sean ellos mismos y que sepan escuchar, porque el estar abierto a correcciones y a sugerencias siempre es bueno. Que se enriquezcan como personas, porque cuántas más experiencias personales se tenga, más fácil es encarar personajes y transmitirle a un público un sentimiento.

R: ¿Qué impresiones te convoca la danza argentina y sus principales figuras?

M: Muchísimo respeto. Crecí viendo bailar a muchas de sus grandes figuras, he tomado clases y trabajado con maestros y coreógrafos argentinos, de los cuales tengo divinos recuerdos. Trabajé con Rodolfo Lastra, Silvia Bazilis, Raúl Candal, Katy Gallo, Oscar Araiz, Iñaki Urlezaga, Hernán Piquín. He tenido la posibilidad de disfrutar de Maximiliano Guerra y a Eleonora Cassano, en el escenario, y tener cómo amigos a Paloma Herrera, Erica y Herman Cornejo, Luciana París, Marianela Nuñez, Federico Fernández y Oscar Escudero. No me puedo quejar, la vida me hizo cruzar con artistas argentinos imponentes. De sus escuelas han salido amigos y colegas, los cuales soy afortunada de haberme cruzado en algún momento ¡Y además tienen la joya del Teatro Colón!