«Por el dinero»: ensayo sobre el arte de ser feliz

«Por el dinero» es una magnífica obra de la bailarina y actriz Luciana Acuña y el cineasta Alejo Moguillansky, en la que actúan junto al bailarín francés Matthieu Perpoint y el músico Gabriel Chwojnik e indagan, entre el humor y la performance, los entremeses de económicos de su labor como artistas.

jueves, 19 de junio de 2014 | Por Maria José Lavandera

¿Cómo es eso de trabajar en algo sólo por el hecho de hacerlo? Sin cobrar, me refiero. O ganando tan poco dinero que no permite pensarlo como medio de subsistencia. Y pero ¿en qué se gasta para subsistir? ¿Qué es lo que se necesita para lograrlo? ¿Qué significa ganar o no ganar dinero? Y ahora agreguémosle el aditamento fundamental: ¿De qué vive un artista? ¿Qué implicancias tiene ganar o no ganar dinero para un artista? ¿Qué significa cobrar por su trabajo? Y si no cobra por su trabajo, ¿de dónde saca el dinero? Y de nuevo, ¿qué necesita un artista para subsistir?

Finalmente, ¿qué se hace por el dinero? Y, en contrapartida… ¿qué se hace por amor?

Estos interrogantes plantea, con humor contagioso e intervención multidisciplinaria que incluye la danza, el documental, el análisis económico, interpretación musical en vivo y el teatro, la obra performática “Por el dinero”, una puesta estrenada en 2013 en el Centro Cultural Rojas para el ciclo Proyecto Manual y ahora repuesta en el Centro Cultural San Martín, creada, dirigida y actuada por la bailarina y actriz Luciana Acuña, miembro del mítico Grupo Krapp, y el cineasta Alejo Moguillansky. El elenco se completa con el bailarín francés Matthieu Perpoint (intérprete en la premiada “África”, de Luis Biasotto) y el músico Gabriel Chwojnik, compositor de piezas para cine, teatro y televisión.

"Por el dinero" y sus cuatro artistas: Gabriel Chwojnik, Alejo Moguillansky, Luciana Acuña, Matthieu Perpoint. Foto: Gentileza Luciana Acuña.

«Por el dinero» y sus cuatro artistas: Gabriel Chwojnik, Alejo Moguillansky, Luciana Acuña, Matthieu Perpoint. Foto: Gentileza Luciana Acuña.

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“Hay mucha gente que es de la clase media, cree que para ser de la clase media tienen que poder cubrir gastos como la educación privada, la salud privada, un flat-screen TV, un auto que no tiene más de 5 años, y además la confianza en la estabilidad de los ingresos. Pero esos gastos no son para alguien que gana $6500 por mes. Como economista, yo no podría decir que alguien que puede cubrir esos gastos, realmente está en la clase media. Entonces, ¿quiénes son?”. Así comienzan los problemas para un grupo de artistas preocupados por el origen de sus posibilidades de subsistencia material. Paul Segal, economista de la King´s College de Londres, a través de un video que lo presenta, descoloca frente a tales enunciados a los artistas en escena, quienes a lo largo de la obra se dedicarán a revisar sus trayectorias financieras –pasadas y actuales- en pos de tratar de dilucidar, en última instancia, por qué hacen lo que hacen, inclusive esta obra misma, si no aporta específicamente a sus presupuestos.

Pero es gracioso. Hay una fertilidad tan tragicómica en la presentación escénica de sus situaciones financieras por parte de ellos mismos, que las aliviana al mismo tiempo que son puestas en cuestión. ¿Quizás de tan trágico, ya es cómico? Y así, preguntándose por sus bolsillos –en medio de una suerte de palimpsesto de intervenciones de distintos tipos, desde relatos de los gastos personales hasta variaciones bailadas-, se abren caminos a pensar la compleja relación del arte con el mercado, las esperanzas de ¿conquistarlo o no conquistarlo?, su posibilidad de desarrollo cultural.  

“No pensábamos hacer esta obra. Es la unión de dos propuestas. El año pasado hubo un ciclo que se llamaba “Mis documentos”, que lo curaba Lola Arias. Ella me llamó para hacer algo en ese ciclo, y yo justo estaba en gira con Krapp y no pude. Pero me puse a pensar qué haría. Le dije a Alejo [Moguillansky], con quien en aquel momento estábamos con un problema económico muy delicado, que en la obra está representada a través de toda la historieta de los mails –en ese tema justamente (risas)- y la propuesta era exponer, casi como un formato performático, la exposición de una pequeña investigación de nuestra vida y en un formato muy pequeño. La idea era analizar cómo vivimos, leyendo nuestras boletas y gastos y exponer eso a modo de reflexión sobre qué hace uno con el dinero, en qué se lo gasta y cómo se lo gana. Esas realidades paralelas pero que son como muy incoherentes una con la otra. Eso quedó ahí en el tintero. Y después Matías Umpiérrez nos convoca para el ciclo Proyecto Manual, y ahí le propuse a Alejo que trabajáramos juntos en esta idea. En principio íbamos a trabajar con un manual de economía, para empezar a encontrar cosas, pero decidimos trabajar con otro manual para cruzar la economía con otra idea. Así estábamos en el verano, en casa de mis padres de Córdoba, y encontramos un manual de danzas nativas. Empezamos a trabajar sobre eso. Y era bastante biográfico, por mi vínculo con la danza y mis raíces relacionadas a ese manual”. Así cuenta Luciana Acuña los comienzos de esta reflexión actuada.

Luciana Acuña, danzando en escena. "Qué tomar para que no sea sólo un biodrama, o sea, qué es lo que se toma de la vida de cada uno para poner en escena", fue una de las reflexiones del equipo para construir la performance. Foto: Sandra Cartasso.

Luciana Acuña, danzando en escena. «Qué tomar para que no sea sólo un biodrama, o sea, qué es lo que se toma de la vida de cada uno para poner en escena», fue una de las reflexiones del equipo para construir la performance. Foto: Sandra Cartasso.

R: Hubo algo de sacar afuera una preocupación…

LA: Sí, hubo una necesidad de hablar, de sacar y purgar qué era eso que te está haciendo figura todo el tiempo. En un momento parece que no podés hacer otra cosa (risas), porque ves que lo que hecés da más pérdida que ganancia (risas). El amor y el dinero, dos mundos irreconciliables.

R: ¿Cómo se plantearon la obra?

LA: Siempre pensamos mucho sobre la obra, qué poner y de qué manera ponerlo, hablando ideológicamente, más allá de los mecanismos y elecciones formales que uno hace a la hora de componer. La fuente surge de pensar esto: no me alcanza lo que gano para vivir, o sea, lo que yo sé hacer no es redituable en relación a lo que tengo que gastar. Ahí inmediatamente surge la pregunta de en qué gastás, cómo querés vivir y cuáles son tus necesidades, sino la obra sería sólo una queja y no es la idea. Y hay algo que, de todos modos, nos protege como artistas. Es horrible no poder vivir de lo que uno hace directamente pero en un punto hay algo que no se mezcla, el dinero y el amor, y me pregunto si eso al final no estará bien. Es muy injusto no poder vivir de lo que uno gana como artista pero que esos mundos sean irreconciliables no se si no está bien. Desde una idea muy romántica, hay algo de «lo sucio del dinero» que no tendría que mezclarse. Surgían esas preguntas también. La obra se cuida todo el tiempo de no caer en un lugar unívoco de queja justamente porque no es una denuncia, ni una protesta, sino una auto-reflexión.

R: Hablando de la otra pata de la cuestión, el “en qué gastás”, el foco se corre de pensar la queja…

LA: También la obra plantea eso: cierta crítica a cierto aburguesamiento. Nosotros vivimos así también y decidimos hacerlo, sino sería muy fácil decir “no gano lo suficiente”. Hicimos gran esfuerzo en que la obra no fuera sólo una crítica, porque sino sólo es quedarse en la queja de decir “ay no gano lo suficiente con lo que quiero hacer”. Pero eso le pasa a todo el mundo, nos pasa a todos y va a seguir pasando; no hay ninguna novedad sobre eso. Pero si cambiás la pregunta y vas más hacia el qué querés tener que no te alcanza para comprar, se abren márgenes para pensar elecciones de vida tanto como circunstancias más estructurales. Tiene que ver con muchas cosas: con ciertas decisiones, un aburguesamiento que viene con la edad. Yo tenía 25  años, vivía con nada y estaba feliz, y no me preocupaba nada. Vivía con lo justo y no necesitaba más que eso. Ahora no me pasa, tengo una hija, tengo que pagar una educación. Las necesidades empiezan a ser otras, y no ponerle ninguna cuestión, ninguna pregunta a eso es relativizar todo en un punto. Por eso también el humor está presente todo el tiempo: prima una cierta felicidad y despreocupación al hacer las cosas, porque sino se cierra en una crítica solemne. Está bueno entonces asumir que yo elegí esto y elijo seguir haciendo eso, incluso sin ganar dinero. Entonces, más allá de todo, no es tan infeliz la situación. Y se trata de apostar a que lo hago porque más allá del dinero, no puedo hacer otra cosa, más allá de esas circunstancias. Relativizás el dinero mismo. Decís, bueno, no me está importando el dinero, me está importando otra cosa, que es realmente mi felicidad.

"¿Amor o dinero?". O... "¿amor y dinero?". ¿Se puede? ¿Se "debe"? Muchas preguntas que dispara, con humor, "Por el dinero". Foto: Sandra Cartasso.

«¿Amor o dinero?». O… «¿amor y dinero?». ¿Se puede? ¿Se «debe»? Muchas preguntas que dispara, con humor, «Por el dinero». Foto: Sandra Cartasso.

R: ¿Cómo fue el proceso de trabajo?

LA: Alejo y yo empezamos teniendo reflexiones teóricas y a la vez, formales, las más arbitrarias. Yo me acuerdo que una de mis primeras imágenes era de «algo con mucha cosa». Me imaginaba una escena como muy barroca: cuerpos, danza, texto, video, todo al mismo tiempo. Tenía esa sensación de cierta desprolijidad y abundancia. En paralelo tratamos de ordenar todo lo que se nos ocurría sobre la obra. Por un lado, lo que disparaba el manual y, por otro lado, pensar cómo sería, qué tomar para que no fuera sólo un biodrama, o sea, qué es lo que se toma de la vida de cada uno para poner en escena. En ese momento surgió cómo plasmar el criterio de lo económico en esas biografías que relatamos en escena, que son desde nuestros 17 años a la actualidad. Lo trazamos como un recorrido económico. Queríamos entonces que algo acompañe al texto pero no de modo decorativo, sino que cada cosa que se incluyera fuera autónoma y cobrara sentido por derecho propio. Por ejemplo, hay una parte en que yo leo mi biografía y está Mat atrás improvisando. La idea era que tuviera tanta autonomía lo que está haciendo Mat como lo que estoy haciendo yo, a pesar de la disposición del espacio. Si bien yo estoy al frente y Mat atrás, yo soy un punto en el espacio y Mat ocupa todo el espacio. Y a mí me preocupaba bastante quela obra se entendiera más allá del texto mismo. Yo podría sentar una persona que habla en otro idioma y debería entender igual la obra. También puede ser que me pase eso porque yo vengo de la danza y hay algo que en la construcción a mí en general las palabras no me son necesarias. Cobra más valor otra cosa en cuanto a lo visual, lo sensitivo. Pero me parece igual que algo de esa combinación estuvo buena a la hora de resolver.

R: ¿Cómo fue el trabajo con los economistas?

LA: Los economistas son Paul, que es quien aparece en el video al principio de la obra, e Ingrid Bleynat, que es su mujer, una amiga de Alejo desde la escuela secundaria. Saben de arte y la verdad que las charlas con ellos fueron geniales. Son muy inteligentes y pueden cobrar cierta objetividad en la mirada, que ayudó un montón. Hablábamos mucho con ellos, porque en ningún momento queríamos que la obra sea leída desde un lugar partidario. También es muy difícil hablar de economía y de dinero en este momento de la Argentina. Pero nuestro lugar nunca fue la denuncia. No nos interesaba eso. La obra traspasa eso. De hecho las biografías no son de la actualidad ni de 10 años atrás, son de mis 17 años y yo tengo 39, o sea, pasamos por muchos gobiernos.

Ellos nos ayudaron a elaborar la información sobre nosotros mismos. Hicieron las tablas de comparación de mi sueldo con el PBI que se ven al principio de la obra y es muy gracioso porque lo hicieron año por año. Mi trabajo fue recapitular cómo fue cada año de mi vida y ver cuáles fueron mis ingresos. Recuerdo cuáles fueron mis trabajos y con bastante exactitud la plata que ganaba, porque tampoco es que tuve tantos trabajos. Les hice una lista de mis ingresos  durante todo el año y en qué meses caían esos ingresos, y en base a ellos, construyeron toda la lista, mes a mes.

R: ¿Cómo cambió la obra del año pasado a esta presentación?

LA: Hubo cambios en detalles a nivel espacial. Y hay una escena nueva, un interrogatorio de Mat a Chwojnik. La conversación viene así: ’Gaby vos tenés una casa de 300 m2 en Palermo, ¿no?’ ‘Sí’. ‘El año pasado en el verano ¿te compraste un generador eléctrico?’ ‘Sí’. ‘Te fuiste de vacaciones a Portofino, Italia’. ‘Sí’. ‘¿Tenés una casa en la playa, con vista al mar?’ ‘Sí’ ‘Gaby ¿de qué vivís?’ ‘De la música’. ‘¿Para cine?’ ‘Sí’. ‘¿Para teatro?’ ‘Sí’. ‘¿Para el Colón?’ ‘Sí, pero no gano una mierda con eso’. ‘¿Y entonces? ¿De donde sacas la plata? ¿De qué vivis?’ ‘De música para publicidades’. Y empieza a tocar a capella una música que compuso para una publicidad. Toca toda la música y te das cuenta qué banco es, al tiempo que empieza a aparecer el video de la publicidad (risas). Gaby es un músico re groso, hace las músicas de mil películas de cine independiente, lo contratan del Colón, pero pega dos o tres publicidades grosas en el año y vive súper bien. Y aparece «el demonio» de la publicidad, que es con lo que se saca plata. Lo que nos interesaba de esa realidad es que Gaby no tiene el conflicto que tenemos otros con eso. Nosotros tenemos un conflicto con vivir de publicidades y hacer lo que nos gusta. Hay publicidades, hay opera en el Colón, hay todo. Eso también nos resultó interesante. Obviamente que uno también lo termina haciendo, pero padeciéndolo.

¿Qué necesitás para vivir?y ¿por qué? Foto: Sandra Cartasso.

¿Qué necesitás para vivir?y ¿por qué? Foto: Sandra Cartasso.

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«¿Quieres ser rico? Pues no te afanes en aumentar tus bienes, sino en disminuir tu codicia» – Epicuro de Samos (341 AC-270 AC) Filósofo griego.

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Cuándo y dónde

Miércoles y jueves 21 h. | $80 / Miércoles (día popular): $60 | Centro Cultural San Martín (Sala Alberdi – Sarmiento 1551, CABA) | Informes: 4374-1251/59 int. Boletería: 2241

Ficha técnica

Elenco: Luciana Acuña, Alejo Moguillansky, Matthieu Perpoint, Gabriel Chwojnik | Autores: Luciana Acuña / Alejo Moguillansky | Directores: Luciana Acuña / Alejo Moguillansky | Escenografía y vestuario: Mariana Tirantte | Música (composición y música en vivo): Gabriel Chwojnik | Iluminación: Matías Sendón | Coreografía: Luciana Acuña, Alejo Moguillansky, Matthieu Perpoint | Fotografía: Sebastián Arpesella | Asistencia, colaboración artística y dramatúrgica: Fernanda Alarcón | Colaboración artística: Agustina Muñoz | Asesoría en economía: Ingrid Bleynat y Paul Segal