Tag Archive: Ludmila Pagliero

  1. Un poco de danza en París

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    París es una ciudad con mucho para hacer: estudios para tomar clases, museos que presentan performances entre las obras, teatros públicos y privados por los que pasan compañías de todas partes del mundo, festivales de distintos tipos de danzas, coreógrafos que realizan workshops, propuestas de residencias artísticas… En fin, es fácil llegar y sentirse un poco abrumado por querer hacer todo y no saber por dónde empezar, asustarse por los precios o no tener un parámetro claro para encontrar algo que se parezca a lo que estamos buscando.

    Con humildad y consciente de que ninguna lista es exhaustiva, he aquí algunos lugares que considero una buena puerta de entrada para familiarizarse con la danza en París. Para todos los gustos, para los que se quedan más o menos tiempo, para los diferentes bolsillos: ¡a descubrir!

    La Ménagerie de Verre

    Menagerie de la Verre. Gentileza.

    Ubicada en el edificio de una antigua imprenta, la Ménagerie de Verre es uno de mis espacios preferidos. Con tres estudios bañados de luz natural a través de enormes ventanales en el techo -por eso el nombre en francés de “El zoo de cristal” de Tenesse Williams-, en la Ménagerie cohabitan clases, residencias artísticas y espectáculos de danza contemporánea y performance. Se trata de una propuesta privada pero subvencionada por la municipalidad de París, lo que permite que casi todas las actividades que allí se desarrollan tengan un precio accesible. Es un detalle importante poder tomar cursos de dos horas a 6€ cuando en el resto de los estudios de París las clases rondan los 15€ la hora y media. 

    Menagerie de verre. Gentileza.

    El eje principal es la danza contemporánea y la exploración de nuevos lenguajes y cruces con otras disciplinas, impronta que está presente en los talleres de entrenamiento y en sus dos festivales: Les Innacoutumés en noviembre-diciembre y Étrange Cargo en marzo-abril. En estos eventos se presentan los trabajos de coreógrafos y coreógrafas  reconocidos de la danza contemporánea francesa: François Chaignaud, Mathilde Monnier (actual directora del Centro Nacional de la Danza), Gaëlle Bourges, Boris Charmatz, Jerôme Bel, entre otros.

    ¡Interesante!

    Al ser un lugar pensado para el entrenamiento de bailarines, hay clases todos los días y cada semana hay distintos profesores. Es decir, una semana se presenta un coreógrafo de 10 a 12hs y otro de 12 a 14hs. La semana siguiente cambian y así sucesivamente. Lo bueno de esta dinámica es que permite realizar ”workshops” semanales a un precio razonable, lo malo es que resulta difícil profundizar en una línea de trabajo.

    Théâtre de la Ville

    En mi recorrido por la danza en París, el Théâtre de la Ville sería el equivalente del Teatro San Martín de Buenos Aires. Es uno de los teatros públicos más prestigiosos de la ciudad, está en el centro de la capital en un edificio típicamente parisino, depende de la municipalidad y, además de música y teatro, tiene una muy buena programación de danza contemporánea. A diferencia de nuestro querido San Martín, no tiene elencos propios sino que funciona únicamente como sala de representación. Sin embargo, en cada temporada hay determinados artistas asociados cuyas obras son producidas por el teatro.

    Si uno está de paso y no tiene tiempo para tomar clases pero aunque sea quiere ver una compañía de danza reconocida internacionalmente, de esas que no van muy seguido de gira por el Sur, ésta es la oportunidad. Anne Teresa de Keersmaeker, Pina Bausch, Dimitris Papaioannou, Christian Rizzo o Merce Cunningham son algunos de los nombres que suelen estar programados en la sede del teatro al lado del río Sena y en las dos salas que incorporó hace algunos años (el Espace Cardin cerca de la avenida Champs Elysées y el Théâtre des Abbesses en el norte de París). Sin embargo, lo recomendable es comprar las entradas con anticipación porque suelen agotarse. Como se trata de una sala históricamente reconocida por su programación y con un público fiel que se abona todos los años, a los pocos días de lanzar la nueva temporada y abrir la boletería las entradas para algunos espectáculos vuelan. 

    ¡Interesante!

    Después de mucho tiempo sin hacer refacciones, la sede del Théâtre de la Ville ubicada al lado del río Sena entró en obra en 2016. Si bien está cerrada, sigue funcionando porque trabaja con el formato “hors les murs” (puertas afuera): a través de acuerdos con 18 salas, centros culturales y teatros de París, los espectáculos se desarrollan en otros espacios. Esta estrategia no sólo mantiene activa a esta sede durante los años que duren las obras (hasta 2020 en principio) sino que también le permite al público descubrir las instituciones que “reciben” esta programación ajena y conocer otros proyectos.  (Las programaciones de las sedes Espace Cardin y Théâtre des Abesses se desarrollan con normalidad). 

    Centre National de la Danse

    A solamente algunos metros de París y al lado del canal del Ourq se encuentra el Centro Nacional de la Danza. Cuenta con trece estudios, una mediateca, una cinemateca, varias salas de conferencias y de montaje, y una cafetería. Antiguamente funcionaban allí las oficinas de la municipalidad de Pantin  -la localidad donde está ubicado el centro- pero en 1998 el Ministerio de Cultura y Comunicación decidió otorgarle este imponente edificio a un proyecto nacional de danza que integraría pedagogía, creación y documentación. El CND cuenta con otra sede en la ciudad de Lyon, al sur de Francia. Si bien globalmente las actividades están orientadas a profesionales y hacia la danza contemporánea, desde la llegada a la dirección de la coreógrafa Mathilde Monnier en 2013, la institución comenzó a llevar adelante una política de apertura hacia un público más amplio. 

    Al ser un centro nacional, el CND difunde convocatorias a concursos, becas, audiciones y búsquedas profesionales de todas las regiones de Francia. Además pone a disposición de cualquiera que lo desee – están colocados sobre una estantería accesible a los visitantes – los documentos relativos a la contratación del bailarín: cuánto debería cobrar por determinados trabajos, cómo deberían ser sus contratos, cómo está regulada su actividad, qué hacer en caso de enfermedad, etc. Es decir, todo lo que hace a su situación laboral.

    Ph: Marc Domage

    En relación a las formaciones, coexisten una variedad de propuestas: diplomaturas, workshops, residencias, fines de semanas abiertos al público general y las semanas de Camping, entre otros. Algunas clases son gratuitas y otras pagas, pero de todas formas son más económicas que en un instituto privado. Asimismo los mejores coreógrafos enseñan aquí y bailarines de todas partes del mundo conviven entre sus muros, especialmente durante las propuestas de verano donde escuelas internacionales son invitadas a hacer una residencia. Para los cursos y clases anuales es necesario presentar un dossier con curriculum vitae ya que son únicamente para bailarines profesionales. 

    Para los que se interesan en la teoría o buscan archivos de difícil acceso, existe la mediateca dedicada exclusivamente a temas vinculados con la danza. Además el CND otorga becas de investigación y organiza conferencias y encuentros a lo largo de todo el año. Para los que sólo quieren ver una obra, el centro también cuenta con una programación de danza contemporánea.

    ¡Interesante!

    Si no hay tiempo para ver un espectáculo o tomar una clase, vale la pena acercarse para conocer el edificio con sus enormes ventanales, subir por las rampas y espiar los estudios en cada piso, y finalmente llegar hasta la terraza para apreciar la vista de París. Otra opción es entrar a la mediateca y perderse un rato entre las revistas internacionales, los libros y los videos de archivo.

    La Villette

    En el actual Parque de la Villette se encontraban hasta mediados del siglo XX los principales mataderos y zonas de comercialización de ganado de París. Como muchos lugares de este tipo cuyas infraestructuras quedaron vetustas y que en términos de higiene ya no era considerado adecuado tenerlos dentro de la ciudad, este complejo fue cerrado y convertido en la década de los 80 en un inmenso parque y polo cultural de 55 hectáreas. Hoy en día es el único espacio verde parisino que no está enrejado y que está abierto las 24hs los siete días de la semana. Con los años numerosas instituciones culturales se fueron implantando en el predio dependiente del Ministerio de Cultura y Comunicación: la Ciudad de la música, la Filarmónica de París, la Ciudad de la ciencia, el Théâtre Paris-Villette y el Establecimiento Público de la Villette -más conocido como “La Villette”-, entre otros.

    Desde sus comienzos La Villette se centró en las culturas urbanas, especialmente el circo y la danza hip hop. Cuenta con un programa de residencias y de coproducción, el IADU, que brinda a las compañías un lugar para desarrollar su proyecto y recibir tutorías, y que suele ser el puntapié inicial para que luego puedan mostrar su producción en el marco de alguno de los festivales de la institución.

    Ph: Christophe Copie

     

    Además de la programación anual en sus salas, La Villette tiene tres eventos dedicados a la danza: el Festival de hip hop Kalypso dirigido por Mourad Merzouki y que se desarrolla en distintas salas de París y el conurbano, el festival de master class para todas las edades Freestyle y el último en agregarse a esta serie, el Festival 100%, donde además de hip hop se presenta danza contemporánea y mucha performance.

    Para aquellos que tienen ganas practicar en otro contexto, es bueno saber que cuando comienza la primavera colocan una gran plataforma de madera al aire libre y bajo techo donde cualquiera puede poner su música y utilizar el espacio para ensayar.

    ¡Interesante!

    Ir a La Villette puede ser mucho más que únicamente ir a ver un espectáculo. Se puede pasear por el canal que atraviesa el parque -y llegar hasta el CND-, hacer picnic en uno de los tantos jardines, ver una exposición en otra de las instituciones, perderse un rato en la librería, tomar algo un café o subir al techo de la Filarmónica para ver la vista de París (¡gratis!). En fin, puede ser una salida cultural de todo un día y más.

    Micadanses – Mission Capitale Danses

    Micandanses – Gentileza.

    A unas cuadras del Sena y dividido entre cuatro estudios a un lado y otro de la calle, Micadanses es una de las propuestas más interesantes para tomar clases. Se trata de una asociación que desde 2001 ocupa lo que en los años 60 fue el Teatro Contemporáneo de la Danza y el Centro Nacional de la Danza.

    De manera parecida a la Ménagerie de Verre, durante las mañanas hay cursos de entrenamiento para bailarines y no hace falta presentar un CV para poder tomarlas. Sin embargo, son más variadas (danza clásica, contemporánea o yoga), un mismo profesor puede estar hasta dos semanas seguidas, y para acceder a estas clases es necesario abonarse a toda la temporada. Gracias a que cuenta con un subsidio de la municipalidad de París, por 60€ es posible comprar este abono y acceder ilimitadamente a todos cursos matutinos durante un año. Por las tardes los espacios están ocupados por las compañías en residencia y a la noche funciona como un salón común donde diferentes profesores alquilan las salas para dar clases (danzas afro, hip hop, tango, feldenkrais, pilates, etc.). Los fines de semanas hay workshops de distintas técnicas. ¡Voilà, la semana completa para tomar cursos!

    Si bien es esencialmente un lugar de formación, Micadanses trabaja mucho en red con otros centros de danza para distintas actividades. La más destacada es Faits d’hiver, uno de los festivales de danza contemporánea y performance más interesantes de París que celebró en 2018 su 20° edición. Además, desde 2015 Micadanses está asociado con el Atelier de Paris-Carolyn Carlson, L’étoile du Nord y studio Le Regard du Cygne para seleccionar dos artistas que realizarán una residencia de un año y que recibirán además una ayuda para la coproducción y para la difusión de su creación.

    ¡Interesante!

    Si bien no mantiene durante todo el año el mismo ritmo de actividad, Micadanses no cierra nunca. En agosto, cuando todas las instituciones decretan que llegaron las vacaciones, Micadanses continúa con los cursos de entrenamiento.

    Otras lugares donde encontrar danza en París y sus alrededores : Théâtre National de Chaillot, le Centquatre-Paris, Théâtre de Vanves, Théâtre de Suresnes Jean Vilar, el Festival d’Automne à Paris, Maison des Arts de Créteil  

  2. Marisa Ferri: La danza en clave de sonrisas

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    Marisa Ferri lleva un apellido ilustre, si los hay. Es nada menos que la sobrina de una de las bailarinas clásicas más aplaudidas y admiradas que ha dado nuestro país: Olga Ferri. No sólo gran bailarina, sino que supo ser de igual modo una excelsa maestra, cultora del detalle, la elegancia, la disciplina y la excelencia en sus alumnas y alumnos.

    Y Marisa, quien también fue su alumna desde los 8 años, a lo largo del tiempo supo retomar esta tradición y crear una impronta personal. Ella tiene una trayectoria con peso propio de muchos años de estudio y trabajo en el mundo de la danza: estudió en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón y fue alumna del Maestro Héctor Zaraspe. Realizó un viaje de estudios de perfeccionamiento a Rusia, junto a Olga y Enrique Lommi, en enero de 1987 junto a una comitiva de alumnas: tomaron clases en la Escuela de Ballet del Teatro de Minsk, con Clara Nikolaievna como maestra. Marisa también se especializó luego en composición y coreografía en la Escuela de Margarita Bali. Se dedicó a la investigación en danza contemporánea, de la mano de los maestros Freddy Romero y Ana María Stekelman, así como también tomó cursos junto a la compañía de Alvin Ailey. Ya a los 17 años comenzó a dictar clases de iniciación a la danza clásica, lo cual le permitió desarrollar una serie de técnicas pedagógicas que hoy continúan siendo aplicadas por otras docentes para niños de entre 3 y 4 años. Fue, asimismo, asistente de Olga Ferri durante sus clases, honor particular que sólo lograban algunas alumnas que hubieran sido especialmente consideradas por ella. De tal modo, también, es que, con esfuerzo y dedicación, ganó su exigente confianza para que a partir del año 2000 le otorgara nada menos que la dirección de su “Taj Mahal”, como solía llamar a su querido espacio de enseñanza, convertido, a lo largo de 40 años, en una de las mecas de la danza clásica en nuestro país.

    Marisa en acción, en plena preparación de la primera muestra anual del Ballet Estudio. Foto: Carlos César | Gentileza Marisa Ferri.

    Marisa en acción, en plena preparación de la primera muestra anual del Ballet Estudio. Foto: Carlos César | Gentileza Marisa Ferri.

    Con su estilo fresco y risueño, Marisa continuó con una tarea que ya lleva más de diez años en sus manos: el estudio hoy abre sus puertas a múltiples instituciones nacionales e internacionales, ofrece clases de los más diversos estilos y brinda, ante todo, un lugar en que la danza no sólo se vive desde la excelencia y la disciplina, sino también desde el placer y la diversión.

    Sólo en 2013, el estudio fue sede de la venida de la Opera de París, con su étoile Ludmila Pagliero a la cabeza, de los ensayos de la Gala de Ballet, de Grupo ARS, los seminarios de los integrantes de Alvin Ailey, las audiciones para el nuevo Ballet Nacional dirigido por Iñaki Urlezaga, los cursos de verano de jazz de Gustavo Zajac, la preparación en repertorio de alumnos especiales por parte del Maestro Héctor Zaraspe, las clases para el ingreso al IUNA de Leticia Miramontes. También es espacio de estudio para los chicos del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón: “Ellos son una corriente de energía, ganas, pasiones y trabajo que nos motiva y nos inspira. Nos hace creer que se puede”, asegura Marisa.

    En 2013 se realizó la primera muestra anual en el Estudio, dirigida por Marisa Ferri. Sembró alegrías al por mayor. Foto: Yanina Fernández.

    En 2013 se realizó la primera muestra anual en el Estudio, dirigida por Marisa Ferri. Sembró alegrías al por mayor. Foto: Yanina Fernández.

    “Fue un año muy intenso y de gran responsabilidad, con una gran enseñanza de que aún en medio del dolor se puede avanzar y seguir juntos. La partida de Olga, mi maestra, mi ‘madre’, mi amiga y compañera fue un trago muy amargo e inesperado, pero, como ella siempre me dio el ejemplo, seguí adelante trabajando, que es el mejor antídoto para el dolor”, dice Marisa, aún conmovida por el adiós a Olga, para quien este año organizó un homenaje junto a sus alumnas, al que asistieron sendas personalidades, entre ellas, la propia Paloma Herrera. Continúa: “En 2013 pude concretar metas y sueños, uniendo y trabajando para lograr que el estudio siguiera adelante. Desarrollamos cursos intensivos, recibimos maestros del exterior, bailarines internacionales, se filmaron producciones tanto de cine como vídeos comerciales, eventos con maestros de gran convocatoria. Tuve el enorme placer de volver a encontrarme con el Maestro Zaraspe, quien fue el padrino del estudio, y pudimos volver a darnos un abrazo querido y siempre ejemplar. Recibimos a Paloma Herrera, Ludmila Pagliero junto a la Opera de París, Carolina Agüero y Darío Franconi, del Ballet de Hamburgo. En fin, todos los días fueron un sin fin de oportunidades y encuentros. No obstante, importante fue para mí volver a ver a mi Maestro Enrique Lommi subir las escaleras para poder asistir al homenaje que hicimos a Olga, y mostrar la obra de Antonio Pujía [N. de la R.: una representación del rostro de Olga tallada por el artista]. Fue sin lugar a dudas un desafío importante y maravilloso; eso unió y nos reencontró a muchos que hacía tiempo no nos veíamos. Para mí ese momento fue y será inolvidable”.

    Los integrantes de la Opera de París, en el Estudio, donde su estrella, Ludmila Pagliero (última a la izquierda) se formó junto a Olga Ferri. Foto: REVOL.

    Los integrantes de la Opera de París, en el Estudio, donde su estrella, Ludmila Pagliero (última a la izquierda) se formó junto a Olga Ferri. Foto: REVOL.

    Nos cuenta que este año para ella fue relevante en términos de la vinculación con la herencia familiar que representa la danza, aquella que a través de su labor diaria ella hace propia y se anima a resignificar. Una herencia que, en su definición, busca incluir y no relegar, ya que bailar es, ante todo, concebido como momento de placer y conexión: “La herencia es el conocimiento, la leyes sagradas, los gestos, la conducta, la palabra, la verdad y la honestidad, cuidar el cuerpo sobre todas las cosas, cuidar a los niños. Es poder decir que, si bien no todos pueden ser bailarines, todos pueden bailar. La danza ayuda a perder inhibiciones, corrige malas posturas, estiliza el cuerpo, ayuda a la mente y al espíritu”.

    El estudio que hoy Marisa dirige fue el "Taj Mahal" de Olga Ferri. Allí no sólo se formaron estrellas de índole mundial, sino que además van cientos de alumnas a aprender y divertirse. "La danza es sanadora", dice Marisa. Foto: Yanina Fernández.

    El estudio que hoy Marisa dirige fue el «Taj Mahal» de Olga Ferri. Allí no sólo se formaron estrellas de índole mundial, sino que además van cientos de alumnas a aprender y divertirse. «La danza es sanadora», dice Marisa. Foto: Yanina Fernández.

    Si algo moviliza de ella, es su calidez, su franqueza y una enorme sonrisa que no deja mucho más espacio que para el optimismo. Elogia a sus alumnas con amor, para ella todas son bellas y trata de que cada una, en su individualidad, logre sus objetivos. Hoy es docente de danza clásica para nivel intermedio y avanzado, y, desde este lugar, es guía tanto de aquellas que quieren complementar sus clases de jazz o contemporáneo con ballet, de quienes retomaron la danza luego de años –para ellas es especialmente emocionante volver dada la intensidad de la identidad humana y artística de sus docentes-, también de quienes buscan en la danza una gimnasia profunda y creativa. Asimismo potencia a aquellas que tienen la fuerte convicción de ser bailarinas de ballet: tal el reciente caso de Lara Cambursano Alascio, quien fue aceptada en el Summer Intensive Course 2013 del American Ballet Theatre gracias a un trabajo junto a Marisa, quien la ayudó a preparar el video que le permitió acceder. “Cuando en enero del año pasado me acerqué para pedirle ayuda con el video, ella me abrió las puertas del estudio y se abocó plenamente para lograr un trabajo serio, profesional y artístico. Fue un placer encontrar en ella esa pasión por el arte hasta en el último detalle. Trabajamos durante todas las tardes de enero y me invitó a tomar clases con ella y otras maestras del estudio de las que también recibí todo el cariño”, cuenta Lara. En octubre de 2013, ella fue una de las elegidas en la preselección del Youth America Grand Prix para realizar otro curso de verano en una escuela estadounidense, para cuyo ingreso también prepararon juntas el video, basado en una variación con la que concursó en Danzamérica en la categoría libre, con la que recibió medalla de plata. La coreografía fue creada por Olga Aidarkina, maestra de preparación física del estudio.

    “Continuamos trabajando y abrimos las puertas a la danza y a la excelencia", augura Marisa para 2014. Foto: Yanina Fernández.

    “Continuamos trabajando y abrimos las puertas a la danza y a la excelencia», augura Marisa para 2014. Foto: Yanina Fernández.

    Luego de un cierre agitado y movilizante, 2014 aguarda con “sorpresas”, según nos anticipa Marisa: “Continuamos trabajando y abrimos las puertas a la danza y a la excelencia. Con el mismo amor y respeto que nuestros maestros Olga Ferri y Enrique Lommi nos enseñaron, mantenemos la tradición y el prestigio académico. Nos actualizamos y vamos por más. Y yo estoy muy agradecida a todos los maestros, asistentes, padres y alumnos por confiar y seguir cuidando esta gran casa que para muchos es como su segundo hogar. Estoy segura que lo que viene es mejor, pero es sorpresa”, concluye Marisa, con la pasión y la sonrisa amplia que la caracterizan.

    Foto en tapa: Carlos César

  3. Refinamiento y belleza, la clave del Ballet de la Opéra de Parí

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    Por María José Lavandera

    Antes que nada, verdaderamente es necesario dedicar unas frases a Ludmila Pagliero, cuya presentación fue deslumbrante. Ella es argentina y, con gran esfuerzo y trabajo –por no hablar de su descollante talento-, ha llegado a una cumbre que muy pocas bailarinas clásicas tienen el privilegio de alcanzar. Sin ser francesa y sin haber sido alumna de la Escuela de Ballet de la Opéra de París, ha llegado al máximo rango –étoile– dentro de una de las instituciones más tradicionales e importantes del ballet en Occidente, como lo es la Opéra de Paris. Sólo su calidad como artista y su coraje, como ha dicho en su momento Brigitte Lefèvre, Directora del Ballet, fueron las variables puestas en juego. Por eso, verla pisar el escenario fue ya un regalo inestimable para este público porteño, que pocos encuentros ha tenido con esta artista, quien ya ha pasado más tiempo viviendo fuera de Argentina que en el país.

    Ella fue, y merecidamente, el foco de la venida del grupo de nueve bailarines de la Opéra de París a Buenos Aires, bajo producción de Estela y Horacio Erman, y la dirección artística de Elizabeth Maurin, otrora étoile de la institución. Ellos fueron: Germain Louvet –miembro del cuerpo de baile-, los corifeos Axel Ibot, Gregory Dominiak y Marion  Barbeau, los solistas Florimond Lorieux y Charline Giezendanner, la Primera Bailarina Valentine Colasante y el ‘étoile’ (estrella) Hervé Moreau, quien acompañó a Ludmila en sus presentaciones.

    La Gala se constituyó de un programa ecléctico, con obras clásicas y otras de estilo más contemporáneo, las cuales, según había ya explicado Erman en ocasión de entrevista con REVOL, fueron elegidas por ser parte actual del repertorio de la compañía

    Inicialmente fue el turno de “Paquita”, con coreografía del francés Marius Petipa, un clásico de clásicos que consagró él mismo en el Teatro Mariinsky, aunque fue originalmente estrenado en 1846 en la Academia Real de Música de París. Esta obra representa la apoteosis del estilo virtuoso y delicado que caracterizó las creaciones de este coreógrafo. En pequeños extractos (versión reducida con un Pas de Trois, entrada, coda, final y Pas de Deux), fue sucediéndose la presentación de cada bailarín. Todos los miembros de este “seleccionado” gozaron de una contundencia y una prolijidad excepcionales. Sin grandilocuencia, y con altas dosis de belleza, elegancia y una técnica impecable ofrecieron una presentación tan correcta como brillante. A pesar de algunos desajustes –presuntamente por malas condiciones de equilibrio del escenario-, bien vale dar cuenta de su profesionalismo, ya que ni las sonrisas ni la destreza mermaron a pesar de las dificultades.

    Ludmila Pagliero y Hervé Moreau, étoiles de la Opera de París, en "Cantadagio", de Lazzini.

    Ludmila Pagliero y Hervé Moreau, étoiles de la Opera de París, en «Cantadagio», de Lazzini.

    A “Paquita” le siguió “Improvisación”, una reposición de Estela Erman sobre una obra anónima francesa del siglo XVIII, con Gregory Dominiak como protagonista: una suerte de oda espacial al ser humano, con participación de alumnas del Estudio de Olga Ferri, quienes también se lucieron en el manejo de un enorme paño que generó un impactante efecto oceánico sobre el escenario y que fue atravesado y utilizado creativamente en interacción con el bailarín.

    Luego, le sucedió el Pas de Deux de un ballet considerado típicamente francés: “La Fille Mal Gardée”, repuesta por Maurin. Es una obra nacida en los albores de la Modernidad -consagrada políticamente en Francia- y fue estrenada por el coreógrafo Jean Dauverbal en 1789, inspirado en una pintura de Baudouin en que se representa una niña enojada con su madre. La música estaba constituida de una compilación aleatoria de arias populares francesas. En esta ocasión la coreografía presentada fue aquella elaborada por el coreógrafo francés Joseph Lazzini. Sus bailarines –Marion Barbeau y Axel Ibot– se lucieron con una interpretación impoluta del extracto. Siguió el romántico Pas de Deux de “Romeo y Julieta”, la variación del balcón, en la versión de Nureyev.

    La segunda parte del programa comenzó con el famoso Pas de Deux de “Carmen” a cargo de los étoiles. Tratar de explicar la maravilla interpretativa y técnica que compusieron Ludmila Pagliero y Hervé Moreau sería un derroche. Verdaderamente, creo que nada de lo que pueda decirse pueda estar a la altura de este momento que ambos alcanzaron, que fue absolutamente perfecto. Fueron retribuidos por el público, que suspendió el aliento ante esta interpretación y les regaló una ovación estruendosa al finalizar.

    Ludmila Pagliero, en "Carmen", presentada en la Opera de París en esta temporada.

    Ludmila Pagliero, en «Carmen», presentada en la Opera de París en esta temporada.

    Se hizo presente después el Pas de Trois que hizo Nureyev para “El Lago de los Cisnes”, integrado por los personajes del príncipe, el Cisne Negro y  Rothbart. Especialmente destacada fue la actuación de Valentine Colasante como el cisne, cuya fuerte personalidad, ante cada aparición, llenó el marco escénico de un modo imponente.

    Siguió “La Troisiéme Fenêtre”, de Lazzini, una divertida variación contemporánea de dos enamorados en encuentro y desencuentro, al son de un canto de campiña: con mucho carisma se presentaron él, Ibot, de saco y pantalón, y ella, Giezendanner, con su rubio pelo suelto y un disonante vestido violeta.

    Luego llegó el turno del “Grand Pas Classique”, obra que se caracteriza por la nitidez y la simpleza de las líneas típicamente clásicas: se trata de una variación casi académica, que requiere de una potencia sutil y aristocrática. Los movimientos gozan de una austeridad suave y distinguida, con grandes desafíos en cuanto al equilibrio y el sostén de las figuras. Sus bailarines, Marion Barbeau y Germain Louvet, dieron una clase magistral en la interpretación de esta difícil pieza.

    Completó la noche una coreografía neoclásica de Lazzini, “Cantadagio” (1972), con música de Mahler, interpretado, una vez más, hermosamente por Pagliero y Moreau: una historia de amor en medio de un escenario despojado, en que el diseño de iluminación fue matizando la presentación a cada momento y ofreciendo diversas texturas a esta pareja que se vive en un renacimiento permanente.

    Ver a estos bailarines en acción fue un poco como soñar despierto. Ojalá puedan regresar a los escenarios argentinos y que disfrutemos nuevamente de la pureza y refinamiento con que viven el arte del ballet.

  4. Estrellas de la Opéra de Paris, en conferencia

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    En el marco de la llegada a Buenos Aires de 9 bailarines del “Ballet de la Ópera de París, la Alianza Francesa  invita, con entrada libre y gratuita, a una conferencia acerca de la vida de los bailarines en la Ópera.

    Se realizará mañana, martes 20 de agosto, a las 19.30. El público podrá interactuar con los integrantes de la compañía, quienes abrirán las puertas de su vida en uno de los teatros más importantes del mundo. La entrada debe retirarse media hora antes de la charla.

    Entre los talentosos artistas, se presentará Ludmila Pagliero, la primera argentina en formar parte del Ballet y quien ascendió a la categoría de “Bailarina Estrella” de la compañía en 2012, junto al bailarín Hervé Moreau. También estarán presentes Marion Barbeau, Pierre Reveau, Charline Glesendanner, Axel Ibot, Valentine Colasante, Yannick Bittencourt y Gregory Dominiak.

    También participarán del evento Elizabeth Maurin, la maestra ensayadora y estrella de la Ópera;  y Touve Ratovondrahety,  el pianista.

    Recordamos que las galas de las estrellas del Ballet de la Ópera de París tendrán lugar el jueves 22 y el viernes 23 de agosto en el Teatro Coliseo de Buenos Aires. Interpretarán fragmentos de obras del repertorio francés clásico y contemporáneo: “Grand Pas Classique”, “La Fille Mal Gardée”, “Paquita”, “Romeo y Julieta”, “Cisne Negro”, “Cantadagio” y otras obras de coreógrafos franceses.

    Entradas en Ticketek

    CUÁNDO Y DÓNDE

     Sede central de la Alianza Francesa: Av. Córdoba 946, Auditorio /Informes: 4322-0068 /Entrada libre y gratuita

    (Las entradas se retiran media hora antes del evento)